Problemas en el riego sanguíneo (trastornos vasculares).
Lesiones (traumatismos), especialmente lesiones en la cabeza y en la médula espinal.
Problemas presentes en el momento del nacimiento (congénitos).
Problemas de salud mental, como trastornos de ansiedad, depresión o psicosis.
Exposición a toxinas, como monóxido de carbono, arsénico o plomo.
Problemas que causan una pérdida gradual de la función (degenerativos). Entre los ejemplos se incluyen:
Enfermedad de Parkinson.
Esclerosis múltiple (EM).
Esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés).
Enfermedad de Alzheimer.
Enfermedad de Huntington.
Neuropatías periféricas.
Infecciones. Estas podrían ocurrir en:
El cerebro (encefalitis o abscesos).
La membrana que rodea el cerebro y la médula espinal (meningitis).
Uso excesivo o abstinencia de medicamentos recetados y sin receta, drogas ilegales o alcohol.
Un tumor cerebral.
Insuficiencia de sistemas de órganos. Entre los ejemplos se incluyen:
Insuficiencia respiratoria.
Insuficiencia cardíaca.
Insuficiencia hepática (encefalopatía hepática).
Insuficiencia renal (uremia).
Otras afecciones. Algunos ejemplos incluyen:
Disfunción tiroidea (tiroides hiperactiva o hipoactiva).
Nivel alto de azúcar en la sangre (diabetes) o nivel bajo de azúcar en la sangre (hipoglucemia).
Problemas con los electrolitos.
Deficiencias nutricionales, como deficiencia de vitamina B1 (tiamina) o de vitamina B12.
Síndrome de Guillain-Barré.
Un problema repentino (agudo) en el sistema nervioso puede causar muchos síntomas diferentes, según cuál sea la zona del sistema nervioso afectada. El ataque cerebral y el accidente isquémico transitorio (TIA, por sus siglas en inglés) son ejemplos comunes de problemas agudos. Es posible que le aparezcan en forma repentina uno o más síntomas, como:
Entumecimiento, hormigueo, debilidad o incapacidad para mover un lado del cuerpo, ya sea en parte o en su totalidad (parálisis).
Oscurecimiento de la visión, visión borrosa, visión doble o pérdida de la visión en un ojo o en ambos.
Pérdida del habla, problemas para hablar o problemas para comprender el habla.
Dolor de cabeza intenso y repentino.
Mareos, inestabilidad o incapacidad para ponerse de pie o caminar, especialmente si hay otros síntomas.
Confusión o cambio en el nivel de conciencia o en la conducta.
Náuseas o vómito intensos.
Las convulsiones también pueden causar cambios repentinos en la conciencia, las sensaciones, las emociones o el pensamiento. Podría haber o no movimientos corporales anormales, como tics musculares. La frecuencia y la gravedad de las convulsiones dependen de la causa de las convulsiones y de la zona del cerebro afectada. Para obtener más información, vea el tema Convulsiones.
La diabetes puede causar problemas en el equilibrio, ya sea como consecuencia de una neuropatía periférica o de un ataque cerebral.
El vértigo y los mareos son problemas del equilibrio y la coordinación. El vértigo a menudo es causado por un medicamento o un problema del oído interno o del cerebro. El sufrimiento emocional, la deshidratación, los problemas en la presión arterial y otras enfermedades pueden causar sensación de mareos.
Respuesta:
Consumo alto de azúcares. ...
No desayunar. ...
Fumar. ...
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Explicación:
Problemas en el riego sanguíneo (trastornos vasculares).
Lesiones (traumatismos), especialmente lesiones en la cabeza y en la médula espinal.
Problemas presentes en el momento del nacimiento (congénitos).
Problemas de salud mental, como trastornos de ansiedad, depresión o psicosis.
Exposición a toxinas, como monóxido de carbono, arsénico o plomo.
Problemas que causan una pérdida gradual de la función (degenerativos). Entre los ejemplos se incluyen:
Enfermedad de Parkinson.
Esclerosis múltiple (EM).
Esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés).
Enfermedad de Alzheimer.
Enfermedad de Huntington.
Neuropatías periféricas.
Infecciones. Estas podrían ocurrir en:
El cerebro (encefalitis o abscesos).
La membrana que rodea el cerebro y la médula espinal (meningitis).
Uso excesivo o abstinencia de medicamentos recetados y sin receta, drogas ilegales o alcohol.
Un tumor cerebral.
Insuficiencia de sistemas de órganos. Entre los ejemplos se incluyen:
Insuficiencia respiratoria.
Insuficiencia cardíaca.
Insuficiencia hepática (encefalopatía hepática).
Insuficiencia renal (uremia).
Otras afecciones. Algunos ejemplos incluyen:
Disfunción tiroidea (tiroides hiperactiva o hipoactiva).
Nivel alto de azúcar en la sangre (diabetes) o nivel bajo de azúcar en la sangre (hipoglucemia).
Problemas con los electrolitos.
Deficiencias nutricionales, como deficiencia de vitamina B1 (tiamina) o de vitamina B12.
Síndrome de Guillain-Barré.
Un problema repentino (agudo) en el sistema nervioso puede causar muchos síntomas diferentes, según cuál sea la zona del sistema nervioso afectada. El ataque cerebral y el accidente isquémico transitorio (TIA, por sus siglas en inglés) son ejemplos comunes de problemas agudos. Es posible que le aparezcan en forma repentina uno o más síntomas, como:
Entumecimiento, hormigueo, debilidad o incapacidad para mover un lado del cuerpo, ya sea en parte o en su totalidad (parálisis).
Oscurecimiento de la visión, visión borrosa, visión doble o pérdida de la visión en un ojo o en ambos.
Pérdida del habla, problemas para hablar o problemas para comprender el habla.
Dolor de cabeza intenso y repentino.
Mareos, inestabilidad o incapacidad para ponerse de pie o caminar, especialmente si hay otros síntomas.
Confusión o cambio en el nivel de conciencia o en la conducta.
Náuseas o vómito intensos.
Las convulsiones también pueden causar cambios repentinos en la conciencia, las sensaciones, las emociones o el pensamiento. Podría haber o no movimientos corporales anormales, como tics musculares. La frecuencia y la gravedad de las convulsiones dependen de la causa de las convulsiones y de la zona del cerebro afectada. Para obtener más información, vea el tema Convulsiones.
La diabetes puede causar problemas en el equilibrio, ya sea como consecuencia de una neuropatía periférica o de un ataque cerebral.
El vértigo y los mareos son problemas del equilibrio y la coordinación. El vértigo a menudo es causado por un medicamento o un problema del oído interno o del cerebro. El sufrimiento emocional, la deshidratación, los problemas en la presión arterial y otras enfermedades pueden causar sensación de mareos.