Un cuento corto de dos ajedrecistas en una batalla
denisselafiera
El rey ha muertoEl rey ha muerto.Que caigan las torres, que se estremezcan sus cimientos, que tiemblen sus almenas. El rey ha muerto.Lejos, el caballero, maldice el día en el que tembló su pulso, dudó su espada, tropezó su caballo. Con las manos desnudas cava una tumba. El rey ha muerto.Quieto y silencioso, el alfil entona una muda súplica con la esperanza de acallar su dolor. Nadie parece escucharle. Tampoco él lo espera. El rey ha muerto.Los peones lloran. No hacen nada por ocultar la pena que les brota de dentro. Lamentan la pérdida de su rey de la única manera que saben hacerlo. Las lágrimas no les permiten ver el tablero. El rey ha muerto.Por más veces que lo repita, la frase no parece tener sentido, no puede ser real.El rey ha muerto...La reina no sabe como continuar con su vida. El rey ha muerto. La pieza abatida enmudece el tablero.El rey ha muerto. Silencio.
El rey ha muerto.Lejos, el caballero, maldice el día en el que tembló su pulso, dudó su espada, tropezó su caballo. Con las manos desnudas cava una tumba.
El rey ha muerto.Quieto y silencioso, el alfil entona una muda súplica con la esperanza de acallar su dolor. Nadie parece escucharle. Tampoco él lo espera.
El rey ha muerto.Los peones lloran. No hacen nada por ocultar la pena que les brota de dentro. Lamentan la pérdida de su rey de la única manera que saben hacerlo. Las lágrimas no les permiten ver el tablero.
El rey ha muerto.Por más veces que lo repita, la frase no parece tener sentido, no puede ser real.El rey ha muerto...La reina no sabe como continuar con su vida.
El rey ha muerto. La pieza abatida enmudece el tablero.El rey ha muerto. Silencio.