YiaSempai
Aqui te dejo un cuento costumbrista : Cada año mi casa y yo somos testigos de la alegría de mucha gente que siente correr por sus venas la adoración de un santo. Este año no fue una excepción, pero algo curioso sucedió mientras todos bailaban y brindaban al son de la cerveza y las bandas de música bolivianas. Sucedió una tarde fría del mes de mayo. Era aproximadamente las seis cuando una humilde viejita había entrado a la capilla de la cruz. Ella estaba llorosa, con su ropita sucia y hecha harapos. Era bien triste verla en esa situación. Nadie se había dado cuenta de su presencia, sólo yo, naturalmente ,cansada de ver a tanto borrachín sin juicio. La ancianita cogía fuertemente en su mano delgada una cruz muy brillante, este acto era acompañado de movimientos de labios. Parecía que estaba orando, eso duró como media, tiempo en que nadie se dio cuenta. Muy despacito salió de la capilla. Todo lo visto me causó una profunda impresión, pensar que había gente que en medio de tanto alboroto carnavalesco todavía tenía fe, gran y temible palabra, pero era así. Al tiempo me enteré que esa viejita tenía una hija paralítica a quien cuidaba desde su nacimiento. La ancianita, me contaron, iba a morir y tenía mucho temor de su hija, no quería dejarla sola en este mundo sin nadie que le apoye y había ido a la capilla para pedir un milagro. Esa gracia era, como pudimos comprobarlo todos en un diario local, el descanso eterno de su hija y ella en los brazos de Dios. Habían muerto por causa natural a las doce del día en su casa, según dijeron los doctores. espero que te haya servido :D
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NaniG
"Manuela", es novela costumbrista escrita por el autor colombiano Eugenio Díaz
Sucedió una tarde fría del mes de mayo. Era aproximadamente las seis cuando una humilde viejita había entrado a la capilla de la cruz. Ella estaba llorosa, con su ropita sucia y hecha harapos. Era bien triste verla en esa situación. Nadie se había dado cuenta de su presencia, sólo yo, naturalmente ,cansada de ver a tanto borrachín sin juicio. La ancianita cogía fuertemente en su mano delgada una cruz muy brillante, este acto era acompañado de movimientos de labios. Parecía que estaba orando, eso duró como media, tiempo en que nadie se dio cuenta. Muy despacito salió de la capilla.
Todo lo visto me causó una profunda impresión, pensar que había gente que en medio de tanto alboroto carnavalesco todavía tenía fe, gran y temible palabra, pero era así.
Al tiempo me enteré que esa viejita tenía una hija paralítica a quien cuidaba desde su nacimiento. La ancianita, me contaron, iba a morir y tenía mucho temor de su hija, no quería dejarla sola en este mundo sin nadie que le apoye y había ido a la capilla para pedir un milagro. Esa gracia era, como pudimos comprobarlo todos en un diario local, el descanso eterno de su hija y ella en los brazos de Dios. Habían muerto por causa natural a las doce del día en su casa, según dijeron los doctores. espero que te haya servido :D