Una inundación es la ocupación por parte del agua de zonas que habitualmente están libres de esta,[1] por desbordamiento de ríos, torrentes o ramblas, por lluvias torrenciales, deshielo, por subida de las mareas por encima del nivel habitual, por maremotos, huracanes, entre otros.

Las inundaciones fluviales son procesos naturales que se han producido periódicamente y que han sido la causa de la formación de las llanuras en los valles de los ríos, tierras fértiles, vegas y riberas, donde normalmente se ha desarrollado la agricultura.
En las zonas costeras los embates del mar han servido para modelar las costas y crear zonas pantanosas como albuferas y lagunas que, tras su ocupación antrópica, se han convertido en zonas vulnerables.
Causas a escala local o regionalEditar
En el área mediterránea se da el fenómeno de la gota fría, producido por el calentamiento diferencial entre las tierras y las aguas a fines del verano y comienzos del otoño (generalmente, durante el mes de octubre), cuando la temperatura sobre las tierras comienza a ser bastante fría mientras que los mares todavía se encuentran a una temperatura bastante elevada. Esta diferencia se nota especialmente en las costas orientales de España y en otras regiones del Mediterráneo. El caso emblemático de esta situación sinóptica está representado por la Gran riada de Valencia en octubre de 1957.
En Asia oriental la principal causa de las crecidas fluviales son las lluvias torrenciales causadas por el monzón, asociadas muchas veces con tifones. Se presentan en verano y afectan a amplias zonas entre las que destaca el golfo de Bengala, la zona de mayor precipitación media del globo.
Los huracanes son una versión caribeña de los tifones, que asuelan temporalmente la región del golfo de México y las Antillas causando inundaciones por las olas, de hasta ocho metros, asociadas a los fuertes vientos, y por las lluvias intensas motivadas por el descenso brusco de la presión barométrica. También las tormentas tropicales suelen causar lluvias muy fuertes.
En los países de la zona templada, las subidas bruscas de temperatura pueden provocar crecidas en los ríos por la rápida fusión de las nieves, esto se da sobre todo en primavera, cuando el deshielo es mayor, o tras fuertes nevadas en cotas inusuales, que tras la ola de frío se funden provocando riadas. En zonas de clima subárido o árido propiamente dicho suelen producirse flash floods (inundaciones relámpago) por las lluvias muy intensas durante un período de tiempo muy breve.
Los maremotos o tsunamis como posible causa de una inundación, ya que el sismo submarino provoca una serie de ondas que se traducen en olas gigantes de devastador efecto en las costas afectadas. Estas catástrofes se suelen dar en el área del Pacífico y del Índico, de mayor actividad sísmica.
Las inundaciones no son ajenas a la ocupación del suelo. El caudal de los ríos es normalmente muy variable a lo largo de los años. En efecto, la hidrología establece para los ríos una gama de caudales máximos asociados al tiempo de retorno. Generalmente las poblaciones locales, cuando hace mucho tiempo que se encuentran asentadas en el lugar tiene conocimiento de las áreas ocupadas por las avenidas del río o barranco, y así respetan el espacio de este y su cauce, evitando la ocupación del mismo y su zona de inundación para evitar la inundación de sus centros poblados.
Respuesta:
Una inundación es la ocupación por parte del agua de zonas que habitualmente están libres de esta,[1] por desbordamiento de ríos, torrentes o ramblas, por lluvias torrenciales, deshielo, por subida de las mareas por encima del nivel habitual, por maremotos, huracanes, entre otros.

Las inundaciones fluviales son procesos naturales que se han producido periódicamente y que han sido la causa de la formación de las llanuras en los valles de los ríos, tierras fértiles, vegas y riberas, donde normalmente se ha desarrollado la agricultura.
En las zonas costeras los embates del mar han servido para modelar las costas y crear zonas pantanosas como albuferas y lagunas que, tras su ocupación antrópica, se han convertido en zonas vulnerables.
Causas a escala local o regionalEditar
En el área mediterránea se da el fenómeno de la gota fría, producido por el calentamiento diferencial entre las tierras y las aguas a fines del verano y comienzos del otoño (generalmente, durante el mes de octubre), cuando la temperatura sobre las tierras comienza a ser bastante fría mientras que los mares todavía se encuentran a una temperatura bastante elevada. Esta diferencia se nota especialmente en las costas orientales de España y en otras regiones del Mediterráneo. El caso emblemático de esta situación sinóptica está representado por la Gran riada de Valencia en octubre de 1957.
En Asia oriental la principal causa de las crecidas fluviales son las lluvias torrenciales causadas por el monzón, asociadas muchas veces con tifones. Se presentan en verano y afectan a amplias zonas entre las que destaca el golfo de Bengala, la zona de mayor precipitación media del globo.
Los huracanes son una versión caribeña de los tifones, que asuelan temporalmente la región del golfo de México y las Antillas causando inundaciones por las olas, de hasta ocho metros, asociadas a los fuertes vientos, y por las lluvias intensas motivadas por el descenso brusco de la presión barométrica. También las tormentas tropicales suelen causar lluvias muy fuertes.
En los países de la zona templada, las subidas bruscas de temperatura pueden provocar crecidas en los ríos por la rápida fusión de las nieves, esto se da sobre todo en primavera, cuando el deshielo es mayor, o tras fuertes nevadas en cotas inusuales, que tras la ola de frío se funden provocando riadas. En zonas de clima subárido o árido propiamente dicho suelen producirse flash floods (inundaciones relámpago) por las lluvias muy intensas durante un período de tiempo muy breve.
Los maremotos o tsunamis como posible causa de una inundación, ya que el sismo submarino provoca una serie de ondas que se traducen en olas gigantes de devastador efecto en las costas afectadas. Estas catástrofes se suelen dar en el área del Pacífico y del Índico, de mayor actividad sísmica.
Las inundaciones no son ajenas a la ocupación del suelo. El caudal de los ríos es normalmente muy variable a lo largo de los años. En efecto, la hidrología establece para los ríos una gama de caudales máximos asociados al tiempo de retorno. Generalmente las poblaciones locales, cuando hace mucho tiempo que se encuentran asentadas en el lugar tiene conocimiento de las áreas ocupadas por las avenidas del río o barranco, y así respetan el espacio de este y su cauce, evitando la ocupación del mismo y su zona de inundación para evitar la inundación de sus centros poblados.