Aparate del sonido que producen: golpear dos piedras, cortar un árbol, pisar hojas secas en un bosque, caída del agua en una cascada y del viento soplar y pegar sobre las ramas de los árboles. ¿Qué otros sonidos con elementos de la naturaleza, se pueden denominar como fuentes de inspiración para el origen de la música?
Los sonidos de la naturaleza se han colado en infinidad de obras a lo largo de la historia de forma más o menos sutil, y no solo en las piezas de música clásica: el rock, el pop, la electrónica y hasta la cumbia han encontrado en ellos un recurso que emplear en sus ‘tomazos’.
«¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido!», escribía el poeta Fray Luis de León en su Oda a la vida retirada allá por el siglo XVI. Aunque poco se pueda cuestionar la máxima de este asceta, a veces, buscando el silencio, es cuando encontramos el verdadero sonido del mundo. Escritores, pintores y músicos se han refugiado en la naturaleza para perseguir material e inspiración para sus obras. En el último caso, algunos artistas se han fijado tanto en cómo suena la Tierra que hasta se pueden reconocer sus ecos en las piezas musicales.
El rumor del viento entre las ramas de los árboles del bosque, el canto de los pájaros y demás fauna silvestre, el murmullo de las olas, la lluvia, los crujidos del suelo… Los sonidos de la naturaleza se han colado en infinidad de obras a lo largo de la historia de la música de forma más o menos sutil. Y no, no solamente lo han hecho en las reconocibles piezas de música clásica o en los temas instrumentales que pueblan las listas que más se escuchan para estudiar o como soniquete de fondo en las cafeterías más tranquilas. El rock, el pop, la electrónica y hasta la cumbia han encontrado en la imitación de la naturaleza un recurso que emplear en sus temazos.
Pajaritos por aquí
Los sonidos de las aves han sido la música de la naturaleza desde los albores de la historia, así que no es de extrañar que sean uno de los recursos preferidos a la hora de imitar cómo suena la Tierra. Hace apenas unas semanas, Björk –una de las voces más carismáticas de los años noventa–, anunciaba la reedición de su álbum Utopía (2017). Algo que podría pasar desapercibido para aquellos no especialmente fans de la extravagante artista islandesa se convertía en noticia en los medios especializados. ¿El motivo? Esta edición especial irá acompañada de un set de flautas (catorce, una por cada canción) para llamar a los pájaros. No en vano, el disco alterna cantos de diversas aves con los sintetizadores y experimentos electrónicos que han caracterizado la música de Björk durante los últimos veinte años. Además de los reclamos, quienes decidan hacerse con este set –que estará a la venta el 1 de noviembre al ‘módico’ precio de 500 libras– también se llevarán una buena cantidad de material extra que incluye remixes, centenares de fotos de la artista y vídeo-tutoriales para llamar a los pájaros, por si solo con las flautas no fuera suficiente
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Respuesta:
CUANDO LA NATURALEZA SUENA… Y HASTA BAILA
Los sonidos de la naturaleza se han colado en infinidad de obras a lo largo de la historia de forma más o menos sutil, y no solo en las piezas de música clásica: el rock, el pop, la electrónica y hasta la cumbia han encontrado en ellos un recurso que emplear en sus ‘tomazos’.
«¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido!», escribía el poeta Fray Luis de León en su Oda a la vida retirada allá por el siglo XVI. Aunque poco se pueda cuestionar la máxima de este asceta, a veces, buscando el silencio, es cuando encontramos el verdadero sonido del mundo. Escritores, pintores y músicos se han refugiado en la naturaleza para perseguir material e inspiración para sus obras. En el último caso, algunos artistas se han fijado tanto en cómo suena la Tierra que hasta se pueden reconocer sus ecos en las piezas musicales.
El rumor del viento entre las ramas de los árboles del bosque, el canto de los pájaros y demás fauna silvestre, el murmullo de las olas, la lluvia, los crujidos del suelo… Los sonidos de la naturaleza se han colado en infinidad de obras a lo largo de la historia de la música de forma más o menos sutil. Y no, no solamente lo han hecho en las reconocibles piezas de música clásica o en los temas instrumentales que pueblan las listas que más se escuchan para estudiar o como soniquete de fondo en las cafeterías más tranquilas. El rock, el pop, la electrónica y hasta la cumbia han encontrado en la imitación de la naturaleza un recurso que emplear en sus temazos.
Pajaritos por aquí
Los sonidos de las aves han sido la música de la naturaleza desde los albores de la historia, así que no es de extrañar que sean uno de los recursos preferidos a la hora de imitar cómo suena la Tierra. Hace apenas unas semanas, Björk –una de las voces más carismáticas de los años noventa–, anunciaba la reedición de su álbum Utopía (2017). Algo que podría pasar desapercibido para aquellos no especialmente fans de la extravagante artista islandesa se convertía en noticia en los medios especializados. ¿El motivo? Esta edición especial irá acompañada de un set de flautas (catorce, una por cada canción) para llamar a los pájaros. No en vano, el disco alterna cantos de diversas aves con los sintetizadores y experimentos electrónicos que han caracterizado la música de Björk durante los últimos veinte años. Además de los reclamos, quienes decidan hacerse con este set –que estará a la venta el 1 de noviembre al ‘módico’ precio de 500 libras– también se llevarán una buena cantidad de material extra que incluye remixes, centenares de fotos de la artista y vídeo-tutoriales para llamar a los pájaros, por si solo con las flautas no fuera suficiente
Explicación:
Respuesta:Tambores y Rascadores. Hagan sonidos tocando contenedores y rasgando superficies. Emprime Actividades. Materiales. Usa los mismos materiales
Explicación:
me das coronita plis