Pero lejos de estancarse en este punto, el progreso tecnológico experimentó un impulso tras 1850, con la generalización del uso de la energía de vapor en el transporte terrestre y en el transporte marítimo.
Los primeros ensayos de adaptar la energía de vapor al remolque apuntan a comienzos del siglo XIX. El inventor e ingeniero inglés, Richard Trevithnick, desarrolló en 1804, la primera locomotora. Esta máquina valió para remolcar, por raíles de hierro, vagones de los que tradicionalmente tiraban caballos, y se empleó para transportar hierro dentro de la factoría Penydaren, en Gales.
Siguiendo con éstas pruebas, George Stephenson, ingeniero de minas inglés, fabricó entre 1814 y 1829 distintos tipos de locomotoras. La mejor fue bautizada como Rocket y consiguió alcanzar los 24 kmh. La fama que alcanzaron estas máquinas hizo que se hicieran las primeras líneas de ferrocarril para el transporte de pasajeros y mercancías. En el año 1825 se emplearon las locomotoras en los asi 15 kmts de la línea Darlington-Steckson, y cinco años después fue inaugurada la línea Manchester-Liverpool.
Tras esto se produjo el auge de los ferrocarriles. La fabricación de nuevos ferrocarriles transformó de manera revolucionaria el modo en que se viajaba y transportaban mercancías a lo largo de todo el mundo. En EEUU el ferrocarril comunicó las costas este y oeste en el año 1869. La fabricación de ferrocarriles precisó de importantes inversiones tanto de empresas como del Estado.
En Inglaterra las compañías privadas fueron las que financiaron los ferrocarriles. En el resto de países europeos y en los EEUU, fue el Estado el que impulsó la producción de las infraestructuras ferroviarias, proveyendo a las empresas de terrenos de forma gratuita y apoyo financiero.
La revolución industrial en el transporte marítimo
El empleo de la energía del vapor en el transporte marítimo tardó más en extenderse. A lo largo de la primera mitad del siglo XIX, surgieron barcos con ruedas de palas movidas a vapor, eficaces en los ríos.
Los buques propulsados por medio de hélices también son de comienzos del S.XIX. Pero, los nuevos buques a vapor no consiguieron transportar más de la mitad del tonelaje mundial hasta el año 1880.
Pero lejos de estancarse en este punto, el progreso tecnológico experimentó un impulso tras 1850, con la generalización del uso de la energía de vapor en el transporte terrestre y en el transporte marítimo.
Los primeros ensayos de adaptar la energía de vapor al remolque apuntan a comienzos del siglo XIX. El inventor e ingeniero inglés, Richard Trevithnick, desarrolló en 1804, la primera locomotora. Esta máquina valió para remolcar, por raíles de hierro, vagones de los que tradicionalmente tiraban caballos, y se empleó para transportar hierro dentro de la factoría Penydaren, en Gales.
Siguiendo con éstas pruebas, George Stephenson, ingeniero de minas inglés, fabricó entre 1814 y 1829 distintos tipos de locomotoras. La mejor fue bautizada como Rocket y consiguió alcanzar los 24 kmh. La fama que alcanzaron estas máquinas hizo que se hicieran las primeras líneas de ferrocarril para el transporte de pasajeros y mercancías. En el año 1825 se emplearon las locomotoras en los asi 15 kmts de la línea Darlington-Steckson, y cinco años después fue inaugurada la línea Manchester-Liverpool.
Tras esto se produjo el auge de los ferrocarriles. La fabricación de nuevos ferrocarriles transformó de manera revolucionaria el modo en que se viajaba y transportaban mercancías a lo largo de todo el mundo. En EEUU el ferrocarril comunicó las costas este y oeste en el año 1869. La fabricación de ferrocarriles precisó de importantes inversiones tanto de empresas como del Estado.
En Inglaterra las compañías privadas fueron las que financiaron los ferrocarriles. En el resto de países europeos y en los EEUU, fue el Estado el que impulsó la producción de las infraestructuras ferroviarias, proveyendo a las empresas de terrenos de forma gratuita y apoyo financiero.
La revolución industrial en el transporte marítimoEl empleo de la energía del vapor en el transporte marítimo tardó más en extenderse. A lo largo de la primera mitad del siglo XIX, surgieron barcos con ruedas de palas movidas a vapor, eficaces en los ríos.
Los buques propulsados por medio de hélices también son de comienzos del S.XIX. Pero, los nuevos buques a vapor no consiguieron transportar más de la mitad del tonelaje mundial hasta el año 1880.