Tras casi cinco años de guerra en Yemen, el país se ha convertido en el escenario de una de las peores crisis humanitarias del planeta. La extensión del conflicto por toda la región, el colapso de la economía, la inseguridad alimentaria y el derrumbamiento de los servicios públicos básicos han generado que el 80% de la población necesite ayuda humanitaria para sobrevivir.
La ONU alerta de que la de Yemen podría ser la peor hambruna de los últimos 100 años en el mundo. El 53% de la población no tiene nada que comer y más de un millón y medio de niños sufren desnutrición aguda. ACNUR calcula que en 2018 hubo 264.300 nuevos desplazados internos.
Irak
El conflicto en Irak entre grupos armados y las fuerzas gubernamentales en los últimos años generaron que en 2018 hubiera 1,8 millones de desplazados internos en el país. El 53% de los desplazados en Irak son niños.
A finales de 2017, la ofensiva gubernamental para recuperar el control sobre la ciudad de Mosul llevó al conflicto a su punto álgido. Aunque el país no se encuentra totalmente pacificado y muchos desplazados siguen sin poder regresar a sus casas, Irak fue el país con mayor número de retornados en 2018, con 945.000.
Siria
La guerra en Siria es la más larga y cruenta de la región. Por el tamaño y la población del país, ha generado una de las crisis de refugiados más graves desde la II Guerra Mundial.
En 2020, nueve años después del inicio de los combates, 6,1 millones de personas están desplazadas de sus hogares en otros puntos del país y 5,6 millones son refugiados en otros países de la región. El estado que acoge un mayor número de refugiados sirios es Turquía, donde se encuentran más de 3,6 millones de personas que tuvieron que huir a causa de la guerra en el país vecino.
Sudán del Sur
Desde su independencia en 2011, Sudán del Sur ha vivido más años en guerra que en paz. Al conflicto armado que comenzó en 2013 hay que sumarle un subdesarrollo económico crónico que ha llevado a millones de personas a la miseria.
El 65% de las personas forzadas a abandonar sus hogares son menores de 18 años. Actualmente hay 4,2 millones de desplazados forzosos de Sudán del Sur que son desplazados internos, refugiados y solicitantes de asilo. Los países de acogida tienen graves problemas económicos y no cuentan con la infraestructura necesaria para dar una adecuada acogida a tantas personas refugiadas.
Somalia
Somalia, considerado en muchas ocasiones como ejemplo paradigmático de estado fallido, lleva en guerra interna desde los años 90 del siglo pasado. La mayor parte del país está fuera de control del Gobierno central, que en los últimos años ha logrado recuperar su influencia en el sur del país tras una ofensiva apoyada por la Unión Africana.
A la violencia armada hay que sumar los estragos del cambio climático. Más de 2 millones de personas se han convertido en desplazados a causa de la sequía en Somalia, las inundaciones y el propio conflicto. Esto ha provocado que la población desplazada internamente se duplique, alcanzando los 2,6 millones.
Afganistán
Azotado por la guerra y la violencia política desde los años 70 del siglo XX, Afganistán ha sido uno de los grandes focos de inestabilidad y desplazamientos forzados en Asia Central. Tras la salida de las tropas soviéticas en 1989 el país comenzó una nueva etapa de violencia interna que culminó en la intervención de la OTAN en 2001.
El país vive azotado por las luchas insurgentes desde entonces. Hay más de 5,1 millones de desplazados forzosos de Afganistán entre refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo.
Respuesta:
Yemen
Tras casi cinco años de guerra en Yemen, el país se ha convertido en el escenario de una de las peores crisis humanitarias del planeta. La extensión del conflicto por toda la región, el colapso de la economía, la inseguridad alimentaria y el derrumbamiento de los servicios públicos básicos han generado que el 80% de la población necesite ayuda humanitaria para sobrevivir.
La ONU alerta de que la de Yemen podría ser la peor hambruna de los últimos 100 años en el mundo. El 53% de la población no tiene nada que comer y más de un millón y medio de niños sufren desnutrición aguda. ACNUR calcula que en 2018 hubo 264.300 nuevos desplazados internos.
Irak
El conflicto en Irak entre grupos armados y las fuerzas gubernamentales en los últimos años generaron que en 2018 hubiera 1,8 millones de desplazados internos en el país. El 53% de los desplazados en Irak son niños.
A finales de 2017, la ofensiva gubernamental para recuperar el control sobre la ciudad de Mosul llevó al conflicto a su punto álgido. Aunque el país no se encuentra totalmente pacificado y muchos desplazados siguen sin poder regresar a sus casas, Irak fue el país con mayor número de retornados en 2018, con 945.000.
Siria
La guerra en Siria es la más larga y cruenta de la región. Por el tamaño y la población del país, ha generado una de las crisis de refugiados más graves desde la II Guerra Mundial.
En 2020, nueve años después del inicio de los combates, 6,1 millones de personas están desplazadas de sus hogares en otros puntos del país y 5,6 millones son refugiados en otros países de la región. El estado que acoge un mayor número de refugiados sirios es Turquía, donde se encuentran más de 3,6 millones de personas que tuvieron que huir a causa de la guerra en el país vecino.
Sudán del Sur
Desde su independencia en 2011, Sudán del Sur ha vivido más años en guerra que en paz. Al conflicto armado que comenzó en 2013 hay que sumarle un subdesarrollo económico crónico que ha llevado a millones de personas a la miseria.
El 65% de las personas forzadas a abandonar sus hogares son menores de 18 años. Actualmente hay 4,2 millones de desplazados forzosos de Sudán del Sur que son desplazados internos, refugiados y solicitantes de asilo. Los países de acogida tienen graves problemas económicos y no cuentan con la infraestructura necesaria para dar una adecuada acogida a tantas personas refugiadas.
Somalia
Somalia, considerado en muchas ocasiones como ejemplo paradigmático de estado fallido, lleva en guerra interna desde los años 90 del siglo pasado. La mayor parte del país está fuera de control del Gobierno central, que en los últimos años ha logrado recuperar su influencia en el sur del país tras una ofensiva apoyada por la Unión Africana.
A la violencia armada hay que sumar los estragos del cambio climático. Más de 2 millones de personas se han convertido en desplazados a causa de la sequía en Somalia, las inundaciones y el propio conflicto. Esto ha provocado que la población desplazada internamente se duplique, alcanzando los 2,6 millones.
Afganistán
Azotado por la guerra y la violencia política desde los años 70 del siglo XX, Afganistán ha sido uno de los grandes focos de inestabilidad y desplazamientos forzados en Asia Central. Tras la salida de las tropas soviéticas en 1989 el país comenzó una nueva etapa de violencia interna que culminó en la intervención de la OTAN en 2001.
El país vive azotado por las luchas insurgentes desde entonces. Hay más de 5,1 millones de desplazados forzosos de Afganistán entre refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo.