1. Madre controladora (o GPS): Está obsesionada por el control, y se agota ella y agota a los demás. Trata de solucionarlo todo, con lo que el hijo o la hija se sienten perdidos cuando empiezan a tener que tomar sus propias decisiones. Su manera de manifestar su amor es mediante la sobreprotección.
2. Madre perfeccionista: La perfección es una trampa. Queremos lo mejor para ellos, pero ese afán, cuando es excesivo, puede conducir al fracaso o la decepción. ¿Es necesario que los hijos sean perfectos, que lo hagan todo bien? Es deseable estimular a los hijos y ayudarles a vencer sus dificultades. Lo malo es cuando les pedimos demasiado.
3. Madre cómplice: Es la que quiere ser la mejor amiga de sus hijos. Pero con la mejor intención de ser «simbiótica», es posible que se termine transformando en «parásito», y pasar a «alimentarse» de sus vidas, de sus estilos, de sus amigos, de sus costumbres.
4. Madre que compite: Vivimos en una cultura obsesionada con la juventud y la belleza. No es extraño, por tanto, que los temas del cuerpo y la edad puedan llegar a convertirse en una especie de lucha entre madres e hijas.
5. Madre que se apropia: Para esta madre, todo lo que les pasa a sus hijos es de ella. No existe para ella límite entre sí misma y sus retoños, y le cuesta reconocer que el hijo es otra persona. Para los hijos, esto puede ser muy perturbador
Respuesta:
la mayoría son amas de casa ,a se encargan del cuidado de sus hijos y la limpieza , como también la alimentación .
-pero hoy en día ya algunas cosas han cambiado y algunas madres trabajan y mantienen a Asus familias.
Explicación:
:D
Respuesta:
1. Madre controladora (o GPS): Está obsesionada por el control, y se agota ella y agota a los demás. Trata de solucionarlo todo, con lo que el hijo o la hija se sienten perdidos cuando empiezan a tener que tomar sus propias decisiones. Su manera de manifestar su amor es mediante la sobreprotección.
2. Madre perfeccionista: La perfección es una trampa. Queremos lo mejor para ellos, pero ese afán, cuando es excesivo, puede conducir al fracaso o la decepción. ¿Es necesario que los hijos sean perfectos, que lo hagan todo bien? Es deseable estimular a los hijos y ayudarles a vencer sus dificultades. Lo malo es cuando les pedimos demasiado.
3. Madre cómplice: Es la que quiere ser la mejor amiga de sus hijos. Pero con la mejor intención de ser «simbiótica», es posible que se termine transformando en «parásito», y pasar a «alimentarse» de sus vidas, de sus estilos, de sus amigos, de sus costumbres.
4. Madre que compite: Vivimos en una cultura obsesionada con la juventud y la belleza. No es extraño, por tanto, que los temas del cuerpo y la edad puedan llegar a convertirse en una especie de lucha entre madres e hijas.
5. Madre que se apropia: Para esta madre, todo lo que les pasa a sus hijos es de ella. No existe para ella límite entre sí misma y sus retoños, y le cuesta reconocer que el hijo es otra persona. Para los hijos, esto puede ser muy perturbador