Y Jesús dijo: No matarás; no acometerás adulterio; no hurtarás; no dirás bfalso testimonio; 19 ahonra a tu padre y a tu madre; y, bamarás a tu cprójimo como a ti mismo. 20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
2-)
Ciertamente, esta es la parábola de los optimistas. Por mucho que parte de la semilla cae en otra parte, el sembrador se asegurará que la mayoría de la semilla caiga en buena tierra. Incluso los más pobres dan treinta veces más. En el Evangelio, Jesús a menudo utiliza la metáfora de la semilla para describir su Reino y su energía innata.
3-)Cuando Jesús habla de riquezas no sólo se refiere al dinero, alude a todo tipo de “posesiones”, y nos hace esta dura advertencia no porque sean malas en sí, sino por el daño que nos hacemos a nosotros mismos cuando no nos relacionamos bien con estas realidades, poniendo nuestra confianza en el tener, en el prestigio, en nuestras capacidades intelectuales… y dejando a Dios a un lado. Esto es un peligro grande y real. Es una tentación que todos los días y de muchas maneras llama a nuestra vida y de la que hemos de aprender a defendernos. Es difícil, pero con Dios todo es posible.
Jesucristo enseñó en cuanto a la santidad del matrimonio. Recalcó la importancia de escoger la vida eterna por encima de las riquezas terrenales, y dio la parábola de los obreros de la viña. Jesús también predijo Su muerte y enseñó a Sus discípulos a servir a los demás.
Muestre una lámina de un matrimonio feliz que se haya sellado en el templo. Señale que la doctrina del Señor en cuanto al matrimonio y el divorcio difiere de muchas de las creencias del mundo.
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros”.
Mateo 19:27-30
historia del joven rico que le pregunto a Jesús lo que tenía que hacer para heredar la vida eterna, y hasta el momento los últimos estudios han girado alrededor de esta edificante narración bíblica; pero hoy terminamos no solo dicha historia sino también el capítulo con la pregunta que Pedro realizo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Esta pregunta que hace Pedro nos hace pensar en lo que los cristianos realmente ganamos por seguir a Cristo, aunque realmente parece una pregunta imprudente, desagradecida e inoportuna, merece su respuesta y es nuestro Señor Jesucristo quien realmente la contestara. Lo cierto es que seguir a Cristo tiene muchas recompensas pero la mayor es la vida eterna. Veamos cómo se desarrollan estos maravillosos versículos en este evangelio.
Verdaderamente les digo, será difícil para un rico entrar al reino de los cielos’. Esto suena tan fuerte para nosotros como les sonó a los discípulos. No es imposible, sino difícil, porque las tentaciones que hacen las riquezas pueden surgir en las vidas de la gente. No se puede servir tanto a Dios como al dinero, nos advierte Jesús, una lección que a menudo aprendemos a nuestro propio costo. Rezo para ser libre de mis posesiones, sean muchas o pocas.
Una vez más, Pedro es nuestro vocero: como él, a menudo nos sentimos con ganas de preguntar, ‘Mira hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué tenemos que hacer entonces?’ Jesús reconoce el lugar especial que tendrán los Doce en la renovación del Pueblo de Dios, pero también promete a todos el ciento por uno, aún en esta misma vida. No podemos superar a Dios en generosidad. Pienso hacia atrás con gratitud en los momentos en que he experimentado esa generosidad temeraria.
Verdaderamente les digo, será difícil para un rico entrar al reino de los cielos’. Esto suena tan fuerte para nosotros como les sonó a los discípulos. No es imposible, sino difícil, porque las tentaciones que hacen las riquezas pueden surgir en las vidas de la gente. No se puede servir tanto a Dios como al dinero, nos advierte Jesús, una lección que a menudo aprendemos a nuestro propio costo. Rezo para ser libre de mis posesiones, sean muchas o pocas.
Una vez más, Pedro es nuestro vocero: como él, a menudo nos sentimos con ganas de preguntar, ‘Mira hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué tenemos que hacer entonces?’ Jesús reconoce el lugar especial que tendrán los Doce en la renovación del Pueblo de Dios, pero también promete a todos el ciento por uno, aún en esta misma vida. No podemos superar a Dios en generosidad. Pienso hacia atrás con gratitud en los momentos en que he experimentado esa generosidad temeraria.
Respuesta:
1-)
Y Jesús dijo: No matarás; no acometerás adulterio; no hurtarás; no dirás bfalso testimonio; 19 ahonra a tu padre y a tu madre; y, bamarás a tu cprójimo como a ti mismo. 20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
2-)
Ciertamente, esta es la parábola de los optimistas. Por mucho que parte de la semilla cae en otra parte, el sembrador se asegurará que la mayoría de la semilla caiga en buena tierra. Incluso los más pobres dan treinta veces más. En el Evangelio, Jesús a menudo utiliza la metáfora de la semilla para describir su Reino y su energía innata.
3-)Cuando Jesús habla de riquezas no sólo se refiere al dinero, alude a todo tipo de “posesiones”, y nos hace esta dura advertencia no porque sean malas en sí, sino por el daño que nos hacemos a nosotros mismos cuando no nos relacionamos bien con estas realidades, poniendo nuestra confianza en el tener, en el prestigio, en nuestras capacidades intelectuales… y dejando a Dios a un lado. Esto es un peligro grande y real. Es una tentación que todos los días y de muchas maneras llama a nuestra vida y de la que hemos de aprender a defendernos. Es difícil, pero con Dios todo es posible.
Jesucristo enseñó en cuanto a la santidad del matrimonio. Recalcó la importancia de escoger la vida eterna por encima de las riquezas terrenales, y dio la parábola de los obreros de la viña. Jesús también predijo Su muerte y enseñó a Sus discípulos a servir a los demás.
Muestre una lámina de un matrimonio feliz que se haya sellado en el templo. Señale que la doctrina del Señor en cuanto al matrimonio y el divorcio difiere de muchas de las creencias del mundo.
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros”.
Mateo 19:27-30
historia del joven rico que le pregunto a Jesús lo que tenía que hacer para heredar la vida eterna, y hasta el momento los últimos estudios han girado alrededor de esta edificante narración bíblica; pero hoy terminamos no solo dicha historia sino también el capítulo con la pregunta que Pedro realizo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Esta pregunta que hace Pedro nos hace pensar en lo que los cristianos realmente ganamos por seguir a Cristo, aunque realmente parece una pregunta imprudente, desagradecida e inoportuna, merece su respuesta y es nuestro Señor Jesucristo quien realmente la contestara. Lo cierto es que seguir a Cristo tiene muchas recompensas pero la mayor es la vida eterna. Veamos cómo se desarrollan estos maravillosos versículos en este evangelio.
Verdaderamente les digo, será difícil para un rico entrar al reino de los cielos’. Esto suena tan fuerte para nosotros como les sonó a los discípulos. No es imposible, sino difícil, porque las tentaciones que hacen las riquezas pueden surgir en las vidas de la gente. No se puede servir tanto a Dios como al dinero, nos advierte Jesús, una lección que a menudo aprendemos a nuestro propio costo. Rezo para ser libre de mis posesiones, sean muchas o pocas.
Una vez más, Pedro es nuestro vocero: como él, a menudo nos sentimos con ganas de preguntar, ‘Mira hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué tenemos que hacer entonces?’ Jesús reconoce el lugar especial que tendrán los Doce en la renovación del Pueblo de Dios, pero también promete a todos el ciento por uno, aún en esta misma vida. No podemos superar a Dios en generosidad. Pienso hacia atrás con gratitud en los momentos en que he experimentado esa generosidad temeraria.
Verdaderamente les digo, será difícil para un rico entrar al reino de los cielos’. Esto suena tan fuerte para nosotros como les sonó a los discípulos. No es imposible, sino difícil, porque las tentaciones que hacen las riquezas pueden surgir en las vidas de la gente. No se puede servir tanto a Dios como al dinero, nos advierte Jesús, una lección que a menudo aprendemos a nuestro propio costo. Rezo para ser libre de mis posesiones, sean muchas o pocas.
Una vez más, Pedro es nuestro vocero: como él, a menudo nos sentimos con ganas de preguntar, ‘Mira hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué tenemos que hacer entonces?’ Jesús reconoce el lugar especial que tendrán los Doce en la renovación del Pueblo de Dios, pero también promete a todos el ciento por uno, aún en esta misma vida. No podemos superar a Dios en generosidad. Pienso hacia atrás con gratitud en los momentos en que he experimentado esa generosidad temeraria.
explicacion: