Respuesta:
Uno es uno mismo por lo que hereda y lo que adquiere. Aquello, inconsciente legado
genético, va aflorando misteriosamente a medida que nuestra personalidad se desarrolla y
madura. Tal carácter del padre, tal otro de una abuela materna... Lo que se adquiere es lo que
se recibe en casa y de un conjunto de maestros, siempre un puñadito, que nos marcan, a veces
en la niñez, en ocasiones en la adolescencia, con sus modos de pensar, sus referencias, sus
ideas que nos ayudan a definir en la vida. En mi caso personal señalo a Aldo Solari entre
ellos. Lo conocí en la clase, lo cultivé más tarde, trabajamos y luchamos juntos hasta el final.
Cuando hablo de él recapitulo también mi peripecia existencial, en la que él, entrando y
saliendo en diversas etapas a lo largo de la vida, me acompañó. Podría decir me acompaña,
porque siento vivo su magisterio como el primer día en que lo escuché en la cátedra de
sociología, con su hablar sencillo, directo, sin retórica, desmenuzando hechos, abriendo
ventanas al pensamiento, motivándonos a sumergimos en una vida que recién emergía ante
nosotros como un vasto y desconcertante paisaje
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Uno es uno mismo por lo que hereda y lo que adquiere. Aquello, inconsciente legado
genético, va aflorando misteriosamente a medida que nuestra personalidad se desarrolla y
madura. Tal carácter del padre, tal otro de una abuela materna... Lo que se adquiere es lo que
se recibe en casa y de un conjunto de maestros, siempre un puñadito, que nos marcan, a veces
en la niñez, en ocasiones en la adolescencia, con sus modos de pensar, sus referencias, sus
ideas que nos ayudan a definir en la vida. En mi caso personal señalo a Aldo Solari entre
ellos. Lo conocí en la clase, lo cultivé más tarde, trabajamos y luchamos juntos hasta el final.
Cuando hablo de él recapitulo también mi peripecia existencial, en la que él, entrando y
saliendo en diversas etapas a lo largo de la vida, me acompañó. Podría decir me acompaña,
porque siento vivo su magisterio como el primer día en que lo escuché en la cátedra de
sociología, con su hablar sencillo, directo, sin retórica, desmenuzando hechos, abriendo
ventanas al pensamiento, motivándonos a sumergimos en una vida que recién emergía ante
nosotros como un vasto y desconcertante paisaje
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