Darío Oses nació en 1949 en Santiago, estudió en el liceo Darío Salas y se diplomó en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Ha desempeñado múltiples funciones -corrector de pruebas y de estilo, reportero periodístico, cronista y crítico literario, redactor publicitario, guionista de televisión. Actualmente es Director del Departamento de Asuntos Culturales de la Universidad de Chile.
Su actividad central es, con todo, la escritura. Cuentista en sus orígenes, textos suyos han aparecido en revistas y varias antologías, entre ellos el memorable "Muerte en Cartagena" incluido en el volumen Nuevos Cuentos Eróticos.
Ha incursionado en el teatro (es coautor con Marco Antonio de la Parra, de la obra "Lindo país esquina con vista al mar"), y ha publicado las novelas juveniles "Los rockeros celestes" y "El caballero del desierto". Pero su consagración literaria data de 1992 cuando apareció "Machos tristes", que lo situó de inmediato en la primera línea de la narrativa chilena. La crítica elogió en esta novela su originalidad formal, la perfección y severidad de su prosa y la sabia fusión de los avatares del mundo " privado y rutinario de unas vidas mínimas y antiheroicas" en el contexto del drama sociopolítico de Chile en las décadas recientes.
El "viaducto" publicada en 1994 confirmó a Oses como uno de los escritores más sólidos de su generación y probablemente el novelista chileno de mayor coherencia en su propósito. Calificada por algunos críticos como "monumento de ingeniería literaria", la novela ratifica la vocación del narrador para ilustrar los límites entre lo real y lo imaginario y mostrar cuánto de espejismo pueden tener las apuestas de la Historia cuando el hombre se enfrenta a su necesidad íntima de dicha.
En "Novela Chilena, Nuevas Generaciones. El Abordaje de los Huérfanos", de Rodrigo Canovas, la obra de Oses se describe como una versión de la imaginación paródica:
"En él, el comentario sobre la sociedad chilena es otorgado a través del pastiche, es decir, desde la copia consciente de estilos que están asociados a visiones específicas sobre la realidad nacional.
En Oses existe un genuino interés por los géneros menores, asociados en él a modos más antiguos y genuinos del ser nacional, como es el caso del folletín. 0 por géneros literarios ya pasados de moda, como el grotesco naturalista.
En sus historias hay siempre un gesto pasatista, ejercido tanto desde el pastiche de ciertas formas artísticas (alejadas del logo publicitario y de la vanguardia conceptista) como desde personajes que son citas del pasado -por ejemplo, un libretista de radioteatro, poco motivado por la televisión-. Lo que se satiriza es el tiempo presente, su signo publicitario; lo que se recrea y rescata es el tiempo ido, ligado a la intrahistoria y relacionado con actos menores de nuestra vida literaria, ejercicios de colegio, juegos de taller con las tradiciones literarias del país."
Darío Oses nació en 1949 en Santiago, estudió en el liceo Darío Salas y se diplomó en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Ha desempeñado múltiples funciones -corrector de pruebas y de estilo, reportero periodístico, cronista y crítico literario, redactor publicitario, guionista de televisión. Actualmente es Director del Departamento de Asuntos Culturales de la Universidad de Chile.
Su actividad central es, con todo, la escritura. Cuentista en sus orígenes, textos suyos han aparecido en revistas y varias antologías, entre ellos el memorable "Muerte en Cartagena" incluido en el volumen Nuevos Cuentos Eróticos.
Ha incursionado en el teatro (es coautor con Marco Antonio de la Parra, de la obra "Lindo país esquina con vista al mar"), y ha publicado las novelas juveniles "Los rockeros celestes" y "El caballero del desierto". Pero su consagración literaria data de 1992 cuando apareció "Machos tristes", que lo situó de inmediato en la primera línea de la narrativa chilena. La crítica elogió en esta novela su originalidad formal, la perfección y severidad de su prosa y la sabia fusión de los avatares del mundo " privado y rutinario de unas vidas mínimas y antiheroicas" en el contexto del drama sociopolítico de Chile en las décadas recientes.
El "viaducto" publicada en 1994 confirmó a Oses como uno de los escritores más sólidos de su generación y probablemente el novelista chileno de mayor coherencia en su propósito. Calificada por algunos críticos como "monumento de ingeniería literaria", la novela ratifica la vocación del narrador para ilustrar los límites entre lo real y lo imaginario y mostrar cuánto de espejismo pueden tener las apuestas de la Historia cuando el hombre se enfrenta a su necesidad íntima de dicha.
En "Novela Chilena, Nuevas Generaciones. El Abordaje de los Huérfanos", de Rodrigo Canovas, la obra de Oses se describe como una versión de la imaginación paródica:
"En él, el comentario sobre la sociedad chilena es otorgado a través del pastiche, es decir, desde la copia consciente de estilos que están asociados a visiones específicas sobre la realidad nacional.
En Oses existe un genuino interés por los géneros menores, asociados en él a modos más antiguos y genuinos del ser nacional, como es el caso del folletín. 0 por géneros literarios ya pasados de moda, como el grotesco naturalista.
En sus historias hay siempre un gesto pasatista, ejercido tanto desde el pastiche de ciertas formas artísticas (alejadas del logo publicitario y de la vanguardia conceptista) como desde personajes que son citas del pasado -por ejemplo, un libretista de radioteatro, poco motivado por la televisión-. Lo que se satiriza es el tiempo presente, su signo publicitario; lo que se recrea y rescata es el tiempo ido, ligado a la intrahistoria y relacionado con actos menores de nuestra vida literaria, ejercicios de colegio, juegos de taller con las tradiciones literarias del país."