Comunicarse de forma adecuada. En las familias en las que no hay comunicación surgen muchos conflictos. La poca claridad, poca escucha, falta de atención, producen que la persona se sienta poco incluida en la familia. Si, por el contrario, conseguimos una buena comunicación basada en la empatía, los miembros de la familia se sentirán más cómodos para expresar lo que sienten y lo que no les gusta, tratando de buscar consenso, comprensión y apoyo.
Expresar las emociones. Si somos capaces de expresar en nuestra familia los sentimientos que van surgiendo, hay más posibilidades de que el otro nos entienda y apoye cuando lo necesitamos. Lo importante es crear un ambiente de confianza, sin mentir u ocultar, para facilitar y preservar los vínculos.
No juzgar o etiquetar. Cada persona tiene sus circunstancias y sus motivos por los cuales hacer las cosas, por lo que mejor no juzgar y tratar de entender las razones que le han llevado a hacer o actuar de determinada manera.
Evitar las comparaciones.Todos somos diferentes, con lo bueno o con lo malo, todos tenemos distintas cosas que se nos dan mejor o peor. Por lo que las comparaciones solo tienden a generar inseguridad o malestar.
Usar el sentido del humor.El humor y las bromas promueven un clima positivo, donde predomina la comodidad y la tranquilidad.
Comunicarse de forma adecuada. En las familias en las que no hay comunicación surgen muchos conflictos. La poca claridad, poca escucha, falta de atención, producen que la persona se sienta poco incluida en la familia. Si, por el contrario, conseguimos una buena comunicación basada en la empatía, los miembros de la familia se sentirán más cómodos para expresar lo que sienten y lo que no les gusta, tratando de buscar consenso, comprensión y apoyo.
Expresar las emociones. Si somos capaces de expresar en nuestra familia los sentimientos que van surgiendo, hay más posibilidades de que el otro nos entienda y apoye cuando lo necesitamos. Lo importante es crear un ambiente de confianza, sin mentir u ocultar, para facilitar y preservar los vínculos.
No juzgar o etiquetar. Cada persona tiene sus circunstancias y sus motivos por los cuales hacer las cosas, por lo que mejor no juzgar y tratar de entender las razones que le han llevado a hacer o actuar de determinada manera.
Evitar las comparaciones.Todos somos diferentes, con lo bueno o con lo malo, todos tenemos distintas cosas que se nos dan mejor o peor. Por lo que las comparaciones solo tienden a generar inseguridad o malestar.
Usar el sentido del humor.El humor y las bromas promueven un clima positivo, donde predomina la comodidad y la tranquilidad.