Capitulo 1.-Lázaro y el ciego. La idea central es la evolución de Lázaro, que pasa de ser un niño ingenuo e inocente, sin conocimientos de la vida, a convertirse en el paradigma de "pícaro", muchacho joven que debe defenderse por sí mismo en la vida para poder comer cada día. Una referencia constante en este tratado será la del "hambre": Lázaro dedica todos sus esfuerzos a engañar al ciego, un hombre de gran astucia, para conseguir algo de comida o de vino cada día. Al finalizar el tratado, Lázaro se venga de todas las palizas a las que lo sometió el ciego engañando a su amo y abandonándolo a su suerte.
Capitulo 2.-Lázaro y el clérigo de Maqueda. El clérigo al que sirve Lázaro es un hombre mezquino y miserable, que se niega a alimentar adecuadamente a su sirviente, y que guarda los pocos alimentos que hay en su casa bajo llave en un arca. Lázaro, atenazado una vez más por el hambre y enflaquecido, debe agudizar su astucia al máximo para poder hacerse con algún mendrugo de pan que llevarse a la boca. Finalmente, enterado el clérigo de los engaños y robos del muchacho, decide prescindir de sus servicios.
Capitulo 3.-Lázaro y un escudero. El escudero es un noble de bajo nivel venido a menos, que vive en la más absoluta miseria pero que, aún así, se empeña en mantener una falsa imagen de tranquilidad, respetabilidad y riqueza. Lázaro no comprende las ínfulas de grandeza de su amo, pero se compadece de él y lo alimenta muchas veces. Acosado por los acreedores, el escudero huye de la ciudad, por lo que, esta vez, es el amo el que abandona al criado.
Capitulo 4.-Lázaro y un fraile de la Merced. Lázaro habla de su nuevo amo, un fraile de la Merced poco amigo de las obligaciones propias de un religioso y que se pasa el día de un lado para otro atendiendo "ciertos negocios" cuya naturaleza nunca se aclara. Además, el tratado finaliza diciendo: "por estas y otras cosillas que no cuento, dejé a mi amo". Este final deja todas las posibilidades abiertas: ¿qué serán esas "cosillas" por las que Lázaro decidió dejar al fraile?
Capitulo 5.- Lázaro y un buldero. El buldero era un sacerdote que se dedicaba a recorrer las parroquias vendiendo bulas, indulgencias papales que permitían que quienes las compraran no tuvieran que cumplir con ciertos preceptos religiosos (como el ayuno, abstenerse de carne durante la Cuaresma, etc.). Lázaro describe las sucias artimañas utilizadas por el sacerdote para vender sus bulas, sin ningún tipo de sentimiento religioso verdadero y con el único objetivo de conseguir buenos beneficios.
Capitulo 6.- Lázaro con un capellán. Una vez más, el amo de Lázaro será un religioso. En este caso, el capellán permite que Lázaro trabaje como aguador por la ciudad. Una vez que el muchacho ha conseguido beneficios y ha podido cambiar sus ropajes, Lázaro decide dejar el trabajo y buscarse un nuevo amo.
Capitulo 7.- Lázaro cuenta el motivo de su carta. Tras trabajar con un alguacil (policía), empleo que le pareció demasiado peligroso, Lázaro se pone al servicio de un arcipreste, quien le sugiere que contraiga matrimonio con una de sus sirvientas. Cuentan las malas lenguas en la ciudad que, en realidad, el deseo del arcipreste era dar un aire de decencia a su relación con la mujer de Lázaro, que en realidad era su barragana (amante). Lázaro, que conoce los rumores, prefiere hacer oídos sordos: ha alcanzado la "felicidad" y cierto renombre en la ciudad, eso sí, a cambio de renunciar a su honor y de permitir las infidelidades de su esposa.
Capitulo 1.-Lázaro y el ciego.
La idea central es la evolución de Lázaro, que pasa de ser un niño ingenuo e inocente, sin conocimientos de la vida, a convertirse en el paradigma de "pícaro", muchacho joven que debe defenderse por sí mismo en la vida para poder comer cada día. Una referencia constante en este tratado será la del "hambre": Lázaro dedica todos sus esfuerzos a engañar al ciego, un hombre de gran astucia, para conseguir algo de comida o de vino cada día. Al finalizar el tratado, Lázaro se venga de todas las palizas a las que lo sometió el ciego engañando a su amo y abandonándolo a su suerte.
Capitulo 2.-Lázaro y el clérigo de Maqueda. El clérigo al que sirve Lázaro es un hombre mezquino y miserable, que se niega a alimentar adecuadamente a su sirviente, y que guarda los pocos alimentos que hay en su casa bajo llave en un arca. Lázaro, atenazado una vez más por el hambre y enflaquecido, debe agudizar su astucia al máximo para poder hacerse con algún mendrugo de pan que llevarse a la boca. Finalmente, enterado el clérigo de los engaños y robos del muchacho, decide prescindir de sus servicios.
Capitulo 3.-Lázaro y un escudero. El escudero es un noble de bajo nivel venido a menos, que vive en la más absoluta miseria pero que, aún así, se empeña en mantener una falsa imagen de tranquilidad, respetabilidad y riqueza. Lázaro no comprende las ínfulas de grandeza de su amo, pero se compadece de él y lo
alimenta muchas veces. Acosado por los acreedores, el escudero huye de la ciudad, por lo que, esta vez, es el amo el que abandona al criado.
Capitulo 4.-Lázaro y un fraile de la Merced.
Lázaro habla de su nuevo amo, un fraile de la Merced poco amigo de las obligaciones propias de un religioso y que se pasa el día de un lado para otro atendiendo "ciertos negocios" cuya naturaleza nunca se aclara. Además, el tratado finaliza diciendo: "por estas y otras cosillas que no cuento, dejé a mi amo". Este final deja todas las posibilidades abiertas: ¿qué serán esas "cosillas" por las que Lázaro decidió dejar al fraile?
Capitulo 5.- Lázaro y un buldero.
El buldero era un sacerdote que se dedicaba a recorrer las parroquias vendiendo bulas, indulgencias papales que permitían que quienes las compraran no tuvieran que cumplir con ciertos preceptos religiosos (como el ayuno, abstenerse de carne durante la Cuaresma, etc.). Lázaro describe las sucias artimañas utilizadas por el sacerdote para vender sus bulas, sin ningún tipo de sentimiento religioso verdadero y con el único objetivo de conseguir buenos beneficios.
Capitulo 6.- Lázaro con un capellán.
Una vez más, el amo de Lázaro será un religioso. En este caso, el capellán permite que Lázaro trabaje como aguador por la ciudad. Una vez que el muchacho ha conseguido beneficios y ha podido cambiar sus ropajes, Lázaro decide dejar el trabajo y buscarse un nuevo amo.
Capitulo 7.- Lázaro cuenta el motivo de su carta.
Tras trabajar con un alguacil (policía), empleo que le pareció demasiado peligroso, Lázaro se pone al servicio de un arcipreste, quien le sugiere que contraiga matrimonio con una de sus sirvientas. Cuentan las malas lenguas en la ciudad que, en realidad, el deseo del arcipreste era dar un aire de decencia a su relación con la mujer de Lázaro, que en realidad era su barragana (amante).
Lázaro, que conoce los rumores, prefiere hacer oídos sordos: ha alcanzado la "felicidad" y cierto renombre en la ciudad, eso sí, a cambio de renunciar a su honor y de permitir las infidelidades de su esposa.