El industrial se elabora en grandes cantidades, por lo que se mantiene una gran regularidad en su producción, mientras que el artesanal se elabora en cantidades pequeñas, adaptadas al cliente, con una menor producción e irregularidad en la presentación del producto acabado
Las economías avanzan sin pedirle permiso a nadie, en parte por la cultura del consumo y la innovación, los modelos industriales de producción en masa para saciar dicha cultura, y porque las industrias culturales y creativas se han convertido en motor de millonarios negocios de productos y servicios.
Por el camino, aquello que hacían antes los artesanos, hoy en día se hace en serie y, mientras se convierten en hitos del diseño, otros interpretan esto como una forma de apropiación cultural nociva para quienes desarrollaron originalmente las técnicas de producción
como el trabajo del vidrio soplado, los telares, la producción de panela o la alfarería pero que, con el paso del tiempo, se han convertido en oficios cada vez menos rentables por la aparición de mercancías similares importadas, producidas en masa, y de menor calidad del trabajo en su producción.
Pues bien, se trata de un fenómeno que no es nuevo en el mundo, pues desde la aparición de la revolución industrial, por el siglo XVIII en Inglaterra, muchas mercancías que antes se producían en pequeños talleres familiares pasaron a producirse en grandes fábricas que producen en un día lo que las manos artesanas producirían en varios meses. Ante este panorama, muchas personas optaron por abandonar sus oficios y trabajar para las grandes compañías, pues competir se hace cada vez más difícil y el dicho dice que “si no puedes con el enemigo, únetele”
Ahora bien, la discusión sobre el dinero que podrían llegar a perder los artesanos frente a este modelo en comparación con la producción en masa se ha discutido ampliamente, pero lo cierto es que los grandes capitales tienden a ganar el pulso precisamente por eso: quien tiene más dinero tiene la razón, según la lógica del capital que gobierna al mundo.
Pero, además, hay una nueva discusión que lleva varios años en las academias pero que con la globalización y las redes sociales se ha hecho más latente por estos días: la “apropiación cultural” y el proteccionismo de los saberes ancestrales..
Verified answer
Respuesta:
El industrial se elabora en grandes cantidades, por lo que se mantiene una gran regularidad en su producción, mientras que el artesanal se elabora en cantidades pequeñas, adaptadas al cliente, con una menor producción e irregularidad en la presentación del producto acabado
Explicación:
ESPERO TE AYDUDE
Respuesta:
Las economías avanzan sin pedirle permiso a nadie, en parte por la cultura del consumo y la innovación, los modelos industriales de producción en masa para saciar dicha cultura, y porque las industrias culturales y creativas se han convertido en motor de millonarios negocios de productos y servicios.
Por el camino, aquello que hacían antes los artesanos, hoy en día se hace en serie y, mientras se convierten en hitos del diseño, otros interpretan esto como una forma de apropiación cultural nociva para quienes desarrollaron originalmente las técnicas de producción
como el trabajo del vidrio soplado, los telares, la producción de panela o la alfarería pero que, con el paso del tiempo, se han convertido en oficios cada vez menos rentables por la aparición de mercancías similares importadas, producidas en masa, y de menor calidad del trabajo en su producción.
Pues bien, se trata de un fenómeno que no es nuevo en el mundo, pues desde la aparición de la revolución industrial, por el siglo XVIII en Inglaterra, muchas mercancías que antes se producían en pequeños talleres familiares pasaron a producirse en grandes fábricas que producen en un día lo que las manos artesanas producirían en varios meses. Ante este panorama, muchas personas optaron por abandonar sus oficios y trabajar para las grandes compañías, pues competir se hace cada vez más difícil y el dicho dice que “si no puedes con el enemigo, únetele”
Ahora bien, la discusión sobre el dinero que podrían llegar a perder los artesanos frente a este modelo en comparación con la producción en masa se ha discutido ampliamente, pero lo cierto es que los grandes capitales tienden a ganar el pulso precisamente por eso: quien tiene más dinero tiene la razón, según la lógica del capital que gobierna al mundo.
Pero, además, hay una nueva discusión que lleva varios años en las academias pero que con la globalización y las redes sociales se ha hecho más latente por estos días: la “apropiación cultural” y el proteccionismo de los saberes ancestrales..
Explicación: