Levítico: libro de los levitas, sacerdotes de la tribu de Leví
Números: libro de los censos del pueblo de Israel
Deuteronomio: libro de la segunda ley
El Pentateuco es la clave para entender toda la Biblia, pues presenta los inicios de la revelación de Dios al pueblo elegido, y en él encontramos las primeras vivencias y reflexiones sobre e plan de amor de Dios con la humanidad. Sólo al conocer el Pentateuco puede comprenderse la riqueza de la revelación de Dios y lo extraordinario de la historia de salvación a lo largo de la Biblia hasta llegar a su plenitud en Jesús, Dios y hombre, salvador único de toda la humanidad.
La relación de Dios con su pueblo se conservó en la memoria de las personas con respeto y amor, y fue transmitida de padres a hijos oralmente durante cerca de 600 años, hasta que esas experiencias se recogieron por escrito. Esta historia está relatadas de muchas maneras y con variedad de géneros literarios: reflexiones sobre la experiencia de Dios y la naturaleza humana, leyes que rigen al pueblo, oraciones del pueblo a Dios, poemas que presentan el sentir del pueblo, recuerdos de familia significativos, ritos que regulan actos de culto…
La última redacción del Pentateuco se apoyó en las tradiciones de cuatro grupos de personas, que se relacionaban con Dios de distinta manera. Como cada tradición muestra aspectos muy bellos de Dios, los redactores finales decidieron unir las cuatro, pues todas eran consideradas inspiradas. A cada tradición oral o fuente de conocimientos de Dios se le dio un nombre, como si tuviera un solo autor.
La tradición yavista llama a Dios Yahveh a través del manuscrito y se representa “J”. Se inicia en los siglos IX y VIII a.C. Pertenece al sur de Palestina y se centra en el reino de Judá. Subraya la cercanía de Dios con la humanidad y lo describe en términos antropomórficos, del griego ánthroopos, “hombre” y morpheé, “forma”, es decir, presenta a Dios actuando y reaccionando como persona humana.
La tradición elohista da a Dios el nombre de Elohim y se representa con una “E”. Se inicia al mismo tiempo que la yavista, en la que fue integrada alrededor del 715 a.C. Surge en el reino del Norte o reino de Israel, y habla del profetismo, la fuerza de la moral y el peligro de la idolatría. Muestra a un Dios que habla en sueños y con símbolos como la zarza.
La tradición deuteronomista tiene un estilo insistente y se representa con una “D”. Fue escrita en el siglo VII a.C. Insiste en la acción de Dios y la necesidad de una respuesta personal y comunitaria. Se basa en las tradiciones anteriores: empieza al final del reino cuando el reino del Norte cayó en poder de Asiria, y el pueblo parecía olvidar su fidelidad a la alianza del Sinaí.
La tradición sacerdotal se representa con una “P” y muestra a Dios distante y majestuoso. Se escribe al regresar del exilio en el siglo VI a.C. Israel ya no era una nación independiente y centraba su identidad en el templo. Da gran importancia a los ritos del culto y a las funciones de los sacerdotes.
Poco después de surgir la tradición sacerdotal, se hizo la redacción definitiva de los cinco libros. Al saber esto, comprenderás que haya temas duplicados, escritos de diferentes maneras, y que algunos eventos estén desfasados en el tiempo. Tal vez te preguntes: ¿para qué juntaron todo y por qué no optaron por una sola fuente? Porque cada tradición nos da a conocer distintos aspectos de Dios y todos son valiosos.
Pincha en cada uno de los libros para que veas de qué tratan:
Génesis: libro de los orígenes
Éxodo: libro de la salida de Egipto
Levítico: libro de los levitas, sacerdotes de la tribu de Leví
Números: libro de los censos del pueblo de Israel
Deuteronomio: libro de la segunda ley
El Pentateuco es la clave para entender toda la Biblia, pues presenta los inicios de la revelación de Dios al pueblo elegido, y en él encontramos las primeras vivencias y reflexiones sobre e plan de amor de Dios con la humanidad. Sólo al conocer el Pentateuco puede comprenderse la riqueza de la revelación de Dios y lo extraordinario de la historia de salvación a lo largo de la Biblia hasta llegar a su plenitud en Jesús, Dios y hombre, salvador único de toda la humanidad.
La relación de Dios con su pueblo se conservó en la memoria de las personas con respeto y amor, y fue transmitida de padres a hijos oralmente durante cerca de 600 años, hasta que esas experiencias se recogieron por escrito. Esta historia está relatadas de muchas maneras y con variedad de géneros literarios: reflexiones sobre la experiencia de Dios y la naturaleza humana, leyes que rigen al pueblo, oraciones del pueblo a Dios, poemas que presentan el sentir del pueblo, recuerdos de familia significativos, ritos que regulan actos de culto…
La última redacción del Pentateuco se apoyó en las tradiciones de cuatro grupos de personas, que se relacionaban con Dios de distinta manera. Como cada tradición muestra aspectos muy bellos de Dios, los redactores finales decidieron unir las cuatro, pues todas eran consideradas inspiradas. A cada tradición oral o fuente de conocimientos de Dios se le dio un nombre, como si tuviera un solo autor.
La tradición yavista llama a Dios Yahveh a través del manuscrito y se representa “J”. Se inicia en los siglos IX y VIII a.C. Pertenece al sur de Palestina y se centra en el reino de Judá. Subraya la cercanía de Dios con la humanidad y lo describe en términos antropomórficos, del griego ánthroopos, “hombre” y morpheé, “forma”, es decir, presenta a Dios actuando y reaccionando como persona humana.
La tradición elohista da a Dios el nombre de Elohim y se representa con una “E”. Se inicia al mismo tiempo que la yavista, en la que fue integrada alrededor del 715 a.C. Surge en el reino del Norte o reino de Israel, y habla del profetismo, la fuerza de la moral y el peligro de la idolatría. Muestra a un Dios que habla en sueños y con símbolos como la zarza.
La tradición deuteronomista tiene un estilo insistente y se representa con una “D”. Fue escrita en el siglo VII a.C. Insiste en la acción de Dios y la necesidad de una respuesta personal y comunitaria. Se basa en las tradiciones anteriores: empieza al final del reino cuando el reino del Norte cayó en poder de Asiria, y el pueblo parecía olvidar su fidelidad a la alianza del Sinaí.
La tradición sacerdotal se representa con una “P” y muestra a Dios distante y majestuoso. Se escribe al regresar del exilio en el siglo VI a.C. Israel ya no era una nación independiente y centraba su identidad en el templo. Da gran importancia a los ritos del culto y a las funciones de los sacerdotes.
Poco después de surgir la tradición sacerdotal, se hizo la redacción definitiva de los cinco libros. Al saber esto, comprenderás que haya temas duplicados, escritos de diferentes maneras, y que algunos eventos estén desfasados en el tiempo. Tal vez te preguntes: ¿para qué juntaron todo y por qué no optaron por una sola fuente? Porque cada tradición nos da a conocer distintos aspectos de Dios y todos son valiosos.
Pincha en cada uno de los libros para que veas de qué tratan:
Génesis
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio