Dado que las personas compartimos nuestro tiempo en estancias interiores (la mayor parte del tiempo) y en el exterior, conviene distinguir entre la calidad del aire interior y exterior. Mientras que reducir la contaminación del aire exterior es un problema social, que nos atañe a todos, reducir la contaminación del aire interior en viviendas y locales es un problema de responsabilidad individual, nos corresponde individualmente a nosotros tener un aire interior de buena calidad utilizando los modernos sistemas de
Efectos materiales y medioambientales de los gases contaminantes
El daño más conocido es el efecto invernadero. Se trata de un fenómeno que ocurre cuando las radiaciones negativas que salen de la actividad de la tierra no pueden escaparse a través de la atmósfera por culpa de la capa de contaminación. Igualmente, llegan muchos más rayos solares.
Los principales gases contaminantes relacionados con tan nocivo efecto son:
Dióxido de carbono.
Metano.
Óxido nitroso.
Explicación:
Los tres son muy venenosos para los seres vivos, pero también para la naturaleza. Es por eso que vivimos cambios de clima inesperados en el mundo, como son los inviernos más cortos y los veranos lluviosos. En según qué zonas del mundo, es habitual que se den inundaciones, huracanes u otros efectos atmosféricos graves por culpa de ello.
Por supuesto, la propia contaminación del aire y los gases contaminantes también afectan de manera muy dañina a los bienes materiales que están expuestos a la intemperie. Puede verse claramente en vehículos y fachadas de viviendas.
La actividad por combustión -como producen por ejemplo los automóviles o ciertos procesos manufactureros- lanza azufre y nitrógeno a la atmósfera. Y luego, cuando llueve, ambos venenos se mezclan con el agua y se produce la lluvia ácida, que puede contener pequeñas partes de ácido sulfúrico y nítrico. Dicho fenómeno puede corroer metales, maderas e incluso piedras y otros elementos naturales.
Otros elementos como el mármol pueden ser muy sensibles igualmente a la lluvia ácida, puede deteriorarse hasta parecer una pasta de yeso. Muchos grandes monumentos de la humanidad están afectados por ello, como es el Taj Mahal en la India, donde la contaminación es rampante.
Para poder combatir la lacra de los gases contaminantes en el aire, hay que apostar por las energías renovables. En casa, podemos optar por usar bombillas de bajo consumo y energía LED. Un uso responsable de los sistemas de climatización también es imprescindible para reducir la contaminación en el ambiente. Usar menos los aparatos de aire acondicionado en verano y restringir la calefacción de combustión en invierno son ayudas para mantener una atmósfera limpia.
Respuesta:
Dado que las personas compartimos nuestro tiempo en estancias interiores (la mayor parte del tiempo) y en el exterior, conviene distinguir entre la calidad del aire interior y exterior. Mientras que reducir la contaminación del aire exterior es un problema social, que nos atañe a todos, reducir la contaminación del aire interior en viviendas y locales es un problema de responsabilidad individual, nos corresponde individualmente a nosotros tener un aire interior de buena calidad utilizando los modernos sistemas de
Explicación:
espero que te ayude
Respuesta:
Efectos materiales y medioambientales de los gases contaminantes
El daño más conocido es el efecto invernadero. Se trata de un fenómeno que ocurre cuando las radiaciones negativas que salen de la actividad de la tierra no pueden escaparse a través de la atmósfera por culpa de la capa de contaminación. Igualmente, llegan muchos más rayos solares.
Los principales gases contaminantes relacionados con tan nocivo efecto son:
Dióxido de carbono.
Metano.
Óxido nitroso.
Explicación:
Los tres son muy venenosos para los seres vivos, pero también para la naturaleza. Es por eso que vivimos cambios de clima inesperados en el mundo, como son los inviernos más cortos y los veranos lluviosos. En según qué zonas del mundo, es habitual que se den inundaciones, huracanes u otros efectos atmosféricos graves por culpa de ello.
Por supuesto, la propia contaminación del aire y los gases contaminantes también afectan de manera muy dañina a los bienes materiales que están expuestos a la intemperie. Puede verse claramente en vehículos y fachadas de viviendas.
La actividad por combustión -como producen por ejemplo los automóviles o ciertos procesos manufactureros- lanza azufre y nitrógeno a la atmósfera. Y luego, cuando llueve, ambos venenos se mezclan con el agua y se produce la lluvia ácida, que puede contener pequeñas partes de ácido sulfúrico y nítrico. Dicho fenómeno puede corroer metales, maderas e incluso piedras y otros elementos naturales.
Otros elementos como el mármol pueden ser muy sensibles igualmente a la lluvia ácida, puede deteriorarse hasta parecer una pasta de yeso. Muchos grandes monumentos de la humanidad están afectados por ello, como es el Taj Mahal en la India, donde la contaminación es rampante.
Para poder combatir la lacra de los gases contaminantes en el aire, hay que apostar por las energías renovables. En casa, podemos optar por usar bombillas de bajo consumo y energía LED. Un uso responsable de los sistemas de climatización también es imprescindible para reducir la contaminación en el ambiente. Usar menos los aparatos de aire acondicionado en verano y restringir la calefacción de combustión en invierno son ayudas para mantener una atmósfera limpia.