Hace miles de años que los habitantes de los Andes vienen "domesticando" naturalmente una papa amarga que de otra manera no sería comestible y que se conserva durante décadas.
"Su origen es remoto, milenario, tan antiguo como el de la propia papa", dice Alberto Salas, especialista peruano en diversidad genética.
"Hoy se usa en la mañana, a mediodía y en la noche, en diferentes formas de preparación", explica el ingeniero.
De hecho, por la mañana se consume cocido, "prácticamente para reemplazar al pan". Y en el almuerzo y la cena se usa en sopas y guisos, acompañada de papa fresca o con trigo, fideos o maíz.
"En los Andes de Perú en la época de noviembre y diciembre no hay ningún alimento fresco", dice Salas.
Y por eso desde tiempos ancestrales el chuño es una garantía para no pasar hambre a 3.500 metros de altura.
"Como una píldora nutritiva"
"Una papa de 100 gramos va a resultar en un chuño de 20 gramos. Es decir, en el proceso de elaboración se elimina cerca del 80% del agua que contiene", explica Salas, que es también consultor del Centro Internacional de la Papa de Perú.
"En un chuño de 20 gramos está concentrado todo el valor nutritivo de la papa, como si fuera una píldora", añade.
Explicación:
Hace miles de años que los habitantes de los Andes vienen "domesticando" naturalmente una papa amarga que de otra manera no sería comestible y que se conserva durante décadas.
"Su origen es remoto, milenario, tan antiguo como el de la propia papa", dice Alberto Salas, especialista peruano en diversidad genética.
"Hoy se usa en la mañana, a mediodía y en la noche, en diferentes formas de preparación", explica el ingeniero.
De hecho, por la mañana se consume cocido, "prácticamente para reemplazar al pan". Y en el almuerzo y la cena se usa en sopas y guisos, acompañada de papa fresca o con trigo, fideos o maíz.
"En los Andes de Perú en la época de noviembre y diciembre no hay ningún alimento fresco", dice Salas.
Y por eso desde tiempos ancestrales el chuño es una garantía para no pasar hambre a 3.500 metros de altura.
"Como una píldora nutritiva"
"Una papa de 100 gramos va a resultar en un chuño de 20 gramos. Es decir, en el proceso de elaboración se elimina cerca del 80% del agua que contiene", explica Salas, que es también consultor del Centro Internacional de la Papa de Perú.
"En un chuño de 20 gramos está concentrado todo el valor nutritivo de la papa, como si fuera una píldora", añade.