Los celos pueden ser uno de los principales motivos de desconfianza y mala comunicación dentro de una relación de pareja, y en ocasiones incluso propician que no se respete la privacidad del otro, algo que sería grave incluso si no existiese un vínculo afectivo fuerte con esa persona.
Además, es muy frecuente que los celos solo sean experimentados por uno de los miembros de la pareja, algo que puede generar sensación de aislamiento y falta de intimidad en la relación, si bien cuando ambas personas son celosas la situación es aún peor.
Normalmente, los celos tienen que ver con los problemas de autoestima y con una serie de creencias disfuncionales acerca de cómo funcionan las relaciones de pareja, las cuales pueden generar otros problemas más allá de este.
2. Comunicación pasivo-agresiva y uso de la culpabilidad
Este problema tiene que ver con una fórmula de comunicación disfuncional, en la que una persona deja implícito que la otra tiene motivos para sentirse culpable, pero sin llegar a explicar del todo por qué. De esta manera, ante la ambigüedad y falta de comunicación, la otra persona siente que efectivamente ha hecho algo mal, y se siente culpable sin saber muy bien qué es exactamente el comportamiento que debería corregir.
Además, como este estilo de gestión del conflicto evita tratar el tema de fondo que ha llevado a uno de los miembros de la pareja a estar enfadada, es fácil que nunca se creen las situaciones de comunicación necesarias para evitar que los conflictos sigan produciéndose.
3. Falta de tiempo juntos
Este es uno de los problemas más frecuentes en las relaciones de pareja, y puede adoptar diferentes formas. Por ejemplo, en ciertos casos la falta de tiempo juntos puede consistir en los problemas de conciliación familiar y el exceso de responsabilidades, mientras que en otros se pasa mucho tiempo libre juntos, pero en estos ratos no hay una comunicación significativa y parece que la relación se estanca, como si produjese aburrimiento.
Explicación: SOLUCIONES
1. Apoyo psicológico en los procesos de reparación de daños
A veces, la propensión a discutir se debe a que hay un sentimiento de agravio que no ha sido resuelto. En terapia de pareja se trabaja para identificar esta clase de origen del conflicto, ayudar a ambas partes a comprender el punto de vista de la otra, y finalmente se guía a quien ha cometido una acción injusta para que pueda reparar los daños causados en la medida de lo posible y así demostrar su buena voluntad y su compromiso con la relación.
2. Entrenamiento en la gestión de la ira
Este tipo de trabajo en la modulación de las emociones se centra más en el individuo, pero igualmente tiene mucho que ver con la vida en pareja. Permite no ceder a los impulsos que invitan a caer en la tentación de luchar por tener razón en vez de contrastar puntos de vista para llegar a un punto de acuerdo
3. Dejar claros los objetivos de cada uno Esto es fundamental para resolver uno de los problemas más comunes en las relaciones amorosas de pareja: la discordancia entre las expectativas de uno y otro. Concretar qué es lo que esperamos de la relación y del otro, y qué es lo que uno mismo puede aportar, es necesario para crear planes de futuro que consoliden una relación a largo plazo.
Respuesta:1. Celos
Los celos pueden ser uno de los principales motivos de desconfianza y mala comunicación dentro de una relación de pareja, y en ocasiones incluso propician que no se respete la privacidad del otro, algo que sería grave incluso si no existiese un vínculo afectivo fuerte con esa persona.
Además, es muy frecuente que los celos solo sean experimentados por uno de los miembros de la pareja, algo que puede generar sensación de aislamiento y falta de intimidad en la relación, si bien cuando ambas personas son celosas la situación es aún peor.
Normalmente, los celos tienen que ver con los problemas de autoestima y con una serie de creencias disfuncionales acerca de cómo funcionan las relaciones de pareja, las cuales pueden generar otros problemas más allá de este.
2. Comunicación pasivo-agresiva y uso de la culpabilidad
Este problema tiene que ver con una fórmula de comunicación disfuncional, en la que una persona deja implícito que la otra tiene motivos para sentirse culpable, pero sin llegar a explicar del todo por qué. De esta manera, ante la ambigüedad y falta de comunicación, la otra persona siente que efectivamente ha hecho algo mal, y se siente culpable sin saber muy bien qué es exactamente el comportamiento que debería corregir.
Además, como este estilo de gestión del conflicto evita tratar el tema de fondo que ha llevado a uno de los miembros de la pareja a estar enfadada, es fácil que nunca se creen las situaciones de comunicación necesarias para evitar que los conflictos sigan produciéndose.
3. Falta de tiempo juntos
Este es uno de los problemas más frecuentes en las relaciones de pareja, y puede adoptar diferentes formas. Por ejemplo, en ciertos casos la falta de tiempo juntos puede consistir en los problemas de conciliación familiar y el exceso de responsabilidades, mientras que en otros se pasa mucho tiempo libre juntos, pero en estos ratos no hay una comunicación significativa y parece que la relación se estanca, como si produjese aburrimiento.
Explicación: SOLUCIONES
1. Apoyo psicológico en los procesos de reparación de daños
A veces, la propensión a discutir se debe a que hay un sentimiento de agravio que no ha sido resuelto. En terapia de pareja se trabaja para identificar esta clase de origen del conflicto, ayudar a ambas partes a comprender el punto de vista de la otra, y finalmente se guía a quien ha cometido una acción injusta para que pueda reparar los daños causados en la medida de lo posible y así demostrar su buena voluntad y su compromiso con la relación.
2. Entrenamiento en la gestión de la ira
Este tipo de trabajo en la modulación de las emociones se centra más en el individuo, pero igualmente tiene mucho que ver con la vida en pareja. Permite no ceder a los impulsos que invitan a caer en la tentación de luchar por tener razón en vez de contrastar puntos de vista para llegar a un punto de acuerdo
3. Dejar claros los objetivos de cada uno Esto es fundamental para resolver uno de los problemas más comunes en las relaciones amorosas de pareja: la discordancia entre las expectativas de uno y otro. Concretar qué es lo que esperamos de la relación y del otro, y qué es lo que uno mismo puede aportar, es necesario para crear planes de futuro que consoliden una relación a largo plazo.