Ser responsable de nuestros actos nos hace dueño de ellos. Con esta perspectiva se nos permite avanzar y transformar cualquier problema en oportunidad. Cualquier circunstancia en posibilidad. La responsabilidad personal es la que nos convierte en actores principales de nuestras vidas.
Por ejemplo, atribuimos a la infidelidad de nuestra pareja como culpable de la depresión que atravesamos. Nuestra pareja es responsable de su infidelidad, cierto, pero nosotros somos responsables de la evaluación negativa de nosotros mismos “carezco de atractivo”, “no valgo para nada”).
Es decir, donde podemos actuar es donde debemos emplear nuestras energías, de nada servirá lamentarnos o culpar a otros. Para seguir, debemos darnos cuenta de que somos dueños de las situaciones de hoy y de las que están por venir. Conceptos como desempeño, libertad y respeto van ligados a la responsabilidad y el compromiso.
e igual modo, ¿cuántas veces hemos escuchado “mira lo que me obligas a hacer” o “me has enfadado”? Nos han enseñado a echarle siempre la culpa a los demás y a no ser responsables de nuestros propios actos. Le damos un poder a las otras personas que en realidad no tienen. Porque nadie nos obliga a hacer nada, ni nos enfada. La última palabra la tenemos nosotros y si aceptamos, ya no estamos siendo obligados.
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Ser responsable de nuestros actos nos hace dueño de ellos. Con esta perspectiva se nos permite avanzar y transformar cualquier problema en oportunidad. Cualquier circunstancia en posibilidad. La responsabilidad personal es la que nos convierte en actores principales de nuestras vidas.
Por ejemplo, atribuimos a la infidelidad de nuestra pareja como culpable de la depresión que atravesamos. Nuestra pareja es responsable de su infidelidad, cierto, pero nosotros somos responsables de la evaluación negativa de nosotros mismos “carezco de atractivo”, “no valgo para nada”).
Es decir, donde podemos actuar es donde debemos emplear nuestras energías, de nada servirá lamentarnos o culpar a otros. Para seguir, debemos darnos cuenta de que somos dueños de las situaciones de hoy y de las que están por venir. Conceptos como desempeño, libertad y respeto van ligados a la responsabilidad y el compromiso.
e igual modo, ¿cuántas veces hemos escuchado “mira lo que me obligas a hacer” o “me has enfadado”? Nos han enseñado a echarle siempre la culpa a los demás y a no ser responsables de nuestros propios actos. Le damos un poder a las otras personas que en realidad no tienen. Porque nadie nos obliga a hacer nada, ni nos enfada. La última palabra la tenemos nosotros y si aceptamos, ya no estamos siendo obligados.