La capacidad de digerir la lactosa se pierde, justamente, al momento de claudicación del período humano de lactancia (esto es, a partir de la pubertad). En efecto, análisis sanitarios han detectado que la presencia de productos lácteos, en organismos mayores a los veinte años, genera más perjuicios que beneficios en los organismos humanos.
La capacidad de digerir la lactosa se pierde, justamente, al momento de claudicación del período humano de lactancia (esto es, a partir de la pubertad). En efecto, análisis sanitarios han detectado que la presencia de productos lácteos, en organismos mayores a los veinte años, genera más perjuicios que beneficios en los organismos humanos.