4.- El deseo, sí se satisface, nos sume en el tedio, en el aburrimiento, en el hastío.
5.- El deseo, sí no se satisface, nos deja en el estado inicial, de necesidad, de carencia, pero ahora bajo la forma de frustración.
6.- El hastío, el aburrimiento, el tedio, y la frustración son dolor.
7.- El dolor nos hace desear.
8.- La vida es carencia, la carencia es deseo.
9.- Vivir es querer, el deseo es sufrimiento.
10.- Vivir es sufrir.
Podría parecer, después de lo expuesto, que Schopenhauer es un pensador desesperanzado, el cual ante la interrogante que se deriva del problema de la existencia -vivir o no vivir- responde que no hay salida alguna.
Ahora bien, ¿cómo se puede vivir una vida que no tiene valor alguno, que acaba y comienza en llanto? ¿Acaso la vida, nuestra existencia, no tienen ningún valor? ¿Es preferible no haber nacido nunca? Desgraciadamente esa pregunta es tan incontestable como desesperada, y cualquier intento de hacerlo sería tan absurdo como preguntarnos, en caso de no haber nacido nunca, si hubiéramos preferido existir.
¿Pero cuál es la verdadera postura de Schopenhauer? ¿De verdad la vida humana tiene algún valor? ¿Esta existencia tendrá algún sentido? ¿Que es vivir?
La respuesta es sencilla, aunque no por eso menos escandalosa; la repuesta es sufrir. Para Schopenhauer esta vida no tiene otro fin inmediato que no sea el sufrimiento; respuesta que expone claramente tanto en El mundo como voluntad y representación, al igual que en el ensayo titulado Sobre los dolores del mundo.
podemos resumirlo de la siguiente forma:
1.- El hombre es contingente.
2.- El hombre es carencia.
3.- El deseo es una manifestación de la carencia.
4.- El deseo, sí se satisface, nos sume en el tedio, en el aburrimiento, en el hastío.
5.- El deseo, sí no se satisface, nos deja en el estado inicial, de necesidad, de carencia, pero ahora bajo la forma de frustración.
6.- El hastío, el aburrimiento, el tedio, y la frustración son dolor.
7.- El dolor nos hace desear.
8.- La vida es carencia, la carencia es deseo.
9.- Vivir es querer, el deseo es sufrimiento.
10.- Vivir es sufrir.
Podría parecer, después de lo expuesto, que Schopenhauer es un pensador desesperanzado, el cual ante la interrogante que se deriva del problema de la existencia -vivir o no vivir- responde que no hay salida alguna.
Ahora bien, ¿cómo se puede vivir una vida que no tiene valor alguno, que acaba y comienza en llanto? ¿Acaso la vida, nuestra existencia, no tienen ningún valor? ¿Es preferible no haber nacido nunca? Desgraciadamente esa pregunta es tan incontestable como desesperada, y cualquier intento de hacerlo sería tan absurdo como preguntarnos, en caso de no haber nacido nunca, si hubiéramos preferido existir.
¿Pero cuál es la verdadera postura de Schopenhauer? ¿De verdad la vida humana tiene algún valor? ¿Esta existencia tendrá algún sentido? ¿Que es vivir?
La respuesta es sencilla, aunque no por eso menos escandalosa; la repuesta es sufrir. Para Schopenhauer esta vida no tiene otro fin inmediato que no sea el sufrimiento; respuesta que expone claramente tanto en El mundo como voluntad y representación, al igual que en el ensayo titulado Sobre los dolores del mundo.
.