¿Qué consideramos en los instrumentos musicales desde su sentido organologico para su clasificación?
Este artículo revisa los sistemas de clasificación de instrumentos musicales aplicados a la realidad americana, con énfasis en la realidad prehispánica, en que su utilidad es mayor según nuestra experiencia. La primera parte discute brevemente los sistemas usados históricamente. Se concentra en el sistema ideado por Sachs-Hornbostel (en adelante SH), que es el más utilizado en la región. Se analizan sus fortalezas, debilidades y su metodología de clasificación y de ordenamiento.
La segunda parte está dedicada al sistema SH. Profundiza en la discusión de sus características, las que se contrastan con las necesidades metodológicas que se enfrentan en el estudio del material organológico americano, en especial el arqueológico. Finalmente se propone una actualización de este sistema adaptado a estas necesidades2. Se ha tenido cuidado de respetar la estructura original propuesta por sus autores, para que de este modo siga siendo efectivo como sistema de referencia universal y compatible con el amplio uso que se le ha dado en todo el mundo.
El artículo expone los resultados de un trabajo desarrollado durante los últimos 25 años de investigación en organología por parte de José Pérez de Arce, quien se nutrió de los sistemas de clasificación expuestos para guiar metodológicamente el registro de los diferentes instrumentos musicales que ha estudiado. En los últimos años se incorporó al trabajo Francisca Gili3, quien colaboró en la recopilación de antecedentes y en la revisión de la sistematización desarrollada por Pérez de Arce.
La aplicación de este sistema como una herramienta metodológica para el estudio de piezas de tradición no occidental significa un gran aporte. Mediante su análisis y aplicación hemos podido observar cualidades que definen algunas tendencias y permanencias en las tradiciones musicales propias del continente americano.
1. LOS SISTEMAS DE CLASIFICACIÓN
En la búsqueda por organizar los elementos que rodean al ser humano a lo largo de la historia ha surgido la necesidad de clasificarlos. Se han ideado sistemas para clasificar las especies naturales y lo mismo ha ocurrido con los objetos hechos por el hombre. El caso de los instrumentos musicales no escapa a esta aproximación. Con el tiempo se han desarrollado diversos sistemas que buscan aproximarse a la naturaleza de los instrumentos musicales y a las divisiones jerárquicas que mejor definen las diferencias entre ellos. La idea de clasificar es difícil por el dinamismo y diversidad ante la cual nos enfrentamos. La clasificación no ha sido una tarea fácil, toda vez que es estática y busca la semejanza entre los elementos. Es por ello que se han generado diversas propuestas, las que brevemente se describirán a continuación.
El más antiguo sistema de clasificación de instrumentos de música conocido fue usado por los chinos 4.000 años antes de Cristo. Consideraba ocho "sonidos", según los materiales de construcción: metal, seda, piedra, bambú, calabaza, arcilla, cuero, madera (Biot 1803-1850).
Los primeros sistemas de clasificación europeos son muy posteriores al sistema chino. Los de Martin Agrícola (Musica instrumentalis deudsch, 1529), Pierre Trichet (Traité des instruments de musique, ca.1640, 1957) y del padre Marin Mersenne (Traité de l'harmonie universelle, 1627), reconocieron cuatro grupos de instrumentos: de cuerda, de viento, de percusión y "varios". Esta forma de clasificar se explica porque en los conjuntos orquestales europeos de la época los instrumentos de "cuerdas" y los de "vientos" eran esenciales, la percusión no era importante y se conocían algunos pocos inclasificables. No obstante estas divisiones eran incongruentes, ya que no había un único criterio de subdivisión. En el caso de la cuerda y el viento se realiza una división de acuerdo con los componentes que entran en vibración para producir el sonido; en el caso de la percusión, de acuerdo con la técnica de tañido y en la categoría "varios" según los instrumentos que no caben en las categorías anteriores. La subdivisión de estos grupos se hace según el material del cual están hechos, lo que resulta operativo en el caso de los instrumentos de vientos, de madera y los de bronce de la orquesta de la época.
A partir de 1880 Víctor Mahillon4 idea un nuevo modo de clasificación, luego de la exploración de la amplia colección de instrumentos europeos y exóticos del Museo del Conservatorio de Bruselas. Este sistema intenta unificar los criterios de clasificación para lograr una mayor consistencia. Para este efecto mantiene la primera división según el elemento que entra en vibración (cuerda y viento). No obstante, se diferencia según los otros elementos que entran en vibración, membrana en el caso de los tambores, o la masa entera del instrumento, como es el caso de los platillos, las castañuelas o un gong. Para una mayor precisión de su nomenclatura,
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¿Qué consideramos en los instrumentos musicales desde su sentido organologico para su clasificación?
Este artículo revisa los sistemas de clasificación de instrumentos musicales aplicados a la realidad americana, con énfasis en la realidad prehispánica, en que su utilidad es mayor según nuestra experiencia. La primera parte discute brevemente los sistemas usados históricamente. Se concentra en el sistema ideado por Sachs-Hornbostel (en adelante SH), que es el más utilizado en la región. Se analizan sus fortalezas, debilidades y su metodología de clasificación y de ordenamiento.
La segunda parte está dedicada al sistema SH. Profundiza en la discusión de sus características, las que se contrastan con las necesidades metodológicas que se enfrentan en el estudio del material organológico americano, en especial el arqueológico. Finalmente se propone una actualización de este sistema adaptado a estas necesidades2. Se ha tenido cuidado de respetar la estructura original propuesta por sus autores, para que de este modo siga siendo efectivo como sistema de referencia universal y compatible con el amplio uso que se le ha dado en todo el mundo.
El artículo expone los resultados de un trabajo desarrollado durante los últimos 25 años de investigación en organología por parte de José Pérez de Arce, quien se nutrió de los sistemas de clasificación expuestos para guiar metodológicamente el registro de los diferentes instrumentos musicales que ha estudiado. En los últimos años se incorporó al trabajo Francisca Gili3, quien colaboró en la recopilación de antecedentes y en la revisión de la sistematización desarrollada por Pérez de Arce.
La aplicación de este sistema como una herramienta metodológica para el estudio de piezas de tradición no occidental significa un gran aporte. Mediante su análisis y aplicación hemos podido observar cualidades que definen algunas tendencias y permanencias en las tradiciones musicales propias del continente americano.
1. LOS SISTEMAS DE CLASIFICACIÓN
En la búsqueda por organizar los elementos que rodean al ser humano a lo largo de la historia ha surgido la necesidad de clasificarlos. Se han ideado sistemas para clasificar las especies naturales y lo mismo ha ocurrido con los objetos hechos por el hombre. El caso de los instrumentos musicales no escapa a esta aproximación. Con el tiempo se han desarrollado diversos sistemas que buscan aproximarse a la naturaleza de los instrumentos musicales y a las divisiones jerárquicas que mejor definen las diferencias entre ellos. La idea de clasificar es difícil por el dinamismo y diversidad ante la cual nos enfrentamos. La clasificación no ha sido una tarea fácil, toda vez que es estática y busca la semejanza entre los elementos. Es por ello que se han generado diversas propuestas, las que brevemente se describirán a continuación.
El más antiguo sistema de clasificación de instrumentos de música conocido fue usado por los chinos 4.000 años antes de Cristo. Consideraba ocho "sonidos", según los materiales de construcción: metal, seda, piedra, bambú, calabaza, arcilla, cuero, madera (Biot 1803-1850).
Los primeros sistemas de clasificación europeos son muy posteriores al sistema chino. Los de Martin Agrícola (Musica instrumentalis deudsch, 1529), Pierre Trichet (Traité des instruments de musique, ca.1640, 1957) y del padre Marin Mersenne (Traité de l'harmonie universelle, 1627), reconocieron cuatro grupos de instrumentos: de cuerda, de viento, de percusión y "varios". Esta forma de clasificar se explica porque en los conjuntos orquestales europeos de la época los instrumentos de "cuerdas" y los de "vientos" eran esenciales, la percusión no era importante y se conocían algunos pocos inclasificables. No obstante estas divisiones eran incongruentes, ya que no había un único criterio de subdivisión. En el caso de la cuerda y el viento se realiza una división de acuerdo con los componentes que entran en vibración para producir el sonido; en el caso de la percusión, de acuerdo con la técnica de tañido y en la categoría "varios" según los instrumentos que no caben en las categorías anteriores. La subdivisión de estos grupos se hace según el material del cual están hechos, lo que resulta operativo en el caso de los instrumentos de vientos, de madera y los de bronce de la orquesta de la época.
A partir de 1880 Víctor Mahillon4 idea un nuevo modo de clasificación, luego de la exploración de la amplia colección de instrumentos europeos y exóticos del Museo del Conservatorio de Bruselas. Este sistema intenta unificar los criterios de clasificación para lograr una mayor consistencia. Para este efecto mantiene la primera división según el elemento que entra en vibración (cuerda y viento). No obstante, se diferencia según los otros elementos que entran en vibración, membrana en el caso de los tambores, o la masa entera del instrumento, como es el caso de los platillos, las castañuelas o un gong. Para una mayor precisión de su nomenclatura,
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