La Revolución Juliana abrió el siglo XX-histórico.
Inició un Estado social, particularmente en dos campos: la atención a la “cuestión social” y el intervencionismo financiero. La Constitución de 1929 fue la primera en proclamar los derechos sociales-laborales. Introdujo el criterio de “función social” de la propiedad y de redistribución de las tierras.
La Juliana puso las bases para superar el Estado oligárquico-terrateniente, debe ser considerada la primera “de izquierda” en Ecuador (no necesariamente “marxista”) y movilizó un precario ideario “socialista”. Creó instituciones como el Banco Central, la Superintendencia de Bancos, la Contraloría, el Ministerio de Bienestar Social, la Caja de Pensiones, y estableció regulaciones inéditas como el impuesto a la renta sobre ganancias del capital, el régimen salarial, la planificación presupuestaria, los principios laborales, etc.
Los logros de la Revolución Juliana marcarían la vida nacional al menos durante las siguientes siete décadas. Y fue el modelo empresarial de desarrollo, consolidado en Ecuador durante las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo, el que se propuso acabar con las herencias julianas y también con el modelo estatal-desarrollista que le precedió. Era el retorno oligárquico que también concluyó en 2007 con el inicio de un nuevo ciclo histórico.
La Revolución Juliana abrió el siglo XX-histórico.
Inició un Estado social, particularmente en dos campos: la atención a la “cuestión social” y el intervencionismo financiero. La Constitución de 1929 fue la primera en proclamar los derechos sociales-laborales. Introdujo el criterio de “función social” de la propiedad y de redistribución de las tierras.
La Juliana puso las bases para superar el Estado oligárquico-terrateniente, debe ser considerada la primera “de izquierda” en Ecuador (no necesariamente “marxista”) y movilizó un precario ideario “socialista”. Creó instituciones como el Banco Central, la Superintendencia de Bancos, la Contraloría, el Ministerio de Bienestar Social, la Caja de Pensiones, y estableció regulaciones inéditas como el impuesto a la renta sobre ganancias del capital, el régimen salarial, la planificación presupuestaria, los principios laborales, etc.
Los logros de la Revolución Juliana marcarían la vida nacional al menos durante las siguientes siete décadas. Y fue el modelo empresarial de desarrollo, consolidado en Ecuador durante las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo, el que se propuso acabar con las herencias julianas y también con el modelo estatal-desarrollista que le precedió. Era el retorno oligárquico que también concluyó en 2007 con el inicio de un nuevo ciclo histórico.