CIUDAD DE MÉXICO.- Ana María está molesta. Ha llegado a comprarse unos zapatos más cómodos que los botines que traía. Toma asiento en una silla plegable de un pequeño puesto que está sobre la calle Sullivan. Recuerda que hace 10 años quiso solucionar el reparto de bienes por su divorcio, pero no pasó.
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CIUDAD DE MÉXICO.- Ana María está molesta. Ha llegado a comprarse unos zapatos más cómodos que los botines que traía. Toma asiento en una silla plegable de un pequeño puesto que está sobre la calle Sullivan. Recuerda que hace 10 años quiso solucionar el reparto de bienes por su divorcio, pero no pasó.