Me mudé a vivir a una casa rentada y viví ahí dos semanas. Un día decidí hacerme un día de spa: me unté arcilla azul de pies a cabeza. De pronto entró alguien. Yo, en el "traje de Eva", azul como Avatar, crucé la mirada con un chico totalmente pasmado al verme. Me escondí en la cocina, agarré un cuchillo. El chico sacó un gas pimienta y empezamos a investigar cómo resultamos ahí los dos. Se descubrió que el departamento le pertenecía a él y me lo había rentado su abuela que soñaba con arreglar la vida personal de su nieto. Hasta ahora recordamos nuestra discusión aquel día. Sigo viviendo en el mismo lugar, ahora somos pareja.
Enfrente de mi casa siempre hay un indigente. Un día se me acercó y me pidió dinero para comprar un boleto de lotería. No le creí pero sí le di dinero. Ayer se me acercó y me devolvió lo que le había prestado diciendo: "¡Estoy en deuda contigo! ¡Ayer me compré un boleto de lotería y me gané 250 mil! ¡Gracias!". Para ser sincero, casi me echo a llorar de emoción. Me sentí increíble sabiendo que con una cantidad tan pequeña logré ayudarle a una persona a cambiar su vida.
Me mudé a vivir a una casa rentada y viví ahí dos semanas. Un día decidí hacerme un día de spa: me unté arcilla azul de pies a cabeza. De pronto entró alguien. Yo, en el "traje de Eva", azul como Avatar, crucé la mirada con un chico totalmente pasmado al verme. Me escondí en la cocina, agarré un cuchillo. El chico sacó un gas pimienta y empezamos a investigar cómo resultamos ahí los dos. Se descubrió que el departamento le pertenecía a él y me lo había rentado su abuela que soñaba con arreglar la vida personal de su nieto. Hasta ahora recordamos nuestra discusión aquel día. Sigo viviendo en el mismo lugar, ahora somos pareja.
Enfrente de mi casa siempre hay un indigente. Un día se me acercó y me pidió dinero para comprar un boleto de lotería. No le creí pero sí le di dinero. Ayer se me acercó y me devolvió lo que le había prestado diciendo: "¡Estoy en deuda contigo! ¡Ayer me compré un boleto de lotería y me gané 250 mil! ¡Gracias!". Para ser sincero, casi me echo a llorar de emoción. Me sentí increíble sabiendo que con una cantidad tan pequeña logré ayudarle a una persona a cambiar su vida.