Respuesta: Los conflictos de soberanía son múltiples y diversos. En todo el mundo podemos encontrar numerosos casos de países, comunidades o regiones que entran en conflicto por cuestiones identitarias, culturales, territoriales, económicas o diplomáticas. En muchos de estos casos, los intereses son tan diversos y enfrentados, y las raíces del conflicto tan profundas, que hace falta un análisis exhaustivo, sereno y desinteresado para encontrar soluciones reales, satisfactorias y duraderas. Tal como explica Eduard Vinyamata, director de Journal of Conflictology (JoC), en el editorial de este nuevo número, «la búsqueda de soluciones efectivas exige un análisis del conflicto y una diplomacia ciudadana integral». Los seis artículos que forman este nuevo número de JoC analizan seis casos concretos (Cataluña, Irlanda del Norte, Chipre, Israel-Palestina, la Isla de Migingo (África) y Guinea Ecuatorial), desde un punto de vista racional pero también realista. Conflictos de independencia: el reconocimiento mutuo La revista se abre con el artículo titulado «El caso catalán: legalizando la independencia», que analiza la hipotética independencia de Cataluña desde el punto de vista constitucional. Según los autores, el conflicto requiere una solución basada en el pragmatismo y el sentido común, más allá de la legitimidad o la «razón moral» de cada una de las partes. En este sentido, se propone un modelo constitucional basado en el reconocimiento mutuo, pareciendo al de Canadá. El caso del conflicto en Irlanda del Norte se analiza en el artículo «La isla fracturada: soberanía, identidad y política divididas en Irlanda». Según el autor, el acuerdo de paz del año 1998 paró el conflicto armado, pero el malestar y la desconfianza continúan latentes. Según su punto de vista, esto se debe a que las causas del conflicto no fueron debidamente eliminadas y que el acuerdo quiso dar status de «ganador» a ambas partes.
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Respuesta: Los conflictos de soberanía son múltiples y diversos. En todo el mundo podemos encontrar numerosos casos de países, comunidades o regiones que entran en conflicto por cuestiones identitarias, culturales, territoriales, económicas o diplomáticas. En muchos de estos casos, los intereses son tan diversos y enfrentados, y las raíces del conflicto tan profundas, que hace falta un análisis exhaustivo, sereno y desinteresado para encontrar soluciones reales, satisfactorias y duraderas. Tal como explica Eduard Vinyamata, director de Journal of Conflictology (JoC), en el editorial de este nuevo número, «la búsqueda de soluciones efectivas exige un análisis del conflicto y una diplomacia ciudadana integral». Los seis artículos que forman este nuevo número de JoC analizan seis casos concretos (Cataluña, Irlanda del Norte, Chipre, Israel-Palestina, la Isla de Migingo (África) y Guinea Ecuatorial), desde un punto de vista racional pero también realista. Conflictos de independencia: el reconocimiento mutuo La revista se abre con el artículo titulado «El caso catalán: legalizando la independencia», que analiza la hipotética independencia de Cataluña desde el punto de vista constitucional. Según los autores, el conflicto requiere una solución basada en el pragmatismo y el sentido común, más allá de la legitimidad o la «razón moral» de cada una de las partes. En este sentido, se propone un modelo constitucional basado en el reconocimiento mutuo, pareciendo al de Canadá. El caso del conflicto en Irlanda del Norte se analiza en el artículo «La isla fracturada: soberanía, identidad y política divididas en Irlanda». Según el autor, el acuerdo de paz del año 1998 paró el conflicto armado, pero el malestar y la desconfianza continúan latentes. Según su punto de vista, esto se debe a que las causas del conflicto no fueron debidamente eliminadas y que el acuerdo quiso dar status de «ganador» a ambas partes.
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