A qué se debe la desigualdad desarrollo económico?
javieronivan México es hoy un país de grandes contrastes y de niveles de pobreza y déficits en indicadores sociales que están por arriba de lo esperado para un país con su grado de desarrollo. Tanto los índices de pobreza y desigualdad, como los indicadores sociales presentaron mejoras durante los años de crecimiento entre 1950 y 1980. En los ochentas, durante la crisis de la deuda y su secuela, la pobreza y la desigualdad aumentaron, y los indicadores sociales si bien continuaron mejorando, lo hicieron a tasas menores. La leve --y efímera-- recuperación económica de 1989 a 1992 resultó en una disminución de la pobreza, pero ésta todavía estaba por encima de los niveles de 1984. La tendencia no continuó entre 1992 y 1994 probablemente debido a la desaceleración de la tasa de crecimiento. Aunque todavía no se cuenta con información, la pobreza debe haber aumentado de manera muy marcada con la crisis del peso de 1995. La recuperación a partir de 1996, de ser sostenible, deberá llevar a una reducción en los niveles de pobreza. Claramente, uno de los factores determinantes de la evolución de la pobreza ha sido el comportamiento macroeconómico. Desde la primera mitad de los setentas, México perdió la estabilidad que le caracterizaba y ha enfrentado crisis económicas recurrentes: en 1976, 1982, 1986 y 1994. En parte importante las crisis se explican por malas decisiones de política económica. Pero, también se explican por la vulnerabilidad de México al comportamiento de variables externas: los precios internacionales del petróleo en 1982 y en 1986, y, la tasa de interés externa y los flujos de capital en 1994. En el período reciente, la situación económica de México también se vio afectada por la mayor incertidumbre generada por la presencia de actos violentos y el proceso de transición a un sistema político más democrático y abierto. Los costos de las crisis y del ajuste no fueron distribuidos de manera equitativa. En general, los costos recayeron de manera más que proporcional sobre los grupos medios y más pobres, mientras que el tope de la población salió bien librada. Mucho de este efecto se debe al hecho de que durante las crisis los ingresos salariales cayeron mucho más que los ingresos no salariales (las ganancias y rentas en particular). Amén de la evolución macroeconómica, el comportamiento de la pobreza y la desigualdad está asociado al proceso de reforma estructural iniciado en los ochentas y a choques externos específicos. En particular, hay dos componentes del programa de reforma estructural que pueden haber afectado de manera muy importante el proceso de diferenciación económica y social. Uno de ellos es la liberalización comercial comenzada a mediados de los ochentas y que culminó con la firma del Tratado de Libre Comercio puesto en marcha en 1994. El otro es la reforma agraria--que autoriza la privatización del ejido--promulgada a fines de 1991 y el desmantelamiento de los apoyos institucionales y subsidios al agro que formaron parte del nuevo modelo económico donde el estado jugaría un papel menor. Todavía es prematuro hacer una evaluación cabal de los impactos de estas medidas, sobre todo porque hay muy poca investigación empírica sobre el tema. No obstante, los estudios disponibles indican que la liberalización comercial aumentó la disparidad salarial entre trabajadores calificados y no calificados en el sector manufacturero. Estos resultados, sin embargo, deben de tomarse con cautela hasta contar con un análisis sobre la evolución de los ingresos para distintos tipos de perceptores. Por otra parte, un trabajo realizado sobre el sector ejidal encuentra que la diferenciación social y la pobreza han ido en aumento a partir del período que se introdujo la reforma agrícola/agraria. Estos resultados son 2 2 consistentes con los resultados de este estudio en cuanto al comportamiento de la pobreza en el sector primario y para los trabajadores rurales.
México es hoy un país de grandes contrastes y de niveles de pobreza y déficits en indicadores sociales que están por arriba de lo esperado para un país con su grado de desarrollo. Tanto los índices de pobreza y desigualdad, como los indicadores sociales presentaron mejoras durante los años de crecimiento entre 1950 y 1980. En los ochentas, durante la crisis de la deuda y su secuela, la pobreza y la desigualdad aumentaron, y los indicadores sociales si bien continuaron mejorando, lo hicieron a tasas menores. La leve --y efímera-- recuperación económica de 1989 a 1992 resultó en una disminución de la pobreza, pero ésta todavía estaba por encima de los niveles de 1984. La tendencia no continuó entre 1992 y 1994 probablemente debido a la desaceleración de la tasa de crecimiento. Aunque todavía no se cuenta con información, la pobreza debe haber aumentado de manera muy marcada con la crisis del peso de 1995. La recuperación a partir de 1996, de ser sostenible, deberá llevar a una reducción en los niveles de pobreza. Claramente, uno de los factores determinantes de la evolución de la pobreza ha sido el comportamiento macroeconómico. Desde la primera mitad de los setentas, México perdió la estabilidad que le caracterizaba y ha enfrentado crisis económicas recurrentes: en 1976, 1982, 1986 y 1994. En parte importante las crisis se explican por malas decisiones de política económica. Pero, también se explican por la vulnerabilidad de México al comportamiento de variables externas: los precios internacionales del petróleo en 1982 y en 1986, y, la tasa de interés externa y los flujos de capital en 1994. En el período reciente, la situación económica de México también se vio afectada por la mayor incertidumbre generada por la presencia de actos violentos y el proceso de transición a un sistema político más democrático y abierto. Los costos de las crisis y del ajuste no fueron distribuidos de manera equitativa. En general, los costos recayeron de manera más que proporcional sobre los grupos medios y más pobres, mientras que el tope de la población salió bien librada. Mucho de este efecto se debe al hecho de que durante las crisis los ingresos salariales cayeron mucho más que los ingresos no salariales (las ganancias y rentas en particular). Amén de la evolución macroeconómica, el comportamiento de la pobreza y la desigualdad está asociado al proceso de reforma estructural iniciado en los ochentas y a choques externos específicos. En particular, hay dos componentes del programa de reforma estructural que pueden haber afectado de manera muy importante el proceso de diferenciación económica y social. Uno de ellos es la liberalización comercial comenzada a mediados de los ochentas y que culminó con la firma del Tratado de Libre Comercio puesto en marcha en 1994. El otro es la reforma agraria--que autoriza la privatización del ejido--promulgada a fines de 1991 y el desmantelamiento de los apoyos institucionales y subsidios al agro que formaron parte del nuevo modelo económico donde el estado jugaría un papel menor. Todavía es prematuro hacer una evaluación cabal de los impactos de estas medidas, sobre todo porque hay muy poca investigación empírica sobre el tema. No obstante, los estudios disponibles indican que la liberalización comercial aumentó la disparidad salarial entre trabajadores calificados y no calificados en el sector manufacturero. Estos resultados, sin embargo, deben de tomarse con cautela hasta contar con un análisis sobre la evolución de los ingresos para distintos tipos de perceptores. Por otra parte, un trabajo realizado sobre el sector ejidal encuentra que la diferenciación social y la pobreza han ido en aumento a partir del período que se introdujo la reforma agrícola/agraria. Estos resultados son 2 2 consistentes con los resultados de este estudio en cuanto al comportamiento de la pobreza en el sector primario y para los trabajadores rurales.