Doña Tera era distinguida, amable, sincera, prudente y muy humana. Cinco virtudes que no le heredó su sucesor. Una mujer que por el cariño y amabilidad que expresaba, todo el mundo se llegó a sentir en la confianza de llamarla “Doña Tera”.
Una mujer totalmente preocupada por el factor humano más que por el factor económico, valor monetario que nunca le faltó al histórico evento que siempre demostró buen gustó, buenas alianzas, apoyo empresarial y una suma de personas que en sus diferentes oficios siempre fueron el refuerzo de la muy esperada fecha que concentraba la atención en el mes de noviembre.
Todo el mundo quería hacer parte del Reinado, todo el mundo se soñaba ir al Reinado, todo el mundo hablaba del Reinado. Se llegó a decir que el Reinado era el “bálsamo” de un espacio que aliviaba los problemas del país.
Pero el tiempo y su natural ley de vida, se llevaron un día a doña Teresa Pizarro de Angulo. En abril del año 2000, la “mamá de las reinas” partió por una afección pulmonar. La misma Tera que trabajó en la Junta del Concurso, siempre “ad honorem”, la que entregó su servicio a la comunidad por su sensibilidad social, obras que ella levantó con solo una sonrisa: La Clínica del Club de Leones; su alianza con el Minuto de Dios, que a punta de un caldito y un pan, fundó el Barrio de las Reinas; su ayuda a la Liga Colombiana de Lucha Contra el Cáncer y las obras sociales a la Policía Nacional.
Pero algo que en ella sobresalía fue su diplomacia, con la que le hizo frente a más de un escándalo en el Reinado Nacional. De todo esto queda el recuerdo.
Respuesta:
Doña Tera era distinguida, amable, sincera, prudente y muy humana. Cinco virtudes que no le heredó su sucesor. Una mujer que por el cariño y amabilidad que expresaba, todo el mundo se llegó a sentir en la confianza de llamarla “Doña Tera”.
Una mujer totalmente preocupada por el factor humano más que por el factor económico, valor monetario que nunca le faltó al histórico evento que siempre demostró buen gustó, buenas alianzas, apoyo empresarial y una suma de personas que en sus diferentes oficios siempre fueron el refuerzo de la muy esperada fecha que concentraba la atención en el mes de noviembre.
Todo el mundo quería hacer parte del Reinado, todo el mundo se soñaba ir al Reinado, todo el mundo hablaba del Reinado. Se llegó a decir que el Reinado era el “bálsamo” de un espacio que aliviaba los problemas del país.
Pero el tiempo y su natural ley de vida, se llevaron un día a doña Teresa Pizarro de Angulo. En abril del año 2000, la “mamá de las reinas” partió por una afección pulmonar. La misma Tera que trabajó en la Junta del Concurso, siempre “ad honorem”, la que entregó su servicio a la comunidad por su sensibilidad social, obras que ella levantó con solo una sonrisa: La Clínica del Club de Leones; su alianza con el Minuto de Dios, que a punta de un caldito y un pan, fundó el Barrio de las Reinas; su ayuda a la Liga Colombiana de Lucha Contra el Cáncer y las obras sociales a la Policía Nacional.
Pero algo que en ella sobresalía fue su diplomacia, con la que le hizo frente a más de un escándalo en el Reinado Nacional. De todo esto queda el recuerdo.
Explicación:
Espero que te ayude