El clima estudiantil se entiende como el grupo de propiedades psicosociales de un centro docente, definido por todos esos componentes o recursos estructurales, individuales y funcionales de la organización, que, incluidos en un proceso dinámico específico confieren un peculiar estilo o tono a la organización, condicionante, paralelamente, de los diversos productos educativos.
los individuos son las causantes de otorgar sentido especial a estas propiedades psicosociales, las cuales conforman, paralelamente, el entorno en el que ocurren las interacciones interpersonales. Por esto, el clima social de una organización, es determinado en funcionalidad de la percepción que poseen los sujetos de las colaboraciones interpersonales tanto a grado de aula como del centro.
Según Joaquín Samayoa en su trabajo “Los pilares de la calidad educativa” (2008), podríamos detectar 6 componentes que intervienen en el clima estudiantil:
Sin embargo los causantes de asegurar un clima estudiantil conveniente que incida de manera positiva en el rendimiento de los alumnos son el director y los profesores. En impacto, el clima estudiantil no es una casualidad, sino una causalidad voluntaria y consciente.
El clima estudiantil se valora por la calidad de las interrelaciones entre los miembros de la sociedad educativa y por las emociones de asentimiento o rechazo que existan. Un óptimo clima estudiantil induce a una mejor convivencia y a un conveniente funcionamiento de los conflictos disciplinares, tan usuales en población de chicos y adolescentes en edad estudiantil.
Podríamos dialogar de un clima organizacional estudiantil configurado por puntos administrativos, jerárquicos y salariales; además del clima del aula definido por la capacidad didáctica y pedagógica del profesor; inclusive del clima socio-económico en donde está enclavada la organización; sin olvidar la cuota que instituye el núcleo familiar —y su acervo cultural— por medio de alumnos, profesores y demás personal.
El clima estudiantil se entiende como el grupo de propiedades psicosociales de un centro docente, definido por todos esos componentes o recursos estructurales, individuales y funcionales de la organización, que, incluidos en un proceso dinámico específico confieren un peculiar estilo o tono a la organización, condicionante, paralelamente, de los diversos productos educativos.
los individuos son las causantes de otorgar sentido especial a estas propiedades psicosociales, las cuales conforman, paralelamente, el entorno en el que ocurren las interacciones interpersonales. Por esto, el clima social de una organización, es determinado en funcionalidad de la percepción que poseen los sujetos de las colaboraciones interpersonales tanto a grado de aula como del centro.
Según Joaquín Samayoa en su trabajo “Los pilares de la calidad educativa” (2008), podríamos detectar 6 componentes que intervienen en el clima estudiantil:
Sin embargo los causantes de asegurar un clima estudiantil conveniente que incida de manera positiva en el rendimiento de los alumnos son el director y los profesores. En impacto, el clima estudiantil no es una casualidad, sino una causalidad voluntaria y consciente.
El clima estudiantil se valora por la calidad de las interrelaciones entre los miembros de la sociedad educativa y por las emociones de asentimiento o rechazo que existan. Un óptimo clima estudiantil induce a una mejor convivencia y a un conveniente funcionamiento de los conflictos disciplinares, tan usuales en población de chicos y adolescentes en edad estudiantil.
Podríamos dialogar de un clima organizacional estudiantil configurado por puntos administrativos, jerárquicos y salariales; además del clima del aula definido por la capacidad didáctica y pedagógica del profesor; inclusive del clima socio-económico en donde está enclavada la organización; sin olvidar la cuota que instituye el núcleo familiar —y su acervo cultural— por medio de alumnos, profesores y demás personal.