A continuación planteamos nuestro enunciado sobre la teoría de la tardanza.
“En nuestras vidas hemos llegado o llegaremos tarde, más de una vez a algún evento personal o profesional, ya sea voluntaria o involuntariamente”
Nuestro planteamiento quiere decir que nosotros, yo incluido por supuesto, en algún momento de nuestras vidas hemos llegado tarde a algún evento ya sea por razones ajenas a nuestro control o porque sencillamente deseábamos llegar tarde, y nos volverá a suceder en un futuro.
Seguro que habrás escuchado la pregunta ¿Por qué en el trabajo las personas si son puntuales? Y en el plano personal o social, no.
Para evitar las tardanzas hay que ser puntual. La puntualidad es un buen hábito y los buenos hábitos pueden y deben desarrollarse.
Nada mejor que los buenos hábitos sean desarrollados desde temprana edad, basados en la educación que se recibe en el hogar. Existe la creencia que esa educación debe ser dada en los colegios. Los colegios están para proporcionar conocimientos; más la educación social, el amor a la familia y otros valores, deben ser impartidos en casa y los padres son los responsables de ello.
La puntualidad es parte fundamental de la cultura de un país, así mismo demuestra consideración y respeto por la vida propia y la de los demás.
Ser puntual es saber manejar el tiempo y lo que se traduce en saber manejar nuestras vidas. En otras palabras, si no sabemos manejar nuestras vidas, seremos impuntuales.
Para dejar de ser tardón (llámese a la persona que acostumbra llegar tarde siempre), hay que tomar la decisión de querer dejar de serlo. Sin una actitud de cambio personal no se podrá llevar a cabo una “reingeniería de hábitos”
Has visto o te has percatado la cara de las personas que te esperaban y tú eras quien llegaba tarde. Alguna vez, eras tú quién esperaba y a quien esperabas llego tarde o tal vez no llego, ¿Cómo te sentiste? ¿Qué cara pusiste?
Los países en donde se respeta la puntualidad, saben maximizar el uso correcto del tiempo, avanzan en el camino correcto del progreso.
Las personas que emigran a países en donde se respetan las leyes y el tiempo, se adaptan tan rápido o más que los propios locales; más no lo hacían en su lugar de origen. Y cuando regresan a su país de origen…les choca y critican, pero no recuerdan como eran ellos antes de viajar fuera.
El ritmo de la vida actual hace que sin querer nos retrasemos, el tráfico, distancias largas, demora en toma de múltiples decisiones etc. Si no estamos alerta el tiempo se esfuma, así que tomemos el control.
O “Impuntualidad en la práctica”.
A continuación planteamos nuestro enunciado sobre la teoría de la tardanza.
“En nuestras vidas hemos llegado o llegaremos tarde, más de una vez a algún evento personal o profesional, ya sea voluntaria o involuntariamente”
Nuestro planteamiento quiere decir que nosotros, yo incluido por supuesto, en algún momento de nuestras vidas hemos llegado tarde a algún evento ya sea por razones ajenas a nuestro control o porque sencillamente deseábamos llegar tarde, y nos volverá a suceder en un futuro.
Seguro que habrás escuchado la pregunta ¿Por qué en el trabajo las personas si son puntuales? Y en el plano personal o social, no.
Para evitar las tardanzas hay que ser puntual. La puntualidad es un buen hábito y los buenos hábitos pueden y deben desarrollarse.
Nada mejor que los buenos hábitos sean desarrollados desde temprana edad, basados en la educación que se recibe en el hogar. Existe la creencia que esa educación debe ser dada en los colegios. Los colegios están para proporcionar conocimientos; más la educación social, el amor a la familia y otros valores, deben ser impartidos en casa y los padres son los responsables de ello.
La puntualidad es parte fundamental de la cultura de un país, así mismo demuestra consideración y respeto por la vida propia y la de los demás.
Ser puntual es saber manejar el tiempo y lo que se traduce en saber manejar nuestras vidas. En otras palabras, si no sabemos manejar nuestras vidas, seremos impuntuales.
Para dejar de ser tardón (llámese a la persona que acostumbra llegar tarde siempre), hay que tomar la decisión de querer dejar de serlo. Sin una actitud de cambio personal no se podrá llevar a cabo una “reingeniería de hábitos”
Has visto o te has percatado la cara de las personas que te esperaban y tú eras quien llegaba tarde. Alguna vez, eras tú quién esperaba y a quien esperabas llego tarde o tal vez no llego, ¿Cómo te sentiste? ¿Qué cara pusiste?
Los países en donde se respeta la puntualidad, saben maximizar el uso correcto del tiempo, avanzan en el camino correcto del progreso.
Las personas que emigran a países en donde se respetan las leyes y el tiempo, se adaptan tan rápido o más que los propios locales; más no lo hacían en su lugar de origen. Y cuando regresan a su país de origen…les choca y critican, pero no recuerdan como eran ellos antes de viajar fuera.
El ritmo de la vida actual hace que sin querer nos retrasemos, el tráfico, distancias largas, demora en toma de múltiples decisiones etc. Si no estamos alerta el tiempo se esfuma, así que tomemos el control.