Daiana2805
Parvana, una niña de once años que tuvo que dejar la escuela por la invasión de los talibanes y los continuos bombardeos. Ahora vivía en una pequeña habitación de un edificio en ruinas por la explosión de un misil, sin apenas poder salir a la calle. El padre de Parvana trabajaba en el mercado leyendo y escribiendo cartas y vendiendo objetos que había logrado salvar de su antigua casa. Parvana siempre acompañaba a su padre a trabajar, pero con el riesgo de ser descubierta por los soldados, quienes podían incluso matarla si la por la calle, aunque ella sabía que si le preguntaban debía decir que ayudaba a su padre a caminar, pues le faltaba una pierna. Un día, sin previo aviso, aparecieron varios talibanes en su casa, arrestaron a su padre y propinaron una fuerte paliza a su madre y a la joven, pues habían intentado frenarlos. Ambas trataron de buscarlo, caminando hasta la cárcel, pero todo fue en vano, y Fatana, la madre, cayó sumida en una depresión. Puesto que el padre no estaba, y era quien se encargaba de conseguir el dinero, comenzó a faltar comida en casa de Parvana. Una tarde, la joven venía deprisa del mercado, pues estaba siendo perseguida por los soldados, cuando de pronto se encontró con una antigua profesora y amiga de la familia, la señora Weera, quien después de haberle contado lo sucedido la acompañó a su casa. Se instaló allí varios días, y después de lograr que la madre volviese a un estado anímico aceptable, se le ocurrió la idea de convertir a Parvana en un chico para poder obtener comida .A la joven no le gustó mucho la idea, pero puesto que era una situación extrema, aceptó y al día siguiente empezó a trabajar. Al cabo de varias jornadas en el mercado, Parvana se encontró a una compañera de clase, quien también tuvo que hacer lo mismo para ayudar a sus familiares. Debido a que el dinero que obtenían era escaso, decidieron ponerse a recolectar huesos del cementerio, lo que les valió para ganar bastante más y poder pagar todo lo necesario para sobrevivir varias semanas. Pasado un tiempo, Parvana recibió la noticia de que Nooria, su hermana mayor, se iba a casar y se iría a vivir a Mazar, al norte de Afganistán, donde no había guerra y las mujeres tenían más libertad. Su madre y sus hermanas partieron hacia allí, teniendo que quedarse Parvana en casa con su profesora por si su padre regresaba de prisión. Mientras Parvana trabajaba en el mercado, empezó a llover y la chica se refugió en un antiguo edificio, donde se encontró a una joven llorando. La llevó a su casa y ésta le contó que había tenido que huir de Mazar, pues los talibanes habían invadido la ciudad. Al día siguiente, el padre de Parvana apareció lleno de magulladuras, y una vez recuperado, la joven le contó la noticia de Mazar. Así que finalmente ambos decidieron irse en busca de su madre y sus hermanas, ya que no sabían si estaban vivas
El padre de Parvana trabajaba en el mercado leyendo y escribiendo cartas y vendiendo objetos que había logrado salvar de su antigua casa. Parvana siempre acompañaba a su padre a trabajar, pero con el riesgo de ser descubierta por los soldados, quienes podían incluso matarla si la por la calle, aunque ella sabía que si le preguntaban debía decir que ayudaba a su padre a caminar, pues le faltaba una pierna. Un día, sin previo aviso, aparecieron varios talibanes en su casa, arrestaron a su padre y propinaron una fuerte paliza a su madre y a la joven, pues habían intentado frenarlos. Ambas trataron de buscarlo, caminando hasta la cárcel, pero todo fue en vano, y Fatana, la madre, cayó sumida en una depresión.
Puesto que el padre no estaba, y era quien se encargaba de conseguir el dinero, comenzó a faltar comida en casa de Parvana. Una tarde, la joven venía deprisa del mercado, pues estaba siendo perseguida por los soldados, cuando de pronto se encontró con una antigua profesora y amiga de la familia, la señora Weera, quien después de haberle contado lo sucedido la acompañó a su casa. Se instaló allí varios días, y después de lograr que la madre volviese a un estado anímico aceptable, se le ocurrió la idea de convertir a Parvana en un chico para poder obtener comida .A la joven no le gustó mucho la idea, pero puesto que era una situación extrema, aceptó y al día siguiente empezó a trabajar. Al cabo de varias jornadas en el mercado, Parvana se encontró a una compañera de clase, quien también tuvo que hacer lo mismo para ayudar a sus familiares. Debido a que el dinero que obtenían era escaso, decidieron ponerse a recolectar huesos del cementerio, lo que les valió para ganar bastante más y poder pagar todo lo necesario para sobrevivir varias semanas.
Pasado un tiempo, Parvana recibió la noticia de que Nooria, su hermana mayor, se iba a casar y se iría a vivir a Mazar, al norte de Afganistán, donde no había guerra y las mujeres tenían más libertad. Su madre y sus hermanas partieron hacia allí, teniendo que quedarse Parvana en casa con su profesora por si su padre regresaba de prisión. Mientras Parvana trabajaba en el mercado, empezó a llover y la chica se refugió en un antiguo edificio, donde se encontró a una joven llorando. La llevó a su casa y ésta le contó que había tenido que huir de Mazar, pues los talibanes habían invadido la ciudad. Al día siguiente, el padre de Parvana apareció lleno de magulladuras, y una vez recuperado, la joven le contó la noticia de Mazar. Así que finalmente ambos decidieron irse en busca de su madre y sus hermanas, ya que no sabían si estaban vivas