¿Qué relación hay entre el sacramento de la Penitencia y el Matrimonio? Los esposos y los demás miembros de la familia deben recibir el sacramento de la Penitencia cuando en sus vidas esté presente el pecado o cuando quieran crecer en el fervor y en el amor de Dios.
¿El sacramento del matrimonio confiere la gracia de Dios para toda la vida matrimonial? El sacramento del matrimonio, recibido con las debidas disposiciones, confiere la gracia de Jesucristo que ayudará a los esposos a santificarse en todas las circunstancias de su vida conyugal, porque Dios no nos abandona nunca en nuestra vocación, y el matrimonio es una vocación, un camino hacia la santidad.
También evangelizarán con su ejemplo y su palabra, transmitiendo los valores humanos y cristianos: el amor al trabajo, el sentido de responsabilidad, el respeto a los mayores y al buen nombre de los demás; el amor a la verdad, la sinceridad, la vida sencilla, austera y limpia; el saber compartir con los demás los bienes que tenemos, el ser agradecidos con Dios por todo, etc.: porque todas esas virtudes las vivió Jesucristo.
¿Qué motivos tenemos para oraren familia? Los motivos son las mismas circunstancias ordinarias de la vida que debemos y podemos referir a Dios: estar juntos en alegrías y dolores; esperanzas y tristezas; nacimientos y cumpleaños; aniversarios de bodas; viajes, alejamientos y regresos; momentos importantes; fallecimiento de personas queridas, etc.
¿Qué relación tiene la familia con la fe? La Iglesia siempre ha enseñado que la familia cristiana es una comunidad creyente y evangelizadora, que testimonia la presencia salvadora de Cristo en el mundo a través de la unidad y fidelidad de los esposos, y la conservación y transmisión de la fe a los hijos.
Deben enseñar a sus hijos a orar y a tratar a Dios en ocasiones ordinarias de la vida: al acostarse y al levantarse; antes y después de las comidas; a dar gracias por los beneficios; en la asistencia a la Misa dominical; a celebrar los misterios cristianos: Navidad, Semana Santa, etc.; la celebración de las fiestas de Jesucristo, de la Virgen y de algunos Santos; a orar por las necesidades espirituales y materiales de los demás; etc.
Respuesta:
¿Qué relación hay entre el sacramento de la Penitencia y el Matrimonio? Los esposos y los demás miembros de la familia deben recibir el sacramento de la Penitencia cuando en sus vidas esté presente el pecado o cuando quieran crecer en el fervor y en el amor de Dios.
¿El sacramento del matrimonio confiere la gracia de Dios para toda la vida matrimonial? El sacramento del matrimonio, recibido con las debidas disposiciones, confiere la gracia de Jesucristo que ayudará a los esposos a santificarse en todas las circunstancias de su vida conyugal, porque Dios no nos abandona nunca en nuestra vocación, y el matrimonio es una vocación, un camino hacia la santidad.
También evangelizarán con su ejemplo y su palabra, transmitiendo los valores humanos y cristianos: el amor al trabajo, el sentido de responsabilidad, el respeto a los mayores y al buen nombre de los demás; el amor a la verdad, la sinceridad, la vida sencilla, austera y limpia; el saber compartir con los demás los bienes que tenemos, el ser agradecidos con Dios por todo, etc.: porque todas esas virtudes las vivió Jesucristo.
¿Qué motivos tenemos para oraren familia? Los motivos son las mismas circunstancias ordinarias de la vida que debemos y podemos referir a Dios: estar juntos en alegrías y dolores; esperanzas y tristezas; nacimientos y cumpleaños; aniversarios de bodas; viajes, alejamientos y regresos; momentos importantes; fallecimiento de personas queridas, etc.
¿Qué relación tiene la familia con la fe? La Iglesia siempre ha enseñado que la familia cristiana es una comunidad creyente y evangelizadora, que testimonia la presencia salvadora de Cristo en el mundo a través de la unidad y fidelidad de los esposos, y la conservación y transmisión de la fe a los hijos.
Deben enseñar a sus hijos a orar y a tratar a Dios en ocasiones ordinarias de la vida: al acostarse y al levantarse; antes y después de las comidas; a dar gracias por los beneficios; en la asistencia a la Misa dominical; a celebrar los misterios cristianos: Navidad, Semana Santa, etc.; la celebración de las fiestas de Jesucristo, de la Virgen y de algunos Santos; a orar por las necesidades espirituales y materiales de los demás; etc.
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