LA ILUSTRACIÓN EN EUROPA Y SUS CRITERIOS SOBRE EL MUNDO CLÁSICO
Con una solución injusta, pero que aceptada con docilidad y resignación, dio un resultado mucho más útil y efectivo que cualquier otra de las fórmulas de transición tratadas de hallar por los consejeros de aquellas Cancillerías.
Aquella sociedad seguía dividida en clases o estamentos, y si en algunos países no era el Rey (único poder y representante nato de la nación) quién hacía a medida de su capricho, era entonces una camarilla, de la que se hacía rodear, la que gobernaba, constituyendo una oligarquía cerrada a todos los demás ciudadanos. Es en estos mismos años, en los que se escriben las más espléndidas páginas contra la esclavitud, y es en estos momentos cuando todos los escritores a una (cansados de aquel mundo de minué y peluca, de paseos en coches de briosos corceles, y chocolate en las casas de las más elegantes señoras) cuentan la vida libre, alegre, sin problemas ni trabas, de pueblos ignotos o inexistentes, de pueblos, acaso existentes, pero desconocidos para ellos, en donde a el trabajo envilece ni se venera la tiranía, en donde un íntimo y fraternal abrazo une a los humanos habitantes de estas hipotéticas zonas, en que ni frío ni calor, ni hambre ni fatiga pueden turbar la felicidad de los seres. Son regiones ideales, de verdadera utopía, de ensueño de mentes que buscando un mundo mejor, más justo, han llegado a imaginar unos países más bien de ángeles que de hombres.
¿Por qué este anhelo, este desco de buscar algo nuevo?
. Podríamos contestar casi categorica mente con una frase un tanto atrevida: porque al ensalzar la fuerza frente al amor, la razón frente a la fe, la materia frente al espíritu, han creado un mundo demasiado material, y el espíritu ha tenido que ir a posarse a las tierras de nadie, al país de las ideas y allí poblarle de seres que aman y trabajan, que viven libres, pero unidos, no por leyes que tiranizan o esclavizan, sino por la ley del amor que honra y dignifica, que eleva al hombre más arriba y aúna sus esfuerzos para una empresa común y más elevada; la de vivir mejor, sin odios ni venganzas. De la falta de esta vida ideal soflada por los escritores, será fiel eco el siglo XIX que manchó con la sangre ardiente de la ferocidad y el odio, desde la corona real a la estameña del más humilde ciudadano.
De un modo negativo ha sido considerada la Ilustración por la mayoría de nuestros contempo ráneos. Así la ve Wiesse: "Por Ilustración entendemos la moderna fase de la cultura europea, en la que al orden autoritario de la Edad Media, establecido sobre la salvación, se contrapone la soberanía de la razón abandonada a su propio juicio. La ciencia de la Ilustración viene determinada por lo pronto, de un modo negativo, por el alejamiento respecto de la cultura eclesiástica y teológica de la Edad Media, alejamiento que se llevó a cabo en el Renacimiento y en el siglo XVIII y su sucesiva transformación y disolución en el siglo XIX"3 .
Hemos de decir que no se reduce sólo a esto la Ilustración, pues sus creadores con su filosofia política, van ante todo encaminados de un modo firme a la consecución de la felicidad material de los hombres, pues ellos creían conseguir con esto, la tan ansiada dicha, aunque la práctica en mu chos casos les tuviera que dar un "mentis" rotundo.
Con el siglo XVIII viene un auténtico cambio en las costumbres de los ciudadanos,
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LA ILUSTRACIÓN EN EUROPA Y SUS CRITERIOS SOBRE EL MUNDO CLÁSICO
Con una solución injusta, pero que aceptada con docilidad y resignación, dio un resultado mucho más útil y efectivo que cualquier otra de las fórmulas de transición tratadas de hallar por los consejeros de aquellas Cancillerías.
Aquella sociedad seguía dividida en clases o estamentos, y si en algunos países no era el Rey (único poder y representante nato de la nación) quién hacía a medida de su capricho, era entonces una camarilla, de la que se hacía rodear, la que gobernaba, constituyendo una oligarquía cerrada a todos los demás ciudadanos. Es en estos mismos años, en los que se escriben las más espléndidas páginas contra la esclavitud, y es en estos momentos cuando todos los escritores a una (cansados de aquel mundo de minué y peluca, de paseos en coches de briosos corceles, y chocolate en las casas de las más elegantes señoras) cuentan la vida libre, alegre, sin problemas ni trabas, de pueblos ignotos o inexistentes, de pueblos, acaso existentes, pero desconocidos para ellos, en donde a el trabajo envilece ni se venera la tiranía, en donde un íntimo y fraternal abrazo une a los humanos habitantes de estas hipotéticas zonas, en que ni frío ni calor, ni hambre ni fatiga pueden turbar la felicidad de los seres. Son regiones ideales, de verdadera utopía, de ensueño de mentes que buscando un mundo mejor, más justo, han llegado a imaginar unos países más bien de ángeles que de hombres.
¿Por qué este anhelo, este desco de buscar algo nuevo?
. Podríamos contestar casi categorica mente con una frase un tanto atrevida: porque al ensalzar la fuerza frente al amor, la razón frente a la fe, la materia frente al espíritu, han creado un mundo demasiado material, y el espíritu ha tenido que ir a posarse a las tierras de nadie, al país de las ideas y allí poblarle de seres que aman y trabajan, que viven libres, pero unidos, no por leyes que tiranizan o esclavizan, sino por la ley del amor que honra y dignifica, que eleva al hombre más arriba y aúna sus esfuerzos para una empresa común y más elevada; la de vivir mejor, sin odios ni venganzas. De la falta de esta vida ideal soflada por los escritores, será fiel eco el siglo XIX que manchó con la sangre ardiente de la ferocidad y el odio, desde la corona real a la estameña del más humilde ciudadano.
De un modo negativo ha sido considerada la Ilustración por la mayoría de nuestros contempo ráneos. Así la ve Wiesse: "Por Ilustración entendemos la moderna fase de la cultura europea, en la que al orden autoritario de la Edad Media, establecido sobre la salvación, se contrapone la soberanía de la razón abandonada a su propio juicio. La ciencia de la Ilustración viene determinada por lo pronto, de un modo negativo, por el alejamiento respecto de la cultura eclesiástica y teológica de la Edad Media, alejamiento que se llevó a cabo en el Renacimiento y en el siglo XVIII y su sucesiva transformación y disolución en el siglo XIX"3 .
Hemos de decir que no se reduce sólo a esto la Ilustración, pues sus creadores con su filosofia política, van ante todo encaminados de un modo firme a la consecución de la felicidad material de los hombres, pues ellos creían conseguir con esto, la tan ansiada dicha, aunque la práctica en mu chos casos les tuviera que dar un "mentis" rotundo.
Con el siglo XVIII viene un auténtico cambio en las costumbres de los ciudadanos,
Explicación:
espero haberte ayudado
Respuesta:
es pro que prouehruirururir