En muchas ocasiones, con su mera presencia desaparecía el sufrimiento de un enfermo. Una vez curó a un sacerdote que estaba al borde de la muerte por una pierna gravemente infectada.
Clarividencia
A pesar de haber tenido conocimiento de medicina, resultaba bastante imposible de creer que siempre acertara con exactitud la medicina o tratamiento a usar para curar una enfermedad.
Era común verlo acercarse a una persona que estaba secretamente bajo sufrimiento y aconsejarle qué hacer, beber, y comer para mejorar su salud. Inclusive podía llegar con la medicina precisa y materiales necesarios para atender a un necesitado, sin éste haber siquiera avisado de su estado o pedido remedio alguno.
Comunicación con los animales
Se dice que una vez hizo a un perro, un gato y un ratón comer del mismo plato sin que se atacaran el uno al otro.
En una ocasión unos novicios llevaron un par de toros al monasterio. Cuando comenzaron a pelearse, el fraile logró calmarlos e incluso logró hacer que comieran juntos. Pidió al toro mayor que permitiera al más joven comer primero como era la costumbre dentro de la orden.
alejandro2507
Estos fueron los milagros que se presentaron a la Sagrada congregación de ritos para su canonización:
El primer milagro fue concedido en 1948 a Dorotea Caballero que había sido desahuciada por los médicos, pues no podía ser operada del estómago debido a su avanzada edad. Al encomendarse a Fray Martín sus males desaparecieron y logró vivir hasta los 91 años.
El segundo milagro comprobado fue el del niño Melchor Varanda, quien cayó del techo de su casa y se rompió el cráneo. Mientras los médicos daban por desahuciado al menor, la afligida madre clamaba la ayuda de Fray Martín. Al día siguiente, el pequeño se levantó como si nada hubiera pasado. Cinco personas corroboraron el hecho.
El tercer milagro lo recibió el niño Antonio Cabrera Pérez de cinco años, el cual tenía gangrena en la espalda y en el dedo pulgar del pie izquierdo así como severas lesiones vasculares. La mano milagrosa de Fray Martín se hizo sentir en 1958 cuando Antonio quedó completamente curado.
Curación de enfermos
En muchas ocasiones, con su mera presencia desaparecía el sufrimiento de un enfermo. Una vez curó a un sacerdote que estaba al borde de la muerte por una pierna gravemente infectada.
Clarividencia
A pesar de haber tenido conocimiento de medicina, resultaba bastante imposible de creer que siempre acertara con exactitud la medicina o tratamiento a usar para curar una enfermedad.
Era común verlo acercarse a una persona que estaba secretamente bajo sufrimiento y aconsejarle qué hacer, beber, y comer para mejorar su salud. Inclusive podía llegar con la medicina precisa y materiales necesarios para atender a un necesitado, sin éste haber siquiera avisado de su estado o pedido remedio alguno.
Comunicación con los animales
Se dice que una vez hizo a un perro, un gato y un ratón comer del mismo plato sin que se atacaran el uno al otro.
En una ocasión unos novicios llevaron un par de toros al monasterio. Cuando comenzaron a pelearse, el fraile logró calmarlos e incluso logró hacer que comieran juntos. Pidió al toro mayor que permitiera al más joven comer primero como era la costumbre dentro de la orden.
El primer milagro fue concedido en 1948 a Dorotea Caballero que había sido desahuciada por los médicos, pues no podía ser operada del estómago debido a su avanzada edad. Al encomendarse a Fray Martín sus males desaparecieron y logró vivir hasta los 91 años.
El segundo milagro comprobado fue el del niño Melchor Varanda, quien cayó del techo de su casa y se rompió el cráneo. Mientras los médicos daban por desahuciado al menor, la afligida madre clamaba la ayuda de Fray Martín. Al día siguiente, el pequeño se levantó como si nada hubiera pasado. Cinco personas corroboraron el hecho.
El tercer milagro lo recibió el niño Antonio Cabrera Pérez de cinco años, el cual tenía gangrena en la espalda y en el dedo pulgar del pie izquierdo así como severas lesiones vasculares. La mano milagrosa de Fray Martín se hizo sentir en 1958 cuando Antonio quedó completamente curado.