Dicen que en los ríos y manantiales colombianos se aparece el fantasma de una hermosa mujer, a la que conocen como la Madre de Agua, o la Madre de Río. Cuentan que su cabello es dorado, su piel blanca y sus ojos verdes y grandes. Por el día, y a la vista del sol, su poder es espiritual y sanador.
Por la noche, su rostro refleja la fantasía. Atrae y seduce a los jóvenes quienes, al contacto visual, caen en estado de hipnosis y locura. Algunos más caen en las profundidades de manantial y nunca más son vistos. Para salir del hechizo, los jóvenes que sobreviven deben rezar acompañados por los adultos. Se cuenta además, que la Madre del Agua pasea por los lagos cristalinos montada en delfines, peces y cocodrilos.
La madre de agua
Dicen que en los ríos y manantiales colombianos se aparece el fantasma de una hermosa mujer, a la que conocen como la Madre de Agua, o la Madre de Río. Cuentan que su cabello es dorado, su piel blanca y sus ojos verdes y grandes. Por el día, y a la vista del sol, su poder es espiritual y sanador.
Por la noche, su rostro refleja la fantasía. Atrae y seduce a los jóvenes quienes, al contacto visual, caen en estado de hipnosis y locura. Algunos más caen en las profundidades de manantial y nunca más son vistos. Para salir del hechizo, los jóvenes que sobreviven deben rezar acompañados por los adultos. Se cuenta además, que la Madre del Agua pasea por los lagos cristalinos montada en delfines, peces y cocodrilos.