La historia del algodón comenzó con la domesticación del cultivo. Ha sido una actividad tradicional en diversas culturas de América, África y Asia y su comercio hacia Oriente Medio, el Mediterráneo y Europa tiene una historia milenaria.
El algodón jugó particularmente una función importante en la historia económica de la India desde tiempos antiguos, que mediante la exportación de tejidos llegó a ser una gran potencia económica con un importante superávit con Europa en la época moderna. El control del este comercio y la necesidad de equilibrar los desequilibrios mercantiles fue un foco económico clave para múltiples países en los siglos XVII y XVIII. La victoria británica en la pugna por el control de este comercio fue una de las bases del imperio británico y las ramificaciones llevaron a numerosas consecuencias en otros países.
Una de estas consecuencias fue la búsqueda de nuevos focos de producción del algodón, algo que afectaría a países en el Caribe, a Brasil, Egipto y Estados Unidos. Notablemente este último desarrollaría una poderosa economía algodonera en el sur del país basada en plantaciones esclavistas, que sería una de las dinámicas de su política en el siglo XIX y terminaría causando una guerra civil.
Los problemas de abastecimiento derivados de esta guerra volverían a incentivar la búsqueda de nuevos mercados en pleno auge del colonialismo, siendo un cultivo que se intentó desarrollar en múltiples colonias en África y Asia durante los siglos XIX y XX. El algodón fue también un gran foco de industrialización en Europa durante el periodo, ocupando la producción de tejidos de algodón a una gran mano de obra y siendo fundamental en los cambios sociales y políticos de la época, al mismo tiempo que una importante mercancía en los mercados financieros y un gran foco de las políticas coloniales.
En el siglo XX el algodón seguiría siendo un foco en la economía planificada soviética, así como de las disputas que llevaron a la descolonización en países como India y parte de las turbulencias de varios países descolonizados en África y Asia. Al día de hoy continúa siendo un cultivo y mercancía de importancia global.
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Explicación:
La historia del algodón comenzó con la domesticación del cultivo. Ha sido una actividad tradicional en diversas culturas de América, África y Asia y su comercio hacia Oriente Medio, el Mediterráneo y Europa tiene una historia milenaria.
El algodón jugó particularmente una función importante en la historia económica de la India desde tiempos antiguos, que mediante la exportación de tejidos llegó a ser una gran potencia económica con un importante superávit con Europa en la época moderna. El control del este comercio y la necesidad de equilibrar los desequilibrios mercantiles fue un foco económico clave para múltiples países en los siglos XVII y XVIII. La victoria británica en la pugna por el control de este comercio fue una de las bases del imperio británico y las ramificaciones llevaron a numerosas consecuencias en otros países.
Una de estas consecuencias fue la búsqueda de nuevos focos de producción del algodón, algo que afectaría a países en el Caribe, a Brasil, Egipto y Estados Unidos. Notablemente este último desarrollaría una poderosa economía algodonera en el sur del país basada en plantaciones esclavistas, que sería una de las dinámicas de su política en el siglo XIX y terminaría causando una guerra civil.
Los problemas de abastecimiento derivados de esta guerra volverían a incentivar la búsqueda de nuevos mercados en pleno auge del colonialismo, siendo un cultivo que se intentó desarrollar en múltiples colonias en África y Asia durante los siglos XIX y XX. El algodón fue también un gran foco de industrialización en Europa durante el periodo, ocupando la producción de tejidos de algodón a una gran mano de obra y siendo fundamental en los cambios sociales y políticos de la época, al mismo tiempo que una importante mercancía en los mercados financieros y un gran foco de las políticas coloniales.
En el siglo XX el algodón seguiría siendo un foco en la economía planificada soviética, así como de las disputas que llevaron a la descolonización en países como India y parte de las turbulencias de varios países descolonizados en África y Asia. Al día de hoy continúa siendo un cultivo y mercancía de importancia global.