Con todas las ventajas de la lactancia materna, ¿por qué no todas las madres optan por amamantar a sus bebés?
Dar el pecho requiere de un importante compromiso por parte de la madre. Algunas mujeres que acaban de tener un bebé se sienten demasiado atadas por el hecho de tener que amamantar a sus recién nacidos. Como la leche materna se digiere con gran facilidad, los bebés amamantados tienden a alimentarse más a menudo que los que ingieren leche de fórmula. Esto significa que los bebés pueden pedir que los amamanten cada 2 o 3 horas durante las primeras semanas de vida. Aunque pueda resultar agotador para la madre, al cabo de muy poco tiempo, los bebés pedirán el pecho con menos frecuencia y dormirán más por la noche.
Algunas madres necesitan volver a trabajar fuera de casa o separarse de sus bebés de vez en cuando por otros motivos. Algunas de estas madres optan por alimentar a sus bebés con leche de fórmula para que otro cuidador les pueda dar el biberón. Las madres que deciden seguir alimentando a sus bebés con leche materna pueden utilizar una bomba de extracción de leche para recoger su propia leche, que otro cuidador dará al bebé con un biberón. Esto permite que los bebés sigan disfrutando de las ventajas de la leche materna aunque no los puedan amamantar.
Otros integrantes de la familia (principalmente los padres) tal vez deseen compartir la tarea de alimentar al bebé. Mientras la madre amamanta al bebé, el padre o los hermanos pueden querer estar cerca. Ayudar a la madre a ponerse cómoda o facilitarle una toallita para que eructe el bebé cuando la necesite, les permitirá formar parte de esa experiencia.
Una vez que esté bien establecida la lactancia materna, otros miembros de la familia podrán colaborar, dándole al bebé biberones de leche materna previamente extraída cuando la madre necesite descansar.
A veces, las mujeres se sienten avergonzadas o preocupadas por la lactancia materna. Estos sentimientos suelen desaparecer en cuanto consiguen dominar el procedimiento de dar el pecho al bebé. Suele ayudar pedir consejo a otras mujeres que hayan vivido la misma experiencia. La mayoría de los hospitales y centros de maternidad ofrecen formación precisa sobre las técnicas de lactancia materna a las madres primerizas.
Su pediatra o su enfermero pueden responder a sus preguntas o bien ponerla en contacto con un asesor en lactancia materna o con un grupo de apoyo.
En algunos casos, la salud de la madre puede afectar su posibilidad de amamantar al bebé. Por ejemplo, las madres que están haciendo quimioterapia para el cáncer y las que están infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, el virus que causa el SIDA) no deben amamantar.
Si usted padece alguna afección médica o toma medicamentos con regularidad, o si usted o su bebé se enferman, hable con su médico sobre si es adecuado amamantar al bebé. Si debe dejar de amamantar al bebé durante un tiempo, continúe extrayéndose leche para mantener su producción.
En algunas situaciones, tal vez no sea posible amamantar al bebé; por ejemplo, cuando el bebé está enfermo o cuando es prematuro. Las madres deben hablar con el médico de sus hijos sobre cómo extraer y conservar la leche materna. Incluso si el bebé no puede succionar del pecho, es posible que le puedan administrar leche materna mediante una sonda o con un biberón.
A veces, las madres con pezones invertidos pueden tener dificultades para amamantar. Pero, con la ayuda de un asesor en lactancia, este problema se puede resolver. Del mismo modo, las mujeres que se han sometido a cirugía estética en los senos deberían poder amamantar con éxito. Si tiene alguna preocupación, hable con su médico.
Evite el uso de chupetes o biberones hasta que la lactancia materna esté bien establecida, lo que suele ocurrir después del primer mes de vida. Dárselos al bebé antes de ese momento puede generar una “confusión tetina-pezón” y hacer que el bebé pierda el interés por el pecho materno.
Sobre la alimentación con fórmula
La leche de fórmula comercial es una alternativa nutritiva a la leche materna. La alimentación con biberón ofrece más libertad y más flexibilidad a la madre, y es más fácil saber la cantidad de leche que está recibiendo el bebé.
Como los bebés digieren la leche de fórmula más despacio que la leche materna, los bebés alimentados con biberón suelen hacer menos tomas que los que son amamantados. El biberón facilita la alimentación del bebé en público y permite que el padre y otros miembros de la familia ayuden a alimentarlo, lo que puede ayudar a reforzar los lazos afectivos.
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Limitaciones de la lactancia materna
Con todas las ventajas de la lactancia materna, ¿por qué no todas las madres optan por amamantar a sus bebés?
Dar el pecho requiere de un importante compromiso por parte de la madre. Algunas mujeres que acaban de tener un bebé se sienten demasiado atadas por el hecho de tener que amamantar a sus recién nacidos. Como la leche materna se digiere con gran facilidad, los bebés amamantados tienden a alimentarse más a menudo que los que ingieren leche de fórmula. Esto significa que los bebés pueden pedir que los amamanten cada 2 o 3 horas durante las primeras semanas de vida. Aunque pueda resultar agotador para la madre, al cabo de muy poco tiempo, los bebés pedirán el pecho con menos frecuencia y dormirán más por la noche.
Algunas madres necesitan volver a trabajar fuera de casa o separarse de sus bebés de vez en cuando por otros motivos. Algunas de estas madres optan por alimentar a sus bebés con leche de fórmula para que otro cuidador les pueda dar el biberón. Las madres que deciden seguir alimentando a sus bebés con leche materna pueden utilizar una bomba de extracción de leche para recoger su propia leche, que otro cuidador dará al bebé con un biberón. Esto permite que los bebés sigan disfrutando de las ventajas de la leche materna aunque no los puedan amamantar.
Otros integrantes de la familia (principalmente los padres) tal vez deseen compartir la tarea de alimentar al bebé. Mientras la madre amamanta al bebé, el padre o los hermanos pueden querer estar cerca. Ayudar a la madre a ponerse cómoda o facilitarle una toallita para que eructe el bebé cuando la necesite, les permitirá formar parte de esa experiencia.
Una vez que esté bien establecida la lactancia materna, otros miembros de la familia podrán colaborar, dándole al bebé biberones de leche materna previamente extraída cuando la madre necesite descansar.
A veces, las mujeres se sienten avergonzadas o preocupadas por la lactancia materna. Estos sentimientos suelen desaparecer en cuanto consiguen dominar el procedimiento de dar el pecho al bebé. Suele ayudar pedir consejo a otras mujeres que hayan vivido la misma experiencia. La mayoría de los hospitales y centros de maternidad ofrecen formación precisa sobre las técnicas de lactancia materna a las madres primerizas.
Su pediatra o su enfermero pueden responder a sus preguntas o bien ponerla en contacto con un asesor en lactancia materna o con un grupo de apoyo.
En algunos casos, la salud de la madre puede afectar su posibilidad de amamantar al bebé. Por ejemplo, las madres que están haciendo quimioterapia para el cáncer y las que están infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, el virus que causa el SIDA) no deben amamantar.
Si usted padece alguna afección médica o toma medicamentos con regularidad, o si usted o su bebé se enferman, hable con su médico sobre si es adecuado amamantar al bebé. Si debe dejar de amamantar al bebé durante un tiempo, continúe extrayéndose leche para mantener su producción.
En algunas situaciones, tal vez no sea posible amamantar al bebé; por ejemplo, cuando el bebé está enfermo o cuando es prematuro. Las madres deben hablar con el médico de sus hijos sobre cómo extraer y conservar la leche materna. Incluso si el bebé no puede succionar del pecho, es posible que le puedan administrar leche materna mediante una sonda o con un biberón.
A veces, las madres con pezones invertidos pueden tener dificultades para amamantar. Pero, con la ayuda de un asesor en lactancia, este problema se puede resolver. Del mismo modo, las mujeres que se han sometido a cirugía estética en los senos deberían poder amamantar con éxito. Si tiene alguna preocupación, hable con su médico.
Evite el uso de chupetes o biberones hasta que la lactancia materna esté bien establecida, lo que suele ocurrir después del primer mes de vida. Dárselos al bebé antes de ese momento puede generar una “confusión tetina-pezón” y hacer que el bebé pierda el interés por el pecho materno.
Sobre la alimentación con fórmula
La leche de fórmula comercial es una alternativa nutritiva a la leche materna. La alimentación con biberón ofrece más libertad y más flexibilidad a la madre, y es más fácil saber la cantidad de leche que está recibiendo el bebé.
Como los bebés digieren la leche de fórmula más despacio que la leche materna, los bebés alimentados con biberón suelen hacer menos tomas que los que son amamantados. El biberón facilita la alimentación del bebé en público y permite que el padre y otros miembros de la familia ayuden a alimentarlo, lo que puede ayudar a reforzar los lazos afectivos.
Limitaciones de la alimentación con fórmula
De contra los senos de su madre
llorar
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