Algunas de las persecuciones religiosas en el siglo XVI
mineangelComo sabiamente intuía Platón, la Verdad existe, y es, además, identificable con el Bien y la Belleza. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, así se revela Cristo en el Evangelio de San Juan. Mas la Verdad tiene muchos enemigos, y así se puso de manifiesto desde el mismo comienzo de la andadura de la Iglesia. A lo largo de los siglos el odio se ha manifestado de muchas y variadas formas, y su concreción violenta ha regado de sangre cristiana los cinco continentes. Sea éste un pequeño resumen de una gran epopeya, la epopeya de los mártires que cayeron bajo la espada, la horca o las balas, por el mero hecho de creer en lo que nosotros rezamos cada domingo en el Credo. A algunos de ellos los veneramos en los altares, pero la gran mayoría son desconocidos, son tumbas sin nombre, esqueletos olvidados para la Historia y para los hombres. Para Aquél que todo lo ve, empero, todos ellos sin distinción son los de las vestiduras blancas, los que vienen de la gran tribulación. Que su luz nos guíe si alguna vez debemos transitar los agrestes caminos que ellos desbrozaron, y que su ejemplo nos edifique en los momentos en los que la blandura y el abandono se adueñan de nuestras almas