Cayo Julio César Octavio, era un joven enfermizo, de complexión débil, a quien los esfuerzos físicos le causaban cierta aversión; prefería los estudios, las letras, la historia, la geografía, y el estudio de la filosofía. Era cuidadoso con lo que comía procurando no excederse, tanto por su salud frágil, como por las enseñanzas de los filósofos estoicos.
Por su parte, Marco Antonio era un tipo rudo, acostumbrado a la vida militar y los cansancios que conlleva. Era un asiduo jugador y bebedor, pródigo en gastar lo propio y lo ajeno, mal pagador de sus deudas pero cobrador exacerbado con sus deudores.
César Octavio era hijo de Julia, hermana de Julio César; fue criado como hijo de la nobleza pudiente de roma con los lujos y comodidades que ello con llevaba, pero no acostumbraba de los lujos a pesar de ello. Siempre estuvo bajo el cuidado de su familia, por motivo de su cuerpo enfermizo. No estaba dotado para la guerra, razón por la que se le mantuvo alejado de los deberes militares para evitar su muerte prematura. Era una persona dedicada a los estudios más que a otros menesteres, pero que por los acontecimientos que se fueron sucediendo tras la muerte de su padre adoptivo Julio César, fue involucrándose más y más en los asuntos públicos, entrando junto con los generales Marco Antonio y Lépido, en la guerra contra Marco Bruto, Casio y Décimo Bruto, quienes eran apoyados por gran parte del Senado.
Si bien no era un guerrero excepcional, en cambio era un político y estratega, capaz de tener la templanza y frialdad necesaria para llevar a cabo sus planes.
A diferencia de Marco Antonio, Octavio poseía la dote de la buena oratoria, muy necesaria para convencer en la demagógica política romana, haciendo alianzas con los poderosos de Roma. A pesar de sus grandes virtudes, Octavio era falto de escrúpulos cuando estos se interponían en sus aspiraciones, como sucedió cuando Octavio traicioneramente hizo público el testamento de Marco Antonio, haciendo ver al pueblo romano que éste quería reinar junto con Cleopatra en territorios romanos. Convenciendo al pueblo y al Senado mediante su don de oratoria.
En contraste, Marco Antonio Era un militar audaz y valeroso pero de visión corta en lo concerniente a la política y la diplomacia, además de mal orador, cosas muy necesarias para mantener el poder en Roma. Marco Antonio era el típico conquistador de mujeres y libertino quien a parte de guerrear dedicaba su tiempo al ocio malicioso del goce carnal, a diferencia de Octavio quien prefería la abstinencia de goces innecesarios, como el goce de los manjares, con los cuales Marco Antonio daba rienda suelta a la gula.
Fue un ejemplo para sus soldados, tanto por su valor personal y arrojo, como por su enérgica forma de mandar las tropas y sufrir junto con sus soldados fatiga, sudor y polvo.
En lo personal se le conocía por ser una persona sin escrúpulos a quien no le importaba mancharse las manos de la sangre de sus enemigos.
Ejemplo de descripción de paralelo:
Cayo Julio César Octavio, era un joven enfermizo, de complexión débil, a quien los esfuerzos físicos le causaban cierta aversión; prefería los estudios, las letras, la historia, la geografía, y el estudio de la filosofía. Era cuidadoso con lo que comía procurando no excederse, tanto por su salud frágil, como por las enseñanzas de los filósofos estoicos.
Por su parte, Marco Antonio era un tipo rudo, acostumbrado a la vida militar y los cansancios que conlleva. Era un asiduo jugador y bebedor, pródigo en gastar lo propio y lo ajeno, mal pagador de sus deudas pero cobrador exacerbado con sus deudores.
César Octavio era hijo de Julia, hermana de Julio César; fue criado como hijo de la nobleza pudiente de roma con los lujos y comodidades que ello con llevaba, pero no acostumbraba de los lujos a pesar de ello. Siempre estuvo bajo el cuidado de su familia, por motivo de su cuerpo enfermizo. No estaba dotado para la guerra, razón por la que se le mantuvo alejado de los deberes militares para evitar su muerte prematura. Era una persona dedicada a los estudios más que a otros menesteres, pero que por los acontecimientos que se fueron sucediendo tras la muerte de su padre adoptivo Julio César, fue involucrándose más y más en los asuntos públicos, entrando junto con los generales Marco Antonio y Lépido, en la guerra contra Marco Bruto, Casio y Décimo Bruto, quienes eran apoyados por gran parte del Senado.
Si bien no era un guerrero excepcional, en cambio era un político y estratega, capaz de tener la templanza y frialdad necesaria para llevar a cabo sus planes.
A diferencia de Marco Antonio, Octavio poseía la dote de la buena oratoria, muy necesaria para convencer en la demagógica política romana, haciendo alianzas con los poderosos de Roma. A pesar de sus grandes virtudes, Octavio era falto de escrúpulos cuando estos se interponían en sus aspiraciones, como sucedió cuando Octavio traicioneramente hizo público el testamento de Marco Antonio, haciendo ver al pueblo romano que éste quería reinar junto con Cleopatra en territorios romanos. Convenciendo al pueblo y al Senado mediante su don de oratoria.
En contraste, Marco Antonio Era un militar audaz y valeroso pero de visión corta en lo concerniente a la política y la diplomacia, además de mal orador, cosas muy necesarias para mantener el poder en Roma. Marco Antonio era el típico conquistador de mujeres y libertino quien a parte de guerrear dedicaba su tiempo al ocio malicioso del goce carnal, a diferencia de Octavio quien prefería la abstinencia de goces innecesarios, como el goce de los manjares, con los cuales Marco Antonio daba rienda suelta a la gula.
Fue un ejemplo para sus soldados, tanto por su valor personal y arrojo, como por su enérgica forma de mandar las tropas y sufrir junto con sus soldados fatiga, sudor y polvo.
En lo personal se le conocía por ser una persona sin escrúpulos a quien no le importaba mancharse las manos de la sangre de sus enemigos.