pulga223 Los cambios sociales se producen a un ritmo vertiginoso. Nuevas formas de entender el ocio ocupan el lugar de las tradicionales. Las continuas transformaciones de la sociedad, la entrada en el mercado de nuevos juguetes, el peso de la televisión como el medio lúdico por excelencia, la presencia constante de videojuegos y las actuales formas de ocio sedentarias, ha tenido como consecuencia el olvido y la pérdida de juegos tradicionales, los cuales, consideramos, aún hoy deben formar parte de las manifestaciones culturales tradicionales.
Recientes estudios ponen de manifiesto que las niñas y los niños que han desarrollado una activa vida imaginaria, aspecto que tiene su desarrollo en el juego tradicional, tienden a ser personas expertas a la hora de razonar en situaciones desconocidas y de comprender los puntos de vista de las/los demás. El juego, como manifestación de la cultura popular, como espejo de roles de sexo, dada la importancia que tiene como vehículo de cultura, ha de someterse a una revisión desde una perspectiva libre de prejuicios de género. Formen parte del ayer o del hoy de una sociedad, los juegos y tradiciones populares son parte de su patrimonio y su recuperación supone una fuente de riqueza cultural importante que nos ayuda a entender nuestro pasado y nuestro presente.
Los cambios sociales se producen a un ritmo vertiginoso. Nuevas
formas de entender el ocio ocupan el lugar de las tradicionales. Las
continuas transformaciones de la sociedad, la entrada en el mercado
de nuevos juguetes, el peso de la televisión como el medio lúdico por
excelencia, la presencia constante de videojuegos y las actuales
formas de ocio sedentarias, ha tenido como consecuencia el olvido y
la pérdida de juegos tradicionales, los cuales, consideramos, aún hoy
deben formar parte de las manifestaciones culturales tradicionales.
Recientes estudios ponen de manifiesto que las niñas y los niños que
han desarrollado una activa vida imaginaria, aspecto que tiene su
desarrollo en el juego tradicional, tienden a ser personas expertas a
la hora de razonar en situaciones desconocidas y de comprender los
puntos de vista de las/los demás.
El juego, como manifestación de la cultura popular, como espejo de
roles de sexo, dada la importancia que tiene como vehículo de
cultura, ha de someterse a una revisión desde una perspectiva libre
de prejuicios de género.
Formen parte del ayer o del hoy de una sociedad, los juegos y
tradiciones populares son parte de su patrimonio y su recuperación
supone una fuente de riqueza cultural importante que nos ayuda a
entender nuestro pasado y nuestro presente.