Para otros usos de este término, véase Civilización (desambiguación).
Una civilización es una sociedad compleja,[1][2] y por tanto sus rasgos definitorios son su forma de organización, sus instituciones y su estructura social, así como su tecnología disponible y la forma de explotación de los recursos disponibles.[3][4][5][6][7][8][9][10][11]
Vista sobre la origen del concepto de ciudadano y con él el de civilización.
Las civilizaciones se diferencian de las sociedades tribales basadas en el parentesco[12] por el predominio del modo de vida urbano (la ciudad, que impone relaciones sociales más abiertas) y el sedentarismo (que implica el desarrollo de la agricultura y a partir de ella todo tipo de desarrollos tecnológicos y económicos con la división del trabajo, la comercialización de excedentes[13] y, más tarde, la industrialización y la terciarización).[14] Con pocas excepciones, las civilizaciones son históricas, es decir, utilizan la escritura para el registro de su legislación y su religión (aparecidas con el poder político -reyes, estados- y religioso -templos, clero-) y para la perpetuación de la memoria de su pasado (incluyendo la aparición de los conceptos de tiempo histórico y calendario).
Si se utiliza en un sentido amplio, civilización pasa a ser sinónimo de cultura (englobando las visiones del mundo o ideologías, las creencias, los valores, las costumbres, las leyes e instituciones), que se suele aplicar con carácter más general.
Recientemente, surge un nuevo concepto de civilización: «la civilización empieza a aparecer cuando se establece un sistema de vida factible; es decir, una relación apropiada entre el hombre y la naturaleza, de acuerdo con las características de una región determinada».[15] De acuerdo a este nuevo enfoque, el desarrollo industrial solo desarrolla a una civilización si este contribuye al bienestar de la sociedad y del medio ambiente. A partir de esta definición, vemos una profunda relación entre civilización y sustentabilidad. Yendo más lejos, se puede decir que el progreso no siempre es acumulativo, sino que es no lineal; el paso del tiempo en una sociedad puede afectar tanto al bienestar de sus miembros como al bienestar de la naturaleza.
Etimológicamente, la palabra «civilización» deriva indirectamente del latín civis (ciudadano) a través de civil y civilizar.
Respuesta:
Civilización
sociedad compleja
Para otros usos de este término, véase Civilización (desambiguación).
Una civilización es una sociedad compleja,[1][2] y por tanto sus rasgos definitorios son su forma de organización, sus instituciones y su estructura social, así como su tecnología disponible y la forma de explotación de los recursos disponibles.[3][4][5][6][7][8][9][10][11]
Vista sobre la origen del concepto de ciudadano y con él el de civilización.
Las civilizaciones se diferencian de las sociedades tribales basadas en el parentesco[12] por el predominio del modo de vida urbano (la ciudad, que impone relaciones sociales más abiertas) y el sedentarismo (que implica el desarrollo de la agricultura y a partir de ella todo tipo de desarrollos tecnológicos y económicos con la división del trabajo, la comercialización de excedentes[13] y, más tarde, la industrialización y la terciarización).[14] Con pocas excepciones, las civilizaciones son históricas, es decir, utilizan la escritura para el registro de su legislación y su religión (aparecidas con el poder político -reyes, estados- y religioso -templos, clero-) y para la perpetuación de la memoria de su pasado (incluyendo la aparición de los conceptos de tiempo histórico y calendario).
Si se utiliza en un sentido amplio, civilización pasa a ser sinónimo de cultura (englobando las visiones del mundo o ideologías, las creencias, los valores, las costumbres, las leyes e instituciones), que se suele aplicar con carácter más general.
Recientemente, surge un nuevo concepto de civilización: «la civilización empieza a aparecer cuando se establece un sistema de vida factible; es decir, una relación apropiada entre el hombre y la naturaleza, de acuerdo con las características de una región determinada».[15] De acuerdo a este nuevo enfoque, el desarrollo industrial solo desarrolla a una civilización si este contribuye al bienestar de la sociedad y del medio ambiente. A partir de esta definición, vemos una profunda relación entre civilización y sustentabilidad. Yendo más lejos, se puede decir que el progreso no siempre es acumulativo, sino que es no lineal; el paso del tiempo en una sociedad puede afectar tanto al bienestar de sus miembros como al bienestar de la naturaleza.
Etimológicamente, la palabra «civilización» deriva indirectamente del latín civis (ciudadano) a través de civil y civilizar.