La vivisección es la disección de animales vivos con fines de investigación originalmente sin anestesia, cuando ésta aún no existía. En los animales se ha empleado profusamente a lo largo de la historia, dando lugar a relatos macabros como la vivisección a un perro practicada por el británico Robert Hooke en el siglo XVII para estudiar el funcionamiento de los pulmones, que horrorizó al propio autor.
En el siglo XIX comenzó a brotar un movimiento contrario a la vivisección que llevó en Reino Unido a la promulgación de las primeras leyes contra la crueldad hacia los animales. La versión de 1876 obligaba por primera vez al uso de anestesia en los experimentos.
El término vivisección hoy apenas se emplea en el ámbito científico y raramente se practica en su sentido original, pero organizaciones activistas suelen aplicarlo a toda experimentación con animales, incluso con el uso de anestesia o técnicas no invasivas.
Aunque hoy la vivisección sin anestesia resultaría inadmisible, sí continúan practicándose intervenciones con sedación, sujetas a criterios generalizados de minimizar el daño y el estrés.
¿QUÉ POSTURAS TIENEN LOS DISTINTOS PAÍSES RESPECTO A LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL?
La Unión Europea se rige por la Directiva 2010/63/EU, traspuesta a la legislación de cada estado miembro y en vigor desde 2013. Esta normativa europea, considerada una de las más estrictas del mundo, cubre todos los vertebrados, incluyendo sus etapas fetales en el último tercio de su desarrollo, además de los cefalópodos. Establece estándares para el cuidado de los animales y de las instalaciones implicadas, que son sometidas a inspecciones periódicas. Además, regula la evaluación de cada proyecto para autorizar el uso de animales y promueve la investigación y aplicación de alternativas a la experimentación animal.
Tal vez la regulación más exigente del mundo sea la británica. La Animals (Scientific Procedures) Act de 1986, revisada en 2013, obliga a un análisis de coste-beneficio como requisito para autorizar los experimentos con animales —algo que también contempla la ley alemana—, además de personalizar las licencias para los investigadores y técnicos que realizan estos ensayos.
En EEUU la única ley federal al respecto es la Animal Welfare Act (AWA) de 1966, que adolece de una seria carencia al excluir a los ratones y ratas de laboratorio, los animales más utilizados en experimentación, dejando fuera también a aves y peces. Según el instituto de bioética The Hastings Center, esto supone que la AWA no cubre el 95% de los animales empleados en los laboratorios, aunque estas especies están contempladas en otras normativas no federales.
Otros países como Australia o Brasil cuentan también con regulación en la materia. En Canadá es competencia de los gobiernos provinciales. En Japón, una entidad local denunció en 2011 un cumplimiento deficiente de las directivas legales al respecto. China aprobó en 2006 la primera legislación amplia a nivel nacional sobre bienestar de los animales de laboratorio, que se complementa con otras directrices locales e institucionales.
¿CONTINÚAN PROBÁNDOSE LOS COSMÉTICOS EN ANIMALES?
El rechazo popular a los ensayos de los cosméticos en animales ha impulsado cambios en la regulación y tomas de postura por parte de algunas compañías. Reino Unido fue pionero al introducir en 1998 la primera legislación que prohibía el testado de cosméticos en animales. En 2013 entró en vigor la normativa de la UE que ilegaliza tanto estos ensayos como la comercialización de los productos cosméticos que se hayan probado en animales. India, Israel, Noruega o Suiza han aprobado leyes similares, mientras que EE.UU. y Japón aún permiten estas pruebas.
Es destacable el caso de China, que tradicionalmente ha obligado a que todo cosmético a la venta en el país haya sido ensayado en animales, lo que ha llevado a numerosas compañías del sector a continuar empleando estas prácticas para tener acceso al mercado chino.
¿ES POSIBLE PRESCINDIR DE LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL?
En 1959 el zoólogo William M. S. Russell y el microbiólogo Rex L. Burch introdujeron el concepto de las tres R (3R): Reemplazamiento, Reducción y Refinamiento, los principios que tratan de guiar el rumbo ético de la experimentación con animales hasta una eventual desaparición. La legislación actual de muchos países en materia de experimentación animal incluye referencias a las 3R como el horizonte a perseguir.
En el caso de los cosméticos, los ensayos en animales se han reemplazado por pruebas con cultivos celulares, piel humana artificial y modelos de órganos. En la investigación científica se busca el uso de sistemas in vitro, biochips y modelos matemáticos de simulación. Muchos científicos apoyan la vía 3R, pero consideran que “no es realista esperar que esto sea posible en cada área de la investigación científica en el futuro inmediato”, según la Research Defence Society .
¿QUÉ ES LA VIVISECCIÓN? ¿TODAVÍA SE PRACTICA?
La vivisección es la disección de animales vivos con fines de investigación originalmente sin anestesia, cuando ésta aún no existía. En los animales se ha empleado profusamente a lo largo de la historia, dando lugar a relatos macabros como la vivisección a un perro practicada por el británico Robert Hooke en el siglo XVII para estudiar el funcionamiento de los pulmones, que horrorizó al propio autor.
En el siglo XIX comenzó a brotar un movimiento contrario a la vivisección que llevó en Reino Unido a la promulgación de las primeras leyes contra la crueldad hacia los animales. La versión de 1876 obligaba por primera vez al uso de anestesia en los experimentos.
El término vivisección hoy apenas se emplea en el ámbito científico y raramente se practica en su sentido original, pero organizaciones activistas suelen aplicarlo a toda experimentación con animales, incluso con el uso de anestesia o técnicas no invasivas.
Aunque hoy la vivisección sin anestesia resultaría inadmisible, sí continúan practicándose intervenciones con sedación, sujetas a criterios generalizados de minimizar el daño y el estrés.
¿QUÉ POSTURAS TIENEN LOS DISTINTOS PAÍSES RESPECTO A LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL?
La Unión Europea se rige por la Directiva 2010/63/EU, traspuesta a la legislación de cada estado miembro y en vigor desde 2013. Esta normativa europea, considerada una de las más estrictas del mundo, cubre todos los vertebrados, incluyendo sus etapas fetales en el último tercio de su desarrollo, además de los cefalópodos. Establece estándares para el cuidado de los animales y de las instalaciones implicadas, que son sometidas a inspecciones periódicas. Además, regula la evaluación de cada proyecto para autorizar el uso de animales y promueve la investigación y aplicación de alternativas a la experimentación animal.
Tal vez la regulación más exigente del mundo sea la británica. La Animals (Scientific Procedures) Act de 1986, revisada en 2013, obliga a un análisis de coste-beneficio como requisito para autorizar los experimentos con animales —algo que también contempla la ley alemana—, además de personalizar las licencias para los investigadores y técnicos que realizan estos ensayos.
En EEUU la única ley federal al respecto es la Animal Welfare Act (AWA) de 1966, que adolece de una seria carencia al excluir a los ratones y ratas de laboratorio, los animales más utilizados en experimentación, dejando fuera también a aves y peces. Según el instituto de bioética The Hastings Center, esto supone que la AWA no cubre el 95% de los animales empleados en los laboratorios, aunque estas especies están contempladas en otras normativas no federales.
Otros países como Australia o Brasil cuentan también con regulación en la materia. En Canadá es competencia de los gobiernos provinciales. En Japón, una entidad local denunció en 2011 un cumplimiento deficiente de las directivas legales al respecto. China aprobó en 2006 la primera legislación amplia a nivel nacional sobre bienestar de los animales de laboratorio, que se complementa con otras directrices locales e institucionales.
¿CONTINÚAN PROBÁNDOSE LOS COSMÉTICOS EN ANIMALES?
El rechazo popular a los ensayos de los cosméticos en animales ha impulsado cambios en la regulación y tomas de postura por parte de algunas compañías. Reino Unido fue pionero al introducir en 1998 la primera legislación que prohibía el testado de cosméticos en animales. En 2013 entró en vigor la normativa de la UE que ilegaliza tanto estos ensayos como la comercialización de los productos cosméticos que se hayan probado en animales. India, Israel, Noruega o Suiza han aprobado leyes similares, mientras que EE.UU. y Japón aún permiten estas pruebas.
Es destacable el caso de China, que tradicionalmente ha obligado a que todo cosmético a la venta en el país haya sido ensayado en animales, lo que ha llevado a numerosas compañías del sector a continuar empleando estas prácticas para tener acceso al mercado chino.
¿ES POSIBLE PRESCINDIR DE LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL?
En 1959 el zoólogo William M. S. Russell y el microbiólogo Rex L. Burch introdujeron el concepto de las tres R (3R): Reemplazamiento, Reducción y Refinamiento, los principios que tratan de guiar el rumbo ético de la experimentación con animales hasta una eventual desaparición. La legislación actual de muchos países en materia de experimentación animal incluye referencias a las 3R como el horizonte a perseguir.
En el caso de los cosméticos, los ensayos en animales se han reemplazado por pruebas con cultivos celulares, piel humana artificial y modelos de órganos. En la investigación científica se busca el uso de sistemas in vitro, biochips y modelos matemáticos de simulación. Muchos científicos apoyan la vía 3R, pero consideran que “no es realista esperar que esto sea posible en cada área de la investigación científica en el futuro inmediato”, según la Research Defence Society .