La sociedad francesa estaba dividida en estamentos dependiendo de sus clases sociales, el poder mas alto lo tenía el rey, detrás estaban la nobleza y el clero y el nivel mas bajo de poder lo tenia el tercer estado que estaba constituido por la burguesía, los artesanos y los campesinos.
Los Estados Generales eran una asamblea, compuesta por tres ordenes separados: el clero, la nobleza y el grupo formado por burguesía y campesinado. Este último orden se conoce como el tercer estadeo, término que usaremos para referirnos a él en lo sucesivo. Dicha asamblea se había citado por ultima vez en 1614 y el dramatismo de la situación obligó al gobierno a convocarla nuevamente.
Luis cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en París y Versailles. Al mismo tiempo, Necker fue nuevamente destituido. El pueblo de París respondió con la insurrección ante estos actos de provocación; los disturbios comenzaron el 12 de julio, y las multitudes asaltaron y tomaron La Bastilla -una prisión real que simbolizaba el despotismo de los Borbones- el 14 de julio.
La sociedad francesa estaba dividida en estamentos dependiendo de sus clases sociales, el poder mas alto lo tenía el rey, detrás estaban la nobleza y el clero y el nivel mas bajo de poder lo tenia el tercer estado que estaba constituido por la burguesía, los artesanos y los campesinos.
Los Estados Generales eran una asamblea, compuesta por tres ordenes separados: el clero, la nobleza y el grupo formado por burguesía y campesinado. Este último orden se conoce como el tercer estadeo, término que usaremos para referirnos a él en lo sucesivo. Dicha asamblea se había citado por ultima vez en 1614 y el dramatismo de la situación obligó al gobierno a convocarla nuevamente.
Luis cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en París y Versailles. Al mismo tiempo, Necker fue nuevamente destituido. El pueblo de París respondió con la insurrección ante estos actos de provocación; los disturbios comenzaron el 12 de julio, y las multitudes asaltaron y tomaron La Bastilla -una prisión real que simbolizaba el despotismo de los Borbones- el 14 de julio.