Un jueves por la tarde. Ana se percató de que su hijo pequeño estaba muy callado: "Santiago, ¿Qué ocurre?, le pregunta al niño y él se limita a beber su taza de café de cada día.
Así pasó algún tiempo. Cuando volvía a casa, el hijo de Ana estaba en su habitación sin tener comunicación con nadie. Era inquietante porque sus notas eran buenas, Ana imaginó que él solo estaba sumido en sus deberes. Pero su intuición continuaba diciéndole que algo no estaba bien con Santiago, su hijo. Ella lo esperó afuera de su escuela para recogerlo y fue cuando vio con sus propios ojos cómo su hijo era víctima de un grupo de niños que le hacían bullying, ellos eran realmente crueles, robaban su mochila e impedían su paso al bus. El más grande era el que mandaba entre los tres.
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Un jueves por la tarde. Ana se percató de que su hijo pequeño estaba muy callado: "Santiago, ¿Qué ocurre?, le pregunta al niño y él se limita a beber su taza de café de cada día.
Así pasó algún tiempo. Cuando volvía a casa, el hijo de Ana estaba en su habitación sin tener comunicación con nadie. Era inquietante porque sus notas eran buenas, Ana imaginó que él solo estaba sumido en sus deberes. Pero su intuición continuaba diciéndole que algo no estaba bien con Santiago, su hijo. Ella lo esperó afuera de su escuela para recogerlo y fue cuando vio con sus propios ojos cómo su hijo era víctima de un grupo de niños que le hacían bullying, ellos eran realmente crueles, robaban su mochila e impedían su paso al bus. El más grande era el que mandaba entre los tres.