¿Cómo operan la globalización y la liberalización comercial en la crisis?
La crisis actual se desarrolla en un contexto específico: el de la desindustrialización de muchos países, provocada y acelerada principalmente por la globalización comercial y, en segundo lugar, por la desregulación financiera. A excepción de Alemania, el conjunto de los países avanzados experimenta desde hace una década una desindustrialización masiva. Una parte importante de las economías emergentes también atraviesa esta desindustrialización, a diferencia de algunas grandes economías asiáticas. Detengámonos en el ejemplo de las economías emergentes.
¿Qué diferencia la crisis actual de la gran crisis de 1929?
El paso de una gran crisis financiera a una recesión económica y luego, tras una corta reactivación, a una crisis de deudas soberanas portadora de riesgos recesivos en varios Estados de la eurozona es, sin duda, lo que diferencia la crisis actual de las economías avanzadas de la registrada en la década de 1930. Lejos de estar superada, la crisis abierta con la quiebra de Leman Brotes resurge. La crisis financiera se desarrolla por el momento en dos etapas: una crisis de las instituciones financieras, seguida de una crisis de las deudas públicas en varios países de la eurozona, cada una de las cuales tiene un impacto negativo en el crecimiento de los países avanzados. Mucho se ha escrito sobre los orígenes y las causas de la crisis de las instituciones financieras en los países desarrollados y sobre sus consecuencias fuertemente negativas sobre la actividad económica.
¿Existe aún relación entre el sistema financiero y el sistema productivo?
Contrariamente a la opinión más extendida, existen relaciones entre, por una parte, la desregulación financiera y el desarrollo de las finanzas y, por otra parte, el sistema productivo. Este último padece los efectos de aquel desarrollo; el crecimiento del PIB en la mayoría de los países avanzados se vuelve más o menos «flojo» según los niveles de endeudamiento de cada economía y las capacidades para exportar de ciertos países.
¿Es entonces la desregulación financiera la responsable de la crisis?
El círculo virtuoso crédito-producción-finanzas ha funcionado durante muchos años creando la ilusión de un régimen de crecimiento original y sólido, caracterizado por un bajo crecimiento de los salarios, o incluso un estancamiento, y una demanda interna constante. Este crecimiento se sostiene «al filo de la navaja» del endeudamiento interno.
¿Servirán las respuestas de la cumbre del G-20 y las propuestas de la eurozona para superar la crisis, o más bien la agravarán?
Las propuestas de la presidencia francesa del G-20 de proceder a una reforma del sistema financiero internacional, colocar fuera de la ley los paraísos fiscales y establecer un impuesto sobre las transacciones financieras, aunque fuera mínimo, siguen siendo «letra muerta». El orden del día de la cumbre de Cannes de 2011 fue alterado por la crisis del euro y la propuesta del gobierno griego, más tarde abortada, de convocar a un referéndum sobre el plan de rescate.
¿Cómo operan la globalización y la liberalización comercial en la crisis?
La crisis actual se desarrolla en un contexto específico: el de la desindustrialización de muchos países, provocada y acelerada principalmente por la globalización comercial y, en segundo lugar, por la desregulación financiera. A excepción de Alemania, el conjunto de los países avanzados experimenta desde hace una década una desindustrialización masiva. Una parte importante de las economías emergentes también atraviesa esta desindustrialización, a diferencia de algunas grandes economías asiáticas. Detengámonos en el ejemplo de las economías emergentes.
¿Qué diferencia la crisis actual de la gran crisis de 1929?
El paso de una gran crisis financiera a una recesión económica y luego, tras una corta reactivación, a una crisis de deudas soberanas portadora de riesgos recesivos en varios Estados de la eurozona es, sin duda, lo que diferencia la crisis actual de las economías avanzadas de la registrada en la década de 1930. Lejos de estar superada, la crisis abierta con la quiebra de Leman Brotes resurge. La crisis financiera se desarrolla por el momento en dos etapas: una crisis de las instituciones financieras, seguida de una crisis de las deudas públicas en varios países de la eurozona, cada una de las cuales tiene un impacto negativo en el crecimiento de los países avanzados. Mucho se ha escrito sobre los orígenes y las causas de la crisis de las instituciones financieras en los países desarrollados y sobre sus consecuencias fuertemente negativas sobre la actividad económica.
¿Existe aún relación entre el sistema financiero y el sistema productivo?
Contrariamente a la opinión más extendida, existen relaciones entre, por una parte, la desregulación financiera y el desarrollo de las finanzas y, por otra parte, el sistema productivo. Este último padece los efectos de aquel desarrollo; el crecimiento del PIB en la mayoría de los países avanzados se vuelve más o menos «flojo» según los niveles de endeudamiento de cada economía y las capacidades para exportar de ciertos países.
¿Es entonces la desregulación financiera la responsable de la crisis?
El círculo virtuoso crédito-producción-finanzas ha funcionado durante muchos años creando la ilusión de un régimen de crecimiento original y sólido, caracterizado por un bajo crecimiento de los salarios, o incluso un estancamiento, y una demanda interna constante. Este crecimiento se sostiene «al filo de la navaja» del endeudamiento interno.
¿Servirán las respuestas de la cumbre del G-20 y las propuestas de la eurozona para superar la crisis, o más bien la agravarán?
Las propuestas de la presidencia francesa del G-20 de proceder a una reforma del sistema financiero internacional, colocar fuera de la ley los paraísos fiscales y establecer un impuesto sobre las transacciones financieras, aunque fuera mínimo, siguen siendo «letra muerta». El orden del día de la cumbre de Cannes de 2011 fue alterado por la crisis del euro y la propuesta del gobierno griego, más tarde abortada, de convocar a un referéndum sobre el plan de rescate.