El agro colombiano históricamente ha jugado un papel fundamental, es parte de nuestra cultura, tradición y fuente de importantes ingresos para el país. La región de Urabá con más de un millón de hectáreas no es ajena a ese progreso que en gran parte ha sido identificado con el banano, frutal tropical que ocupa el tercer renglón en la agroindustria y que en 78% es exportada y preferida por el mercado europeo y en 15% por el norteamericano.
Aunque Urabá se ha dado a conocer por su vasta siembra en banano y plátano, con unas 65.000 hectáreas entre los dos productos, símbolos de la zona, otros cultivos se abren hoy camino para convertirse en focos de desarrollo productivo para la región. Solo unas 95.000 hectáreas son producción agrícola en Urabá y de éstas, 35.000 producen banano tipo exportación, que generan más de 25.000 empleos directos y más de 100.000 empleos indirectos en la zona, y 30.000 producen plátano que beneficia a 8.000 familias.
La calidad de sus suelos y la oferta ambiental permiten que la región sea apta para cultivar palma, yuca, cacao, ají, piña, entre otros. En estas tierras urabaenses hay que aplaudir la diversificación y el crecimiento del agro con productos como la Palma Africana que ocupa aproximadamente 5.000 hectáreas (ha), la piña con 1.000 ha, el cacao con 8.000 ha, las siembras forestales 16.000 ha y la ganadería con 430.000 ha que corresponden a 720.000 cabezas de ganado.
No hay que dejar de lado la nueva industria que puede surgir con productos exóticos como las heliconias, frutos curativos y fibras naturales de carácter agroindustrial que pueden no sólo diversificar los cultivos, sino generar nuevas agroindustrias tipo exportación.
Este llamado a la apuesta por el sector agro colombiano se verá beneficiado en mediano y largo plazo por una ubicación estratégica que hoy hace que esta zona sea cuna de grandes planes de infraestructura en ejecución.
La llamada ‘Tierra Prometida’ es un eje donde el comercio se fortalecerá con los megaproyectos en construcción: Transversal de las Américas, las dobles calzadas Mar 1, Mar 2 y el Túnel del Toyo, además del levantamiento del sistema portuario, obras que son la conectividad de Antioquia con el resto de Colombia.
A pesar de tener las tierras productivas, la voluntad del campesinado, y el espíritu emprendedor, es necesario que el sector mejore en productividad y calidad, con el fin de multiplicar el área sembrada en la región y seguir creciendo en exportaciones.
La fórmula está en hacer equipo, escuchar a quienes cultivan, a quienes entienden qué debemos mejorar en toda la cadena productiva. Así como lo ha hecho el banano, hay que seguir importando productos agrícolas de excelente calidad y preferidos en los mercados extranjeros.
Este es un momento crucial para Urabá, ya que se están ejecutando grandes proyectos de infraestructura que, junto con el impulso del campo, serán clave para el desarrollo y progreso. A Urabá le llegó la hora de diversificar el agro, de aprovechar las oportunidades para que desde allí crezcan simultáneamente otros sectores que generen empleo para nuestros campesinos y calidad de vida para todo Colombia.
Respuesta: como te lo dije
Explicación
El agro colombiano históricamente ha jugado un papel fundamental, es parte de nuestra cultura, tradición y fuente de importantes ingresos para el país. La región de Urabá con más de un millón de hectáreas no es ajena a ese progreso que en gran parte ha sido identificado con el banano, frutal tropical que ocupa el tercer renglón en la agroindustria y que en 78% es exportada y preferida por el mercado europeo y en 15% por el norteamericano.
Aunque Urabá se ha dado a conocer por su vasta siembra en banano y plátano, con unas 65.000 hectáreas entre los dos productos, símbolos de la zona, otros cultivos se abren hoy camino para convertirse en focos de desarrollo productivo para la región. Solo unas 95.000 hectáreas son producción agrícola en Urabá y de éstas, 35.000 producen banano tipo exportación, que generan más de 25.000 empleos directos y más de 100.000 empleos indirectos en la zona, y 30.000 producen plátano que beneficia a 8.000 familias.
La calidad de sus suelos y la oferta ambiental permiten que la región sea apta para cultivar palma, yuca, cacao, ají, piña, entre otros. En estas tierras urabaenses hay que aplaudir la diversificación y el crecimiento del agro con productos como la Palma Africana que ocupa aproximadamente 5.000 hectáreas (ha), la piña con 1.000 ha, el cacao con 8.000 ha, las siembras forestales 16.000 ha y la ganadería con 430.000 ha que corresponden a 720.000 cabezas de ganado.
No hay que dejar de lado la nueva industria que puede surgir con productos exóticos como las heliconias, frutos curativos y fibras naturales de carácter agroindustrial que pueden no sólo diversificar los cultivos, sino generar nuevas agroindustrias tipo exportación.
Este llamado a la apuesta por el sector agro colombiano se verá beneficiado en mediano y largo plazo por una ubicación estratégica que hoy hace que esta zona sea cuna de grandes planes de infraestructura en ejecución.
La llamada ‘Tierra Prometida’ es un eje donde el comercio se fortalecerá con los megaproyectos en construcción: Transversal de las Américas, las dobles calzadas Mar 1, Mar 2 y el Túnel del Toyo, además del levantamiento del sistema portuario, obras que son la conectividad de Antioquia con el resto de Colombia.
A pesar de tener las tierras productivas, la voluntad del campesinado, y el espíritu emprendedor, es necesario que el sector mejore en productividad y calidad, con el fin de multiplicar el área sembrada en la región y seguir creciendo en exportaciones.
La fórmula está en hacer equipo, escuchar a quienes cultivan, a quienes entienden qué debemos mejorar en toda la cadena productiva. Así como lo ha hecho el banano, hay que seguir importando productos agrícolas de excelente calidad y preferidos en los mercados extranjeros.
Este es un momento crucial para Urabá, ya que se están ejecutando grandes proyectos de infraestructura que, junto con el impulso del campo, serán clave para el desarrollo y progreso. A Urabá le llegó la hora de diversificar el agro, de aprovechar las oportunidades para que desde allí crezcan simultáneamente otros sectores que generen empleo para nuestros campesinos y calidad de vida para todo Colombia.