2. Reflexiona • ¿Qué movimientos que realizaste te ayudaron a comprender mejor el movimiento del animal elegido? • ___________________________________________________________________ • ¿Podrías contar una historia usando los movimientos del personaje animal que has creado? ¿Cómo sería esta historia?
Delfi era un delfín joven y muy inquieto. Ya desde pequeño quería nadar y nadar para descubrir hasta el último rincón del océano.
Recorrió todos los mares, conoció a todos los peces, atravesó galeones hundidos. Conocía el lugar exacto donde se encontraban los tesoros de barcos piratas, y guardaba el secreto de todos los animales extraños que sólo él pudo conocer.
Pero a Delfi el mar se le quedó pequeño. Y comenzó a mirar con tristeza el cielo.
– Que inmenso…- pensaba Delfi- ¡Cuantos tesoros habrá allí arriba!
Delfi quería navegar por los otros mares. Y tocar estrellas. Quería conocer a todas las aves y buscar galeones entre las nubes. Delfi quería volar. Pero por entonces, los delfines solo nadaban, sin más. Acaso alguna vez asomaban el hocico de forma tímida para sentir el aire y mirar de reojo el azul del cielo. Pero nada más.
– Los delfines sólo nadan- le dijeron sus amigos- No puedes volar. ¿Dónde has visto un delfín volador? ¿Acaso encontraste algún cetáceo con alas?
Pero Delfi era bastante cabezota, y no se daba por vencido. Comenzó sus ejercicios al día siguiente. Cada mañana, cada tarde, sin parar. Desde que salía el sol hasta que se ocultaba.
Delfi comenzó con pequeños saltos: al principio se sentía torpe y muy pesado. Pero pronto comenzó a saltar más y más.
Primero levantaba un poco el cuerpo sobre el mar. Después aprendió a saltar las olas. Y al final, sus saltos eran tan altos que hasta parecía rozar el cielo. Delfi pudo al fin contemplar el sol, saludar a las gaviotas y competir con los gigantescos barcos que surcaban el mar.
Pronto pudo enseñar a sus amigos. Y desde entonces, el mar está lleno de delfines saltarines, que aprendieron casi casi… a volar.
El animal elegido puede ser un conejo, y sus saltos serían el movimiento que se necesita para describir la historia que se relatará a continuación:
Titulo de la historia: Los niños alegres
Los niños que jugaban en el parque cercano a su calle, dejaban entre ver su alegría y diversión cuando saltaban y corrían detrás del otro para atraparse. Sin embargo, estos juegos acaban cuando cada padre de los niños aparecía para avisarles que ya era tarde para seguir fuera de la casa.
No obstante, los niños cuando iban de la mano de su padre o madre seguían saltando como conejos llenos de regocijo y una gran sonrisa en su rostro.
De esta forma podemos concluir la historia que ha descrito el movimiento del animal elegido, demostrando así la reflexión del enunciado.
Aqui Va mi historia
Delfi era un delfín joven y muy inquieto. Ya desde pequeño quería nadar y nadar para descubrir hasta el último rincón del océano.
Recorrió todos los mares, conoció a todos los peces, atravesó galeones hundidos. Conocía el lugar exacto donde se encontraban los tesoros de barcos piratas, y guardaba el secreto de todos los animales extraños que sólo él pudo conocer.
Pero a Delfi el mar se le quedó pequeño. Y comenzó a mirar con tristeza el cielo.
– Que inmenso…- pensaba Delfi- ¡Cuantos tesoros habrá allí arriba!
Delfi quería navegar por los otros mares. Y tocar estrellas. Quería conocer a todas las aves y buscar galeones entre las nubes. Delfi quería volar. Pero por entonces, los delfines solo nadaban, sin más. Acaso alguna vez asomaban el hocico de forma tímida para sentir el aire y mirar de reojo el azul del cielo. Pero nada más.
– Los delfines sólo nadan- le dijeron sus amigos- No puedes volar. ¿Dónde has visto un delfín volador? ¿Acaso encontraste algún cetáceo con alas?
Pero Delfi era bastante cabezota, y no se daba por vencido. Comenzó sus ejercicios al día siguiente. Cada mañana, cada tarde, sin parar. Desde que salía el sol hasta que se ocultaba.
Delfi comenzó con pequeños saltos: al principio se sentía torpe y muy pesado. Pero pronto comenzó a saltar más y más.
Primero levantaba un poco el cuerpo sobre el mar. Después aprendió a saltar las olas. Y al final, sus saltos eran tan altos que hasta parecía rozar el cielo. Delfi pudo al fin contemplar el sol, saludar a las gaviotas y competir con los gigantescos barcos que surcaban el mar.
Pronto pudo enseñar a sus amigos. Y desde entonces, el mar está lleno de delfines saltarines, que aprendieron casi casi… a volar.
espero que ta aya ayudado a tiempo
El animal elegido puede ser un conejo, y sus saltos serían el movimiento que se necesita para describir la historia que se relatará a continuación:
Titulo de la historia: Los niños alegres
Los niños que jugaban en el parque cercano a su calle, dejaban entre ver su alegría y diversión cuando saltaban y corrían detrás del otro para atraparse. Sin embargo, estos juegos acaban cuando cada padre de los niños aparecía para avisarles que ya era tarde para seguir fuera de la casa.
No obstante, los niños cuando iban de la mano de su padre o madre seguían saltando como conejos llenos de regocijo y una gran sonrisa en su rostro.
De esta forma podemos concluir la historia que ha descrito el movimiento del animal elegido, demostrando así la reflexión del enunciado.
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