Estados Unidos es la mayor economía a nivel mundial, por sobre China. Tras una década de crecimiento, el crecimiento del PIB fue negativo en 2020 (-4,3%, FMI) tras la crisis de COVID-19, ahondado por las crecientes desigualdades e infraestructuras obsoletas, que están ralentizando el potencial crecimiento del PIB. A pesar de la firma de un acuerdo comercial parcial en enero de 2020, las tensiones comerciales persisten con China; la mayoría de los aranceles se mantienen (19% en promedio a principios de 2020, en comparación con 3% a inicios de 2018). Por lo que se puede prever a partir del programa del nuevo presidente electo Joe Biden, las amenzas comerciales contra Europa debiesen desaparecer, mientras que las tensiones comerciales con China debieran bajar de tono. Tras una contracción profunda en el segundo trimestre de 2020, que reflejó el impacto de las medidas de confinamiento, la economía de Estados Unidos repuntó con fuerza con una tasa anualizada de 33,1%, aunque la segunda ola de infecciones generó nuevas restricciones, haciendo que la situación fuese aún más incierta. Según las previsiones del FMI en octubre de 2020, el crecimiento del PIB debiese repuntar a 3,1% este año, con una estabilización en torno a 2,9% en 2022, asumiendo que la crisis global disminuya gracias a las diferentes vacunas contra el COVID-19. En la actualización más reciente de sus Perspectivas sobre la Economía Mundial, el FMI revisó sus proyecciones de crecimiento para Estados Unidos, indicando un 5,1% en 2021 y un 2,5% en 2022 (lo que corresponde a una diferencia de +2% y -0,4% respectivamente con respecto a la proyección de la OMC de octubre de 2020).
En 2020, el déficit presupuestario llegó a un nivel récord de 15% como resultado de las medidas adoptaras para mitigar el impacto de la crisis de COVID-19 (en torno a 14% del PIB). Este déficit presupuestario debiese disminuir progresivamente en 2021 y 2022 (a 7,6% y 6,1% respectivamente, FMI). La relación entre la deuda del gobierno y el PIB, que ya experimenta una tendencia al alza en los últimos años, se incrementó considerablemente durante 2020 para financiar el gasto para apoyar a los hogares y negocios, llegando a 131,2%. Se prevé que esta tendencia continúe, llevando el déficit a 134,5% del PIB en 2022. Estados Unidos, sin embargo, goza de una flexibilidad financiera inigualable, en cuanto emisor del dólar americano, la mayor divisa de reserva en el mundo. El plan de estímulo multimillonario del presidente electo Joe Biden podría llegar a un aumento del gasto de 5,4 billones USD en la próxima década en áreas como la infraestructura, energía limpia, manufactura, educación y salud, mientras que los impuestos sobre ingresos altos y corporativos debieran aumentar en 3,4 billones USD en 10 años. Según el FMI, la tasa de inflación bajó en 1,5% en 2020 (en comparación con 1,8% un año antes, debido a la presión sobre los ingresos de los hogares y los bajos precios energéticos), bajo el objetivo de 2% fijado por la Fed. No obstante, se prevé que la inflación salte a 2,8% en 2021, antes de bajar nuevamente a 2,1% el año siguiente, aunque esto depende en buena medida de los resultados del mercado laboral.
El impacto de la crisis de COVID-19 fue particularmente duro para el mercado laboral de Estados Unidos. Según la Situación Laboral de diciembre de 2020 descrita por la Oficina de Estadísticas Laborales, en noviembre la tasa de desempleo se inclinó a 6,7%; está tasa bajó 8% con respecto a su cifra más alta reciente en abril, pero es 3,2% más elevada que en febrero. El número de personas desempleadas, de 10,7 millones, siguió bajando en noviembre, pero sigue siendo 4,9 millones más alto que en febrero. El FMI prevé una tasa de desempleo de 7,3% en 2021, que bajará nuevamente en 2022 a 5,7%. Los ciudadanos estadounidenses gozan de uno de los PIB per cápita más elevados del mundo, estimado en 65.118 USD en 2019 por el Banco Mundial. No obstante, las políticas actuales de salud pública tienden a empeorar las desigualdades: el número de personas sin seguro de salid aumentó durante la administración de Trump. En 2019, había 34 millones de personas en la pobreza, aproximadamente 4,2 millones menos que en 2018 (U.S. Census). Según un estudio de la Universidad de Columbia, sin embargo, la tasa de pobreza mensual aumenté de 15% a 16,7% desde febrero a septiembre de 2020 debido a la crisis generada por la pandemia de COVID-19.
Respuesta:
Estados Unidos es la mayor economía a nivel mundial, por sobre China. Tras una década de crecimiento, el crecimiento del PIB fue negativo en 2020 (-4,3%, FMI) tras la crisis de COVID-19, ahondado por las crecientes desigualdades e infraestructuras obsoletas, que están ralentizando el potencial crecimiento del PIB. A pesar de la firma de un acuerdo comercial parcial en enero de 2020, las tensiones comerciales persisten con China; la mayoría de los aranceles se mantienen (19% en promedio a principios de 2020, en comparación con 3% a inicios de 2018). Por lo que se puede prever a partir del programa del nuevo presidente electo Joe Biden, las amenzas comerciales contra Europa debiesen desaparecer, mientras que las tensiones comerciales con China debieran bajar de tono. Tras una contracción profunda en el segundo trimestre de 2020, que reflejó el impacto de las medidas de confinamiento, la economía de Estados Unidos repuntó con fuerza con una tasa anualizada de 33,1%, aunque la segunda ola de infecciones generó nuevas restricciones, haciendo que la situación fuese aún más incierta. Según las previsiones del FMI en octubre de 2020, el crecimiento del PIB debiese repuntar a 3,1% este año, con una estabilización en torno a 2,9% en 2022, asumiendo que la crisis global disminuya gracias a las diferentes vacunas contra el COVID-19. En la actualización más reciente de sus Perspectivas sobre la Economía Mundial, el FMI revisó sus proyecciones de crecimiento para Estados Unidos, indicando un 5,1% en 2021 y un 2,5% en 2022 (lo que corresponde a una diferencia de +2% y -0,4% respectivamente con respecto a la proyección de la OMC de octubre de 2020).
En 2020, el déficit presupuestario llegó a un nivel récord de 15% como resultado de las medidas adoptaras para mitigar el impacto de la crisis de COVID-19 (en torno a 14% del PIB). Este déficit presupuestario debiese disminuir progresivamente en 2021 y 2022 (a 7,6% y 6,1% respectivamente, FMI). La relación entre la deuda del gobierno y el PIB, que ya experimenta una tendencia al alza en los últimos años, se incrementó considerablemente durante 2020 para financiar el gasto para apoyar a los hogares y negocios, llegando a 131,2%. Se prevé que esta tendencia continúe, llevando el déficit a 134,5% del PIB en 2022. Estados Unidos, sin embargo, goza de una flexibilidad financiera inigualable, en cuanto emisor del dólar americano, la mayor divisa de reserva en el mundo. El plan de estímulo multimillonario del presidente electo Joe Biden podría llegar a un aumento del gasto de 5,4 billones USD en la próxima década en áreas como la infraestructura, energía limpia, manufactura, educación y salud, mientras que los impuestos sobre ingresos altos y corporativos debieran aumentar en 3,4 billones USD en 10 años. Según el FMI, la tasa de inflación bajó en 1,5% en 2020 (en comparación con 1,8% un año antes, debido a la presión sobre los ingresos de los hogares y los bajos precios energéticos), bajo el objetivo de 2% fijado por la Fed. No obstante, se prevé que la inflación salte a 2,8% en 2021, antes de bajar nuevamente a 2,1% el año siguiente, aunque esto depende en buena medida de los resultados del mercado laboral.
El impacto de la crisis de COVID-19 fue particularmente duro para el mercado laboral de Estados Unidos. Según la Situación Laboral de diciembre de 2020 descrita por la Oficina de Estadísticas Laborales, en noviembre la tasa de desempleo se inclinó a 6,7%; está tasa bajó 8% con respecto a su cifra más alta reciente en abril, pero es 3,2% más elevada que en febrero. El número de personas desempleadas, de 10,7 millones, siguió bajando en noviembre, pero sigue siendo 4,9 millones más alto que en febrero. El FMI prevé una tasa de desempleo de 7,3% en 2021, que bajará nuevamente en 2022 a 5,7%. Los ciudadanos estadounidenses gozan de uno de los PIB per cápita más elevados del mundo, estimado en 65.118 USD en 2019 por el Banco Mundial. No obstante, las políticas actuales de salud pública tienden a empeorar las desigualdades: el número de personas sin seguro de salid aumentó durante la administración de Trump. En 2019, había 34 millones de personas en la pobreza, aproximadamente 4,2 millones menos que en 2018 (U.S. Census). Según un estudio de la Universidad de Columbia, sin embargo, la tasa de pobreza mensual aumenté de 15% a 16,7% desde febrero a septiembre de 2020 debido a la crisis generada por la pandemia de COVID-19.