melamy161202
Irán contaba en 2010 con una población de 72,9 millones de habitantes, de los cuales un 45,6% tiene menos de 25 años, un desempleo del 10,5%, y una renta per cápita de 4.484 $. Según el Banco Mundial, Irán ha hecho progresos notables en la reducción de la pobreza, que ha bajado desde el 53% de la población en 2000 a sólo el 18% en 2010, y ha mejorado en educación y sanidad por encima de los países de su entorno. Estos datos contrastan con la percepción de gran parte de la población, que ansía más mejoras en su nivel de vida. Teherán tiene unos 15 millones de habitantes y es una ciudad bastante segura, aunque en los últimos años han aumentado los robos debido a la crisis económica. Política.Después del infructuoso Gobierno del reformista moderado Mohamed Jatami (1997-2005), el Gobierno del integrista Mohamed Ahmadineyad (2005-2013) supuso un agudo retroceso de las libertades, agravado después de que permaneciera en el poder en 2009 mediante unas elecciones que fueron consideradas fraudulentas por la mayoría de observadores. Los nuevos conatos de rebelión popular en Irán en 2011, en la senda de la ‘revolución árabe’, fueron reprimidos con extrema dureza.Irán está inmerso en graves problemas internos y exteriores. En el plano interno destaca la crisis económica y social, que refuerza la firme oposición al régimen integrista de los liberales y los islamistas moderados, con un gran apoyo en la juventud y la clase media, exasperados por la falta de expectativas optimistas respecto a la democracia y el nivel de vida y que ven los resultados de la ‘revolución árabe’ en otros países como un ejemplo a seguir. En el plano exterior el gran problema es el aislamiento internacional provocado por el programa atómico iraní, que amenaza el equilibrio de poder en Oriente Próximo, que el Gobierno intenta romper estrechando relaciones con otros países antinorteamericanos, como Venezuela, Cuba, Nicaragua o Ecuador. El régimen del presidente Ahmanideyad contó con apoyos matizados en Rusia y China, debido a su deseo en fomentar un poder que contrabalancee el de EE UU, y a su interés por los recursos energéticos de Irán.Economía. La economía iraní es una de las más diversificadas de la región. En los últimos años se ha estancado, pese al aumento de los precios del petróleo, debido a las sanciones internacionales por el programa y sobre todo por la paralización de las reformas liberalizadoras que los expertos aconsejan. La economía iraní se debilita pese a los altos precios del petróleo, debido a la mala política económica, el excesivo papel del Estado, los subsidios al consumo y las sanciones comerciales. El ritmo de crecimiento del PIB ha descendido en los últimos años: 4,7% en 2006, 5,8% en 2007, 7,8% en 2008 (el punto álgido), 1% en 2009, 0,1% en 2010 y 1% en 2011, estos años recientes por debajo del crecimiento demográfico.El país es muy dependiente de las exportaciones de petróleo y gas, con el 80% de las entradas de divisas, pues el resto de las ventas al exterior son productos petroquímicos y otros bienes como alfombras o pistachos. La producción petrolera, estimada en 2,5 millones de barriles/día, se vende en un 70% en Asia, con India, Turquía, China y Japón como principales mercados (entre los cuatro llegan al 45%).El régimen iraní se fundamenta en una frágil coalición de grupos de presión socio-económicos muy conservadores de su posición en la sociedad y que practican una corrupción generalizada. Por ejemplo, los pasdarán o guardias revolucionarios controlan una parte importante de la industria y los servicios y no aceptan perder este control. La corrupción es muy alta, en un país de economía de planificación centralizada, con un poderoso sector mixto, el de las empresas de fundaciones religiosas (bonyad). Irán cuenta con un sector primario insuficiente para alimentar a la población, por lo que debe importar arroz y carne, pero da trabajo a casi un tercio de la población activa, en un campo que todavía alberga a más de la mitad de la población iraní.
Según el Banco Mundial, Irán ha hecho progresos notables en la reducción de la pobreza, que ha bajado desde el 53% de la población en 2000 a sólo el 18% en 2010, y ha mejorado en educación y sanidad por encima de los países de su entorno. Estos datos contrastan con la percepción de gran parte de la población, que ansía más mejoras en su nivel de vida.
Teherán tiene unos 15 millones de habitantes y es una ciudad bastante segura, aunque en los últimos años han aumentado los robos debido a la crisis económica.
Política.Después del infructuoso Gobierno del reformista moderado Mohamed Jatami (1997-2005), el Gobierno del integrista Mohamed Ahmadineyad (2005-2013) supuso un agudo retroceso de las libertades, agravado después de que permaneciera en el poder en 2009 mediante unas elecciones que fueron consideradas fraudulentas por la mayoría de observadores. Los nuevos conatos de rebelión popular en Irán en 2011, en la senda de la ‘revolución árabe’, fueron reprimidos con extrema dureza.Irán está inmerso en graves problemas internos y exteriores.
En el plano interno destaca la crisis económica y social, que refuerza la firme oposición al régimen integrista de los liberales y los islamistas moderados, con un gran apoyo en la juventud y la clase media, exasperados por la falta de expectativas optimistas respecto a la democracia y el nivel de vida y que ven los resultados de la ‘revolución árabe’ en otros países como un ejemplo a seguir.
En el plano exterior el gran problema es el aislamiento internacional provocado por el programa atómico iraní, que amenaza el equilibrio de poder en Oriente Próximo, que el Gobierno intenta romper estrechando relaciones con otros países antinorteamericanos, como Venezuela, Cuba, Nicaragua o Ecuador. El régimen del presidente Ahmanideyad contó con apoyos matizados en Rusia y China, debido a su deseo en fomentar un poder que contrabalancee el de EE UU, y a su interés por los recursos energéticos de Irán.Economía.
La economía iraní es una de las más diversificadas de la región. En los últimos años se ha estancado, pese al aumento de los precios del petróleo, debido a las sanciones internacionales por el programa y sobre todo por la paralización de las reformas liberalizadoras que los expertos aconsejan.
La economía iraní se debilita pese a los altos precios del petróleo, debido a la mala política económica, el excesivo papel del Estado, los subsidios al consumo y las sanciones comerciales. El ritmo de crecimiento del PIB ha descendido en los últimos años: 4,7% en 2006, 5,8% en 2007, 7,8% en 2008 (el punto álgido), 1% en 2009, 0,1% en 2010 y 1% en 2011, estos años recientes por debajo del crecimiento demográfico.El país es muy dependiente de las exportaciones de petróleo y gas, con el 80% de las entradas de divisas, pues el resto de las ventas al exterior son productos petroquímicos y otros bienes como alfombras o pistachos. La producción petrolera, estimada en 2,5 millones de barriles/día, se vende en un 70% en Asia, con India, Turquía, China y Japón como principales mercados (entre los cuatro llegan al 45%).El régimen iraní se fundamenta en una frágil coalición de grupos de presión socio-económicos muy conservadores de su posición en la sociedad y que practican una corrupción generalizada. Por ejemplo, los pasdarán o guardias revolucionarios controlan una parte importante de la industria y los servicios y no aceptan perder este control.
La corrupción es muy alta, en un país de economía de planificación centralizada, con un poderoso sector mixto, el de las empresas de fundaciones religiosas (bonyad).
Irán cuenta con un sector primario insuficiente para alimentar a la población, por lo que debe importar arroz y carne, pero da trabajo a casi un tercio de la población activa, en un campo que todavía alberga a más de la mitad de la población iraní.