Bajo la luz de la teoría de las fuentes hidrotermales sobre el origen de la vida, la membrana que “encerraba” el interior de LUCA debió ser permeable, a diferencia de las que encontramos en nuestras células (entre ellas, las neuronas). La pared de nuestras células está preparada para ser selectivamente permeable a los elementos que sirven para la vida de la célula, es decir, impermeable a la inutilidad o a lo peligroso). La pared de aquella primera célula, LUCA, debió de ser todo lo contrario: en lenguaje llano, un coladero.
¿Cómo pudo servir una membrana así al origen de la vida? Parece ser que LUCA estuvo en el lugar exacto en el momento justo.
Las fuentes hidrotermales son “chimeneas submarinas” que se suelen encontrar cerca de los lugares de actividad volcánica oceánica y que son ricas en elementos químicos que pueden “dar pie” a complejas reacciones químicas orgánicas. Podemos decir que son un concepto similar a la “sopa primitiva” pero en ellas, además, se añade algo que según la teoría de las fuentes hidrotermales sobre el origen de la vida es clave: la diferencia de compuestos y temperatura entre lo que expulsa la fuente hidrotermal y el agua marina.
Lugares como las fuentes hidrotermales parecen indicados para la formación de moléculas vitales como el ARN o el ADN y, a la vez, parecen indicados para que estas protocélulas “aprendan” a obtener su propia energía. ¿Cómo? La clave está en la mencionada diferencia entre la chimenea de la fuente hidrotermal y el agua marina.
Ambos tipos de sustancias (la hidrotermal y el agua de mar) “contienen” diferente nivel de protones e iones. En esta diferencia hay energía simple. Escasa pero suficiente para alimentar a una célula.Si situamos entre la corriente hidrotermal y el agua marina una célula con membrana “aún sin terminar” como LUCA, estos protones e iones la atravesarán sin problema.
Bajo la luz de la teoría de las fuentes hidrotermales sobre el origen de la vida, la membrana que “encerraba” el interior de LUCA debió ser permeable, a diferencia de las que encontramos en nuestras células (entre ellas, las neuronas). La pared de nuestras células está preparada para ser selectivamente permeable a los elementos que sirven para la vida de la célula, es decir, impermeable a la inutilidad o a lo peligroso). La pared de aquella primera célula, LUCA, debió de ser todo lo contrario: en lenguaje llano, un coladero.
¿Cómo pudo servir una membrana así al origen de la vida? Parece ser que LUCA estuvo en el lugar exacto en el momento justo.
Las fuentes hidrotermales son “chimeneas submarinas” que se suelen encontrar cerca de los lugares de actividad volcánica oceánica y que son ricas en elementos químicos que pueden “dar pie” a complejas reacciones químicas orgánicas. Podemos decir que son un concepto similar a la “sopa primitiva” pero en ellas, además, se añade algo que según la teoría de las fuentes hidrotermales sobre el origen de la vida es clave: la diferencia de compuestos y temperatura entre lo que expulsa la fuente hidrotermal y el agua marina.
Lugares como las fuentes hidrotermales parecen indicados para la formación de moléculas vitales como el ARN o el ADN y, a la vez, parecen indicados para que estas protocélulas “aprendan” a obtener su propia energía. ¿Cómo? La clave está en la mencionada diferencia entre la chimenea de la fuente hidrotermal y el agua marina.
Ambos tipos de sustancias (la hidrotermal y el agua de mar) “contienen” diferente nivel de protones e iones. En esta diferencia hay energía simple. Escasa pero suficiente para alimentar a una célula.Si situamos entre la corriente hidrotermal y el agua marina una célula con membrana “aún sin terminar” como LUCA, estos protones e iones la atravesarán sin problema.